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Las tarifas de energía sufrirán un nuevo aumento en todo el país

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Con el objetivo de reducir los subsidios del sector, la Secretaría de Energía publicó hoy los nuevos valores de referencia que regirán hasta el 30 de abril.

En febrero, las tarifas de energía tendrán un nuevo aumento en todo el país, con el objetivo de reducir gradualmente de los subsidios en el sector y cumplir así con las metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional.

En línea con esto, hoy la secretaría de Energía publicó los nuevos precios del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), uno de los componentes del valor final de la tarifa.

Se trata de una suba que ya estaba prevista, y que tendrá diferente alcance para los bolsillos de los usuarios residenciales de ingresos altos y medios (nivel 1 y 3), pequeños comercios e industrias.

En la Resolución 54/2023 publicada hoy en el Boletín Oficial, se conocieron los nuevos Precios de Referencia de la Potencia (Potref) y el Precio Estabilizado de la Energía (PEE), destinados a los agentes distribuidores o prestadores mayoristas. Los valores se establecieron en el marco de la Reprogramación Trimestral de Verano, para el período comprendido entre el 1° de febrero y el 30 de abril.

Estos aumentos representan alrededor del 50% del precio final que pagan los consumidores en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde más se verán afectados los bolsillos, mientras que en otras provincias tiene un peso menor al 20%. El resto de los ítems que componen la tarifa son impuestos, transporte y distribución, que tienen distinta incidencia según el distrito y explica la distorsión de precios entre las distintas regiones del país.

Según cálculos preliminares de Emilio Apud, exsecretario de Energía, el impacto final en la factura de Edenor y Edesur promediará entre el 17% y 20% para los usuarios residenciales de mayores ingresos. En cambio, la suba será alrededor del 8% para los hogares de clase media.

Tarifas para usuarios residenciales
Para los hogares de Nivel 2, categoría que engloba a aquellos de menores ingresos o que tienen algún tipo de ayuda social, la tarifa no sufrirá variaciones.

En cambio, para aquellos usuarios considerados de mayor poder adquisitivo (categorizados en el Nivel 1) o que no se anotaron en el Registro de Acceso a los Subsidios de Energía (RASE), el aumento del precio estacional de la energía será de entre 36,1% y 38,1%. Esto representa una reducción del 40% del subsidio que estaba vigente.

De acuerdo con el nuevo cuadro de valores, estos hogares pagarán por el Precio Estabilizado de la Energía (PEE) entre $9.257 MW/h para la hora valle (de menos consumo) y $9.365 MW/h para la hora pico. Sin subsidios, costarían $13.090 y $13.102, respectivamente.

“Si bien desde el Ejecutivo dicen que se trata de la última suba, falta un largo trecho para que los usuarios del grupo 1 paguen la tarifa completa. Con esta nueva actualización, todavía están subsidiados en un 30%”, aseguró un economista experto en la materia.

Este aumento también impacta en aquellos usuarios de ingresos medios (Nivel 3), que tendrán incrementos aproximados del 26% por un bloque de consumo excedente de la demanda. En líneas generales, el Gobierno subsidia hasta un consumo mensual de 400 kWh para gran parte del país. Algunas provincias, en tanto, se rigen por otros parámetros, en el marco de las altas temperaturas del verano. Para la demanda de los hogares de Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, La Rioja y San Juan el tope de consumo se incrementó a 650 kWh por mes, exclusivamente para los meses de noviembre de 2022 a febrero 2023, en una decisión que se complementa con la menor cobertura del gas natural por red.

En este caso, el Precio Estabilizado de la Energía variará entre $3.943/MWh (hora pico) y $3.756/MWh (hora normal) para los consumos que se encuentren dentro del límite establecido. Por el excedente se pagará $9.365/MWh y $9.311/MWh, respectivamente.

Desde la Secretaría de Energía afirman que se trata del tercer y último incremento del proceso de segmentación de tarifas para reducir los subsidios al sector.

De acuerdo con la estimación de Julián Rojo, economista del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, la quita de subsidios implicaría un ahorro de US$ 115 millones para el trimestre febrero-abril.

Sin embargo, este año podría haber nuevos incrementos para los usuarios. En parte, para actualizar los valores por inflación y, por otro lado, para aumentar los ingresos de las empresas distribuidoras y transportistas de electricidad, entre las que se encuentran Edenor y Edesur (AMBA), y las que operan en las diferentes provincias del país.

En este sentido, cabe destacar que el pasado 23 de enero se llevó a cabo la audiencia pública para la adecuación tarifaria del servicio de distribución de energía eléctrica, cuya resolución aún se encuentra pendiente.

Nuevas tarifas para comercios e industrias
En la norma también se detalló la situación de los comercios, industrias y organismos públicos. El precio estacional de la electricidad por hora resto será de $13.096/MWh para las grandes empresas con demandas mayores a 300kW, un 21,3% superior respecto a enero; mientras que los organismos públicos que prestan servicios de salud y educación pagarán $9.846/MWh, cifra que marca un incremento que ronda el 29%.

Finalmente, a las pequeñas y medianas empresas están subdivididas. Por un lado, aquellas que tengan una demanda menor a 300 kilovatios, son separadas en “demandas de hasta 10 kW” y “demandas mayores a 10 kW”. En este último caso, las tarifas se mantienen sin cambios (en $7.556/MWh hora resto), siempre y cuando la demanda sea igual o menor a 300 kWh por mes.

En caso de excederse, tendrán una reducción del 40% del subsidio vigente. Por ese resto, deberán pagar lo mismo que aquellos comercios con demandas mayores a 10kW hasta 300 kW, que actualmente aumentó a $9.774/MWh la hora resto.


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Ida y vuelta de los aumentos en mayo

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El Gobierno postergó subas de luz, gas e impuesto a los combustibles para amortiguar otros aumentos. Colectivos y subtes, en espera.


Por Mara Pedrazzoli

Entre varias idas y vueltas respecto a los aumentos de precios liberados (y regulados) por el Gobierno, los incrementos programados para mayo impactarán directamente sobre consumos esenciales como combustibles, transporte, el servicio de internet y comunicación, colegios privados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y alquileres. Se suman a los amplicados entre enero y abril, de modo que inclusive en el caso de las subas postergadas –como en luz, gas y algunas prepagas-, la comparación contra las tarifas en igual mes del año anterior todavía superan a la inflación general. Según el Indec, el aumento en los precios “regulados” acumulado en el primer trimestre del año fue del 81 por ciento interanual, mientras el nivel general de inflación ascendió a 51 por ciento.

Para empezar, en la mañana del miércoles 1 de mayo las petrolerassubieron el valor de los combustibles entre 4 y 5 por ciento. Un ajuste que obedeció al incremento en los costos por la suba del dólar -topeada por el Gobierno en 2 por ciento mensual- y a la recomposición para alcanzar niveles cercanos a la “paridad de exportación”, hoy unos 20 dólares arriba de los precios internos. En principio, los combustibles iban a subir casi 10 por ciento en mayo, dado el traslado por la corrección de los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL), que fue suspendida hasta junio por el Gobierno por una decisión de último momento. Las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal evidenciaban que este ajuste del ICL hubiera sido más alto pues correspondía aplicar los precios del cuarto trimestre del año pasado, que habían rebotado debido a la devaluación de diciembre.

Así, el aumento aplicado inicialmente por YPF estuvo por debajo de las remarcaciones promedio de marzo y abril del 6 por ciento mensual. En mayo, la nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 837 a unos 870 pesos, mientras la nafta premium avanzó de 1.033 a 1.074 pesos. Mientras el gasoil común dejó de costar 883 para pasar a venderse a un valor cercano a 918 pesos, y el gasoil premium avanzó de 1.123 a 1.167 pesos, considerando los valores más económicos del mercado. Tomando como ejemplo CABA, en los últimos doce meses el precio del litro de nafta súper pasó de 163,10 a 744 pesos, con lo que registró un incremento total del 356 por ciento en el período.

En el caso de los servicios públicos de luz y de gas, a partir de este miércoles debía regir la indexación mensual atada a la inflación que estipulaba la nueva fórmula sancionada por el Gobierno. Sin embargo, hasta el martes a la noche los entes reguladores, Enre y Enargas, no habían recibido la información correspondiente a los nuevos cuadros tarifarios. Ante la sorpresa de las empresas del sector, el Gobierno decidió pisar los ajustes que involucraban subas de entre 10 y 12 por ciento para las distribuidoras de energía eléctrica y gas y para las transportistas de gas. Dichos aumentos representaban un incremento cercano al 5 por ciento en las facturas finales de los servicios que el oficialismo prefirió evitar. Igualmente, desde enero acumulan un alza del 150 y 450 por ciento, respectivamente.

En un nuevo traspiés heterodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, decidió mantener las tarifas pisadas al menos un mes para ayudar a la desaceleración inflacionaria. La regulación de los servicios esenciales comenzó a ser entendida por el oficialismo desde una lógica menos simplista y dogmática de lo que intrepreta sobre la inflación, como un fenómeno exclusivamente monetario.En la mañana del miércoles 1 de mayo, el ministro escribió en su cuenta en la red X: “Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, para explicar las postergaciones de los aumentos, con lo cual también reconoció que dejar de emitir para cubrir el déficit no condujo a la estabilidad de precios como había asegurado. Ahora necesita detener la suba de tarifas.

El congelamiento del ICL, de los aumentos en la luz y el gas, sumados a la exigencia de rebaja en las cuotas de siete medicinas prepagas deben leerse como un llamado de atención dentro de la propia lógica del Gobierno. Las idas y vueltas en materia de liberalización de precios minan el discurso libertario y su apoyo social ante la inmanente erosión en el poder adquisitivo de los salarios. 

El Gobierno ya había suspendido la aplicación de una fórmula indexatoria en su debut con la tarifa de los colectivos y trenes en el Amba durante abril. Ahora en mayo es una incógnita qué pasará con los colectivos ante la amenaza de un paro de choferes este jueves. Los colectivos ya sufrieron un alza del 29 por ciento en febrero.

En tanto, el próximo 6 de mayo sí subirá un 54 por ciento el boleto de tren en el Amba. El esquema tarifario para los servicios que incluyen las líneas Sarmiento, Roca, Mitre, San Martín, Belgrano Sur, Belgrano Norte, Urquiza y Tren de la Costa quedará de la siguiente manera: con tarjeta SUBE registrada en la primera sección valdrá 200 pesos, en la segunda 260 pesos y en la tercera 320 pesos, mientras con tarjeta sin registrara costará el doble, y algo menos de la mitad con la tarifa social.

En el caso del boleto de subte, se espera un aumento del 359 por ciento, pues pasará de 125 a 574 pesos aunque se desconoce a partir de qué fecha concreta del mes por cuestiones administrativas. El Gobierno porteño demoró la publicación de la medida en el Boletín Oficial y aún no confirmó cuándo lo hará, con lo cual también se desconoce si luego se aplicará el segundo incremento previsto para el 15 de mayo, que lleva el pasaje a 667 pesos. El siguiente incremento estaba anunciado para el 1 de junio, hasta los 757 pesos.

Asimismo, los colegios privados bonaerenses aplicarán un incremento del 6,7 por ciento en sus cuotas, con variaciones dependiendo del nivel educativo y la subvención estatal. Los jardines con 100 por ciento de aporte costarán hasta 17.500 pesos, mientras la secundaria con subsidio del 40 por ciento hasta 102.500 pesos.

También las tarifas de internet, cable y telefonía sufrirán un ajuste que oscilará entre el 10 y el 20 por ciento dependiendo del proveedor y el tipo de servicio contratado. Y por último, los alquileres que quedaron dentro de la Ley de Contratos de Locación tendrán un incremento del 221 por ciento mientras aquellos firmados después de la derogación tendrán un ajuste “según el mercado” y las condiciones particulares de cada caso.


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