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El FdT activa la campaña

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Kicillof, Kirchner, De Pedro, Massa y Katopodis encabezaron un encuentro con intendentes, legisladores y funcionarios. Un mensaje de unidad tras horas de fuego cruzado.

Gastón Garriga

Por Gastón Garriga

El Frente de Todos bonaerense reunió a sus principales referentes por primera vez en el 2023 para dar un fuerte mensaje de unidad en medio de un inicio de semana marcado por las declaraciones cruzadas en el espacio oficialista. El encuentro sirvió también para habilitar la mesa política que definirá la estrategia electoral para este 2023.

Con el gobernador Axel Kicillof, el ministro del Interior Wado De Pedro, el ministro de Economía, Sergio Massa, el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis y el titular del PJ en la provincia, Máximo Kirchner como figuras principales del encuentro, el cónclave de Merlo tuvo la asistencia casi perfecta de la primera plana de intendentes del espacio en la primera y la tercera sección, a la que se sumaron referentes legislativos y territoriales del justicilialismo, el Frente Renovador, el Frente Grande y Nuevo Encuentro.

Marisa Fassi (Cañuelas), Alejandro Granados (Ezeiza), Juan Ustarroz (Mercedes), Andrés Watson (Florencio Varela), Marisa Lesci (lomas de Zamora), Blanca Cantero (Presidente Perón), Nicolás Mantegazza (San Vicente), Federico Achaval (Pilar), Martín Sabbatella, Karina Menéndez (Merlo), Mario Secco (Ensenada), David Angueira (Punta Indio), Mariano Cascallares, Mayra Mendoza (Quilmes), Lucas Ghi (Morón), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fabián Cagliardi (Berisso) y Javier Osuna (General Las Heras) fueron algunos de los intendentes e intendentas presentes, a los que se sumaron los legisladores provinciales Federico Otermin y Mariano Cascallares.

Tambien se estuvieron la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez; el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde; el Ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia, Leonardo Nardini; Administrador General de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta; la presidenta de la Cámara de Diputados de la Nación, Cecilia Moreau; y el titular de ACUMAR, Martín Sabbatella.

No exenta de ruido, la ausencia de Juanchi Zabaleta, intendente de Hurlingham, era esperable, luego de que en las últimas dos semanas su conflicto con La Cámpora en su distrito no hiciera más que escalar. Zabaleta es considerado como el último intendente albertista del conurbano. Otro de los ausentes, cuyo faltazo resultó un poco más llamativo, fue Fernando Espinoza, intendente de La Matanza, que adujo problemas de agenda.

Según advierten, el encuentro estaba convocado con anterioridad, pero en política las casualidades no existen. La asistencia (casi) perfecta, terminó siendo, en los hechos y en las interpretaciones, un desagravio al ministro de Interior Eduardo «Wado» de Pedro. Luego de su reciente contrapunto con el Presidente, al que él mismo había intentado bajarle la espuma apenas unas horas antes del cónclave en Merlo. La foto, en ese sentido, lo fortalece. Si la imagen es el mensaje, lo nutrido de la convocatoria es apenas la primera lectura. La siguiente es quiénes ocupan los lugares centrales: Kicillof, Massa y De Pedro.

La reunión tuvo lugar en un lugar particularmente caro a la historia reciente del peronismo. Inaugurado en 2019, el Parque Municipal Néstor Kirchner es la resultante de la unificación y puesta en valor de dos predios, «La Colonial» y «El Tejadito». Allí fue el primer lugar en el que Alberto Fernández y Cristina Kirchner tuvieron su primera aparición pública como fórmula, en 2019. La vicepresidenta tenía previsto volver en septiembre pasado, pero el intento de magnicidio obligó a suspender el acto.

En medio de un gran hermetismo, Secco fue uno de los pocos que accedió a dialogar con la prensa en la previa al encuentro, que fue a puertas cerradas. El intendente de Ensenada volvió a pedir que el Presidente de la Nación, en su rol de titular del Partido Justicialista nacional, convoque a la mesa política y ratificó su apoyo para una nueva candidatura de Kicillof en la provincia de Buenos Aires. «Más de 40 intendentes nos pronunciamos a favor de la reelección», aseguró.

Es cierto que tener y mantener una mesa política que contenga a todos los sectores no garantiza la resolución favorable de los conflictos, como lo demuestra la actualidad de Juntos por el Cambio. Sin embargo, es a todas luces mejor tenerla que no tenerla. El Frente de Todos bonaerense, con sus reuniones periódicas de intendentes, y principales figuras, también sirve como ejemplo. El espacio se reúne periódicamente hace meses, allí se discute coyuntura y estrategia y se procesa en privado lo que de otra manera sería pasto para las fieras. Y finalmente pasa a nafta, sobre todo luego de la orden de Cristina: «saquen el bastón de mariscal».

De hecho, la reunión de Merlo estuvo anticipada por una de esas mesas de trabajo que Kicillof encara con intendentes y funcionarios. Por la mañana, el gobernador invitó a Kirchner a una reunión en la que estuvo presente el propio Secco y los intendentes de Pilar, Federico Achaval; de Avellaneda, Jorge Ferraresi; de San Fernando, Juan Andreotti; y de Escobar, Carlos Ramil. Del encuentro también participaron el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde; la ministra Cristina Álvarez Rodríguez; y los ministros Pablo López y Andrés Larroque; el diputado bonaerense Mariano Cascallares; y el presidente del Grupo Provincia, Gustavo Menéndez.

Uno de los referentes nacionales que también participó de la reunión fue el minsitro Katopodis. Desde su entorno advirtieron que su presencia responde a la decisión de participar de «todas las reuniones y todas las mesas que sean necesarias para garantizar un triunfo nacional con la provincia de Buenos Aires como principal protagonista».

«Debemos representar a la inmensa mayoría del peronismo que está convencido de dos cosas: que estamos gobernando y que tenemos que estar unidos para ganar las elecciones», afirmaron.

Entre los pocos que hablar, la palabra que más repitieron fue precisamente esa: unidad. Una unidad necesaria, pero no suficiente, para que el FdT sea competitivo en octubre. Sin embargo, cobra un valor adicional cuando las dos condiciones que dominan el mapa político argentino sufren turbulencias.

Cada una parece apostar a aguantar un poco más, al menos, para no romperse primero. Las fisuras del FdT parecen a priori más reparables, debido a que el JxC está un poco más desordenado tanto a nivel provincial como a nivel nacional. Las dierencias en el oficialismo, por lo pronto, parecen concentrarse sólo a nivel nacional. Así, mientras en el FdT un sector, en apariencia minoritario, cuestiona el liderazgo de Cristina Kirchner sin decidirse a enfrentarla, JxC tiene hoy, según un viejo militante radical, más caciques que indios.

Por esas razones, la estrategia que hace base en PJ de la provincia no parece un capricho. El peronismo bonaerense está, dicen, bastante ordenado. ¿La existencia de esta mesa política es causa o consecuencia de ese orden? Es difícil responder, pero es muy tentadora la comparación entre el escenario provincial y el nacional. Una candidatura que va tomando volumen hasta volverse, más temprano que tarde, natural, porque dialoga con todos los sectores y porque los resultados de su gestión lo avalan.

Pasadas las 23, las deliberaciones continuaban y nadie se atrevía a asegurar que se emitiera un comunicado a posterioridad. Sabido es que ninguna reunión protocolar ni para la foto dura cuatro horas. Evidentemente, son horas de definiciones para el peronismo bonaerense, que tiene uno de sus pilares en los intendentes de las secciones más densamente pobladas.

El que se quedó sin poder participar fue el empresario de la carne y congresal del PJ Alberto Samid que llegó temprano e intentó –sin suerte– ingresar al predio. No se lo permitieron porque, como él mismo reconoció,no figuraba en la lista de invitados.


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Ida y vuelta de los aumentos en mayo

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El Gobierno postergó subas de luz, gas e impuesto a los combustibles para amortiguar otros aumentos. Colectivos y subtes, en espera.


Por Mara Pedrazzoli

Entre varias idas y vueltas respecto a los aumentos de precios liberados (y regulados) por el Gobierno, los incrementos programados para mayo impactarán directamente sobre consumos esenciales como combustibles, transporte, el servicio de internet y comunicación, colegios privados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y alquileres. Se suman a los amplicados entre enero y abril, de modo que inclusive en el caso de las subas postergadas –como en luz, gas y algunas prepagas-, la comparación contra las tarifas en igual mes del año anterior todavía superan a la inflación general. Según el Indec, el aumento en los precios “regulados” acumulado en el primer trimestre del año fue del 81 por ciento interanual, mientras el nivel general de inflación ascendió a 51 por ciento.

Para empezar, en la mañana del miércoles 1 de mayo las petrolerassubieron el valor de los combustibles entre 4 y 5 por ciento. Un ajuste que obedeció al incremento en los costos por la suba del dólar -topeada por el Gobierno en 2 por ciento mensual- y a la recomposición para alcanzar niveles cercanos a la “paridad de exportación”, hoy unos 20 dólares arriba de los precios internos. En principio, los combustibles iban a subir casi 10 por ciento en mayo, dado el traslado por la corrección de los Impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL), que fue suspendida hasta junio por el Gobierno por una decisión de último momento. Las estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal evidenciaban que este ajuste del ICL hubiera sido más alto pues correspondía aplicar los precios del cuarto trimestre del año pasado, que habían rebotado debido a la devaluación de diciembre.

Así, el aumento aplicado inicialmente por YPF estuvo por debajo de las remarcaciones promedio de marzo y abril del 6 por ciento mensual. En mayo, la nafta súper en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasó de 837 a unos 870 pesos, mientras la nafta premium avanzó de 1.033 a 1.074 pesos. Mientras el gasoil común dejó de costar 883 para pasar a venderse a un valor cercano a 918 pesos, y el gasoil premium avanzó de 1.123 a 1.167 pesos, considerando los valores más económicos del mercado. Tomando como ejemplo CABA, en los últimos doce meses el precio del litro de nafta súper pasó de 163,10 a 744 pesos, con lo que registró un incremento total del 356 por ciento en el período.

En el caso de los servicios públicos de luz y de gas, a partir de este miércoles debía regir la indexación mensual atada a la inflación que estipulaba la nueva fórmula sancionada por el Gobierno. Sin embargo, hasta el martes a la noche los entes reguladores, Enre y Enargas, no habían recibido la información correspondiente a los nuevos cuadros tarifarios. Ante la sorpresa de las empresas del sector, el Gobierno decidió pisar los ajustes que involucraban subas de entre 10 y 12 por ciento para las distribuidoras de energía eléctrica y gas y para las transportistas de gas. Dichos aumentos representaban un incremento cercano al 5 por ciento en las facturas finales de los servicios que el oficialismo prefirió evitar. Igualmente, desde enero acumulan un alza del 150 y 450 por ciento, respectivamente.

En un nuevo traspiés heterodoxo del ministro de Economía, Luis Caputo, decidió mantener las tarifas pisadas al menos un mes para ayudar a la desaceleración inflacionaria. La regulación de los servicios esenciales comenzó a ser entendida por el oficialismo desde una lógica menos simplista y dogmática de lo que intrepreta sobre la inflación, como un fenómeno exclusivamente monetario.En la mañana del miércoles 1 de mayo, el ministro escribió en su cuenta en la red X: “Estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, para explicar las postergaciones de los aumentos, con lo cual también reconoció que dejar de emitir para cubrir el déficit no condujo a la estabilidad de precios como había asegurado. Ahora necesita detener la suba de tarifas.

El congelamiento del ICL, de los aumentos en la luz y el gas, sumados a la exigencia de rebaja en las cuotas de siete medicinas prepagas deben leerse como un llamado de atención dentro de la propia lógica del Gobierno. Las idas y vueltas en materia de liberalización de precios minan el discurso libertario y su apoyo social ante la inmanente erosión en el poder adquisitivo de los salarios. 

El Gobierno ya había suspendido la aplicación de una fórmula indexatoria en su debut con la tarifa de los colectivos y trenes en el Amba durante abril. Ahora en mayo es una incógnita qué pasará con los colectivos ante la amenaza de un paro de choferes este jueves. Los colectivos ya sufrieron un alza del 29 por ciento en febrero.

En tanto, el próximo 6 de mayo sí subirá un 54 por ciento el boleto de tren en el Amba. El esquema tarifario para los servicios que incluyen las líneas Sarmiento, Roca, Mitre, San Martín, Belgrano Sur, Belgrano Norte, Urquiza y Tren de la Costa quedará de la siguiente manera: con tarjeta SUBE registrada en la primera sección valdrá 200 pesos, en la segunda 260 pesos y en la tercera 320 pesos, mientras con tarjeta sin registrara costará el doble, y algo menos de la mitad con la tarifa social.

En el caso del boleto de subte, se espera un aumento del 359 por ciento, pues pasará de 125 a 574 pesos aunque se desconoce a partir de qué fecha concreta del mes por cuestiones administrativas. El Gobierno porteño demoró la publicación de la medida en el Boletín Oficial y aún no confirmó cuándo lo hará, con lo cual también se desconoce si luego se aplicará el segundo incremento previsto para el 15 de mayo, que lleva el pasaje a 667 pesos. El siguiente incremento estaba anunciado para el 1 de junio, hasta los 757 pesos.

Asimismo, los colegios privados bonaerenses aplicarán un incremento del 6,7 por ciento en sus cuotas, con variaciones dependiendo del nivel educativo y la subvención estatal. Los jardines con 100 por ciento de aporte costarán hasta 17.500 pesos, mientras la secundaria con subsidio del 40 por ciento hasta 102.500 pesos.

También las tarifas de internet, cable y telefonía sufrirán un ajuste que oscilará entre el 10 y el 20 por ciento dependiendo del proveedor y el tipo de servicio contratado. Y por último, los alquileres que quedaron dentro de la Ley de Contratos de Locación tendrán un incremento del 221 por ciento mientras aquellos firmados después de la derogación tendrán un ajuste “según el mercado” y las condiciones particulares de cada caso.


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