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Migraciones controló los domicilios declarados por pasajeras rusas: la mayoría no estaba allí o eran direcciones falsas

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Se trata de los turistas que llegaron el 9 de febrero en el vuelo TK15 de Turkish Airlines. El operativo se realizó el viernes con apoyo de la Policía Federal

Personal de la Dirección de Control de Permanencia de Migraciones junto a efectivos de la Policía Federal realizaron este viernes un operativo de control en base a los datos suministrados por los turistas rusos que habían llegado el día anterior en el vuelo TK15 de Turkish Airlines, proveniente de Estambul.

Fue ordenado por la directora de Migraciones, Florencia Carignano, en el marco de las investigaciones por la llegada masiva de mujeres rusas embarazadas que tienen a sus hijos en Argentina para obtener el pasaporte y la ciudadanía. La funcionaria coordinó esfuerzos con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que facilitó la participación de la Policía Federal.

Según el informe reservado, en total se visitaron 25 domicilios de la Ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata. Se trata de las direcciones que los pasajeros declararon cuando ingresaron al país.

Los resultados del operativo parecen confirmar las sospechas de las autoridades, que denunciaron ante la Justicia Federal el accionar de “organizaciones mafiosas” que lucran a partir del denominado “turismo de nacimiento”.

De los 25 domicilios: 3 eran inexistentes; 9 existían pero la persona buscada no se encontraba allí; en otros 10 casos “no pudo verificarse si las personas se encontraban en el lugar, de acuerdo con los datos obtenidos al momento del control migratorio” (por ejemplo, porque se trataba de un edificio pero no estaba aclarado el piso o el departamento); apenas en 3 casos pudieron encontrar al viajero correspondiente.

Carignano detalló las razones por las cuales las embarazadas rusas vienen a parir a la Argentina: “Hemos logrado, incorporando tecnología, gestiones y trabajo, tener uno de los pasaportes más seguros del mundo que permite ingresar sin visa a 173 países y obtenerla a 10 años en EEUU”. Y advirtió: “Este es un privilegio que debemos cuidar y una responsabilidad con esos países”.

Ayer, la funcionaria detalló que durante el último año ingresaron al país 21.000 hombres y mujeres provenientes de Rusia. Sin embargo, el dato que se destaca es que hubo más de 10.500 embarazadas que vinieron al país únicamente para parir. De hecho, más de 7.000 ya no están en Argentina.

Este flujo migratorio inusual alertó a las autoridades nacionales que decidieron entrevistar a más de 400 mujeres para comprender el fenómeno. “Todas manifestaban lo mismo: que habían comprado un paquete, incluso nos daban el nombre de la agencia, para venir a tener hijos y reconocían que lo que querían era poder irse con el pasaporte”, dijo en una entrevista con Jorge Rial por C5N.

Según detallaron a Infobae fuentes de Migraciones, de los tres casos que brindaron información correcta, dos reconocieron que vinieron a la Argentina para parir. Se encontraban alojados en los hoteles Esplendor y Aires Express de la ciudad de Buenos Aires.

Los primeros detallaron que vinieron a la Argentina para el nacimiento de su hijo, particularmente en el Hospital Alemán, por recomendación de un amigo personal ruso, que trabajó anteriormente en la embajada rusa en Argentina.

A raíz de una denuncia anónima, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°1, a cargo de la jueza Maria Romilda Servini, y la División Asuntos Migratorios de la Superintendencia de Investigaciones Federales de Policía Federal Argentina (PFA), se centró en el llamado “turismo de nacimiento” en auge en los últimos tiempos y logró identificar a los supuestos líderes de una agencia que habría gestionado de manera irregular y con suma velocidad, el otorgamiento de residencias permanentes falsas a estas mujeres.


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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