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Rige el pase sanitario en todo el país

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El pase sanitario para acreditar la vacunación contra el coronavirus de los mayores de 13 años que quieran acceder a actividades consideradas de «riesgo epidemiológico» comenzó a regir a nivel nacional, aunque cada distrito establecerá su alcance, con el objetivo de seguir incentivando la inmunización ante el incremento de casos de coronavirus en el país.

La Decisión Administrativa 1198/2021 -que implementó el pase sanitario- establece que las y los mayores de 13 años deberán acreditar el esquema de vacunación completo «para realizar actividades como ir a bailar a discotecas, ingresar a salones de fiestas, realizar viajes grupales y asistir a eventos masivos en espacios abiertos, cerrados o al aire libre”.

El pase sanitario es un herramienta prevista para permitir el ingreso a «locales bailables, discotecas, salones de fiestas, bailes o similares que se realicen en espacios cerrados, viajes grupales de egresadas y egresados, de estudiantes, jubiladas y jubilados o similares y eventos masivos organizados de más de 1.000 personas que se realicen en espacios abiertos y cerrados o al aire libre», de acuerdo con la norma.

Si bien la norma comenzó a regir esta mañana, algunas provincias decidieron implementar el certificado de vacunación obligatoria en forma anticipada y con alcances incluso mayores, como la realización de trámites presenciales en organismos públicos y entidades privadas.

Es el caso de Buenos Aires, que desde el 21 de diciembre pasado exige el pase sanitario para acreditar la vacunación y, de esta forma, estar habilitado para acceder a centros culturales, obras de teatros o recitales, gimnasios o canchas de fútbol 5, cines y eventos deportivos masivos; salones de fiestas y boliches, bares y restaurantes y organismos públicos y privados para la realización de trámites y para el personal que atiende al público, como así también ceremonias religiosas.

Otras provincias donde se implementó a partir del 21 de diciembre fueron Córdoba, Santa Fe, Río Negro y Santiago del Estero.

Para demostrar la vacunación con esquema completo se debe exhibir las aplicaciones VacunatePBA, Mi Argentina o Cuidar, todas disponibles en el celular o presentar el carnet de vacunación en cartón o tarjeta.

En Santa Fe, el pase sanitario es obligatorio para viajes grupales, ingresos a fiestas, discotecas, eventos masivos de más de mil personas, centros culturales, teatros, cines y gimnasios, casinos y bingos, y realización de trámites presenciales ante organismos públicos provinciales y oficinas públicas.

Por su parte, Córdoba dispuso acreditar el certificado para acceder a «eventos recreativos, sociales y culturales de más de 1.000 personas, tanto en espacios cerrados como al aire libre, para asistir a competencias deportivas, viajes grupales de egresados, estudiantes, jubilados o similares».

Río Negro estableció su obligatoriedad para el ingreso a eventos cerrados de más de mil personas, en viajes grupales y locales bailables, pero no se aplica para fiestas al aire libre.

En tanto, Santiago del Estero lo implementó para las actividades y eventos masivos tanto públicos como privados en espacios abiertos y cerrados.

Tucumán fue pionera en establecer el pase sanitario desde el 1 de diciembre para asistir a eventos masivos, gimnasios y recitales, al igual que Salta y Jujuy, mientras que en La Rioja entró en vigencia el pasado 20 de diciembre para la gastronomía, salones de fiesta y boliches bailables, viajes de egresados, jubilados y viajes grupales, de manera progresiva. Además, esa provincia prevé aplicarlo en oficinas públicas, organismos públicos y privados, según voceros gubernamentales.

En el caso de Entre Ríos decretó que la aplicación del pase sanitario comenzará a regir el 3 de enero, para el ingreso a espacios cerrados o abiertos de carácter masivo como boliches, recitales o eventos deportivos.

La ciudad de Buenos Aires anunció que pedirá el certificado de vacunación para entrar a boliches y en el caso de eventos de más de 1.000 personas.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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