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El Gobierno sigue «con mucha atención» el aumento de casos de coronavirus y recomienda «seguir vacunándose»

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«El virus no tiene la virulencia que tenía al comienzo, pero lo estamos siguiendo con mucha atención», señaló el presidente Alberto Fernández.

El presidente Alberto Fernández afirmó hoy que sigue con atención el aumento de los casos de coronavirus en la Argentina y recomendó a los ciudadanos «seguir vacunándose».

«Estamos muy atentos con los casos de aumento del Covid, pero no está pasando acá sino en el mundo. El virus no tiene la virulencia que tenía al comienzo, pero lo estamos siguiendo con mucha atención. Les recomiendo a todos seguir vacunándose», enfatizó Fernández.

Durante una conferencia de prensa desde la provincia de San Luis junto al gobernador local, Alberto Rodríguez Saá, el jefe de Estado precisó: «Hemos logrado un nivel de inmunidad muy alto socialmente y se debe a que mucha gente se vacunó».

En ese marco, el Presidente detalló que en la Argentina se aplicaron 110 millones de vacunas contra el coronavirus y descartó la posibilidad de que se apliquen restricciones en el corto plazo.

«Yo tengo 5 dosis dadas. Hay algunos que tienen que tener 4 y otros que tiene que tener 5. Sigan dándose las dosis, consulten con sus médicos, vayan a los vacunatorios. Hay vacunas para todos y para todas», puntualizó.

Además, el jefe de Estado destacó: «Estoy siguiendo el tema, le estoy prestando atención. Como dijo la ministra (de Salud Carla Vizzotti) no es necesario que pongamos restricciones, porque hoy el Covid tiene otras características muchos más manejables».

«No hay que dormirse. El que tenga que volver a darse una dosis que consulte con su médico, que vaya al vacunatorio y diga ‘me di la última dosis en tal momento’ y que pregunte si le corresponde darse otra dosis. Le van a decir que si o que no. Si les dicen que sí, dense otra dosis. Dependiendo de la edad, con 4 o 5 dosis estamos bien cubiertos», recomendó.

En otro tramo de la conferencia, Alberto Fernández aseguró que hay una «una enorme oportunidad» para desarrollar el país y lograr que los argentinos se puedan poner de acuerdo para conseguir ese objetivo.

Al respecto, el Presidente pidió «ser capaces de estar unidos en la diversidad» y planteó: «Hay que entender que nuestros problemas no son esencialmente entre nosotros sino con los que quieren un país distinto».

Luego de aclarar que «no hay ninguna fórmula» presidencial con con el gobernador de San Luis, de cara a las elecciones presidenciales del año próximo, el mandatario destacó la «sensibilidad» de Rodríguez Saá.

«Tienen un gobernador para el que realmente el arte significa mucho. Nunca hablamos de ninguna fórmula, quiero aclararlo para disipar dudas», concluyó.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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