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“Argentina en su tercera crisis de deuda»: el análisis de Cristina Kirchner sobre Javier Milei y la situación del país

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CFK compartió en sus redes un documento de trabajo sobre la llegada del libertario a la Casa Rosada y la situación económica de la Argentina con foco en la deuda externa. «En el día de San Valentín y, como siempre, enamorada de la Patria», lo presentó.

Tras haber permanecido prácticamente en silencio desde la asunción de Javier Milei el pasado 10 de diciembre, la expresidenta Cristina Fernánde de Kirchner publicó un documento que analiza la llegada al poder del libertario y la crisis económica que atraviesa la Argentina.

«En el día de San Valentín y, como siempre, enamorada de la Patria comparto con ustedes el documento de trabajo ‘Argentina en su tercera crisis de deuda. Cuadro de situación'», escribió CFK para presentar el texto y agregó que incluye una cita de Juan Bautista Alberdi, uno de los autores que más menciona Milei.

“Tomar capitales a préstamo para reemplazar los capitales destruidos por la crisis, no es remediar la pobreza, sino agravarla; la riqueza de otro no es la riqueza del país. La deuda representa más la pobreza que la riqueza. Endeudarse no es enriquecerse, sino exponerse a empobrecerse por la facilidad con que siempre se gasta lo ajeno”, dice la frase de Alberdi citada al comienzo del documento.

Cristina traza un recorrido de la historia de la deuda externa en la Argentina y enumera tres crisis en ese sentido: la primera entre 1976 y 1989, surgida de la dictadura; la segunda entre 1989 y 2001, desatada por el menemismo y la convertibilidad, y la tercera surgida en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri y aún en curso.

En esa línea, la expresidenta define a Milei como «un showman-economista» y remarca que pese a su discurso en campaña «produjo, ni bien fue electo, un insólito reciclaje de personajes y ex funcionarios», entre los que señala principalmente a Luis Caputo -«artífice del endeudamiento serial del gobierno de Mauricio Macri y del retorno del FMI a la Argentina»- y Federico Sturzenegger.

El gobierno de Milei

Luego de criticar al DNU 70/2023 y el proyecto de Ley Ómnibus como «un paquete de modificaciones del sistema legal argentino a medida de los principales grupos empresarios y lo que es más grave aún, una reforma encubierta de la Constitución Nacional», Cristina asegura que no se puede definir al gobierno de Milei como la cuarta experiencia neoliberal en la Argentina.

«Las características del discurso y de la praxis política del nuevo Presidente, como la de sus equipos en las distintas áreas, colocan al gobierno en un plano que va más allá de lo disruptivo y lo llevan a un lugar que la Argentina nunca conoció», alerta. “Ni bien arribó en el Gobierno, realizó una devaluación del 118%, constituyendo así la devaluación inducida más grande de nuestra historia”, agregó CFK.

La exmandataria asegura que es «más que evidente que en la cabeza del Presidente el único plan de estabilización es el de la dolarización». «No se explican las medidas adoptadas en otro marco teórico», afirma al cuestionar el «caos planificado» que genera el «feroz programa de ajuste que actúa como un verdadero plan de desestabilización».

En su documento, Cristina apunta a tres reformas fundamentales que quiere imponer el gobierno de Milei: 

  1. La modificación de los límites para la toma de deuda soberana impuestos al Poder Ejecutivo Nacional por la Ley 27.612 de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública sancionada en el año 2021 que establece, entre otras cuestiones, que el endeudamiento de la Argentina en moneda extranjera, bajo ley extranjera y con prórroga de jurisdicción requerirá autorización del Congreso de la Nación.
  2. La liquidación del Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la ANSES.
  3. La habilitación para, una vez más como en los ’90, se privaticen los activos del Estado.

En paralelo, la exmandataria advirtió sobre «el clima de insultos, escraches, descalificaciones y estigmatizaciones que se desarrolló durante el debate y aumentó exponencialmente a partir de la vuelta a comisión del proyecto de ley Ómnibus». Dijo que eso «presagia un escenario de violencia que, como ya sabemos, comienza por lo verbal y luego pasa a lo físico». «Lamentablemente, quien suscribe este documento puede dar testimonio de ello en primera persona», al recordar el atentado en su contra. 

La dolarización, el déficit y la inflación

«La dolarización de la economía argentina implicará la clausura definitiva a la posibilidad de desarrollar nuestro país con inclusión social», advirtió CFK y analizó: «El país no va a tener más dólares. Al contrario, vamos a tener menos dólares porque vamos a afectar la competitividad de la mayoría de los sectores productivos generadores de divisas y aumentará el peso de la deuda externa en nuestra economía, que ya es agobiante, convirtiéndose en el verdadero suplicio de Sísifo».

La expresidenta agregó que no comparte el diagnóstico de Milei en cuanto a que el déficit fiscal sea la única razón de la inflación y la crisis. En cambio, plantea que «la escasez de dólares es la que tensiona la economía y dispara la inflación» y advierte que «el endeudamiento desmedido en dólares es veneno para nuestra economía bi-monetaria».

El documento completo de Cristina Kirchner sobre Javier Milei


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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