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Coronavirus: cuáles son las vacunas pediátricas disponibles en Argentina

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Los anuncios de Pfizer/BioNTech sobre las vacunas aplicadas a menores de 12 años, ponen el foco en la inoculación de los más chicos a nivel mundial.

Este lunes, las compañías Pfizer/BioNTech, confirmaron que su vacuna contra el coronavirus es “segura” y “tolerada” por los niños de 5 a 11 años, universo sobre el que, de acuerdo con sus estudios, la dosis adaptada genera una respuesta inmunitaria “robusta”. Se trata de los primeros datos clínicos para este grupo de edad. A partir de estos resultados, pedirán la autorización en Estados Unidos para aplicar la droga en esa franja etaria, en lo que podría ser un hito en la vacunación pediátrica a nivel mundial.

En el caso de Argentina, el caso de las vacunas pediátricas alcanza a las disponibles con tecnología de ARNm, es decir, la de BNT162b2 ComirnatyMR (Pfizer) y RNAm-1273 SpikevacMR (Moderna). Con estas, se puede inocular a los niños y adolescentes mayores de 12 años. A partir de esto, el Gobierno busca conseguir una mayor cantidad de vacunas pediátricas.

Sobre este tema, Cecilia Nicolini, asesora presidencial, había declarado: “Estamos avanzando para recibir vacunas pediátricas que nos permitan comenzar con la inmunización, si así lo recomiendan los epidemiólogos, entre niños, niñas y adolescentes”.

En la última semana, el país alcanzó la distribución de las primeras 100.620 dosis de la vacuna de Pfizer, que, junto a la producida por Moderna, son las que están autorizadas para la aplicación de los chicos y chicas de entre 12 y 17 años, sin factores de riesgo. A partir de los resultados presentados por Pfizer/BioNTech, se espera que su vacuna pueda ser autorizada también para los menores entre 5 y 11 años.

Por su parte, Pfizer avanza en un nuevo suero para bebés e infantes de 6 meses a 5 años. Se espera que los resultados de esta nueva producción se conozcan a fines del 2021. En el caso de Moderna, de acuerdo con su CEO, buscan que su vacuna contra el COVID-19 esté disponible para niños estadounidenses de tan solo cinco años para fines de este mes de septiembre.


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Menem intenta cortar el escándalo de los votos del tabaco para que no le impugnen la ley

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El titular de la Cámara baja busca evitar que se judicialice el tema. El PRO puso a sus abogados a chequear las actas porque no les registraron el voto negativo a dos diputadas.

Los bloques de la Cámara de Diputados atraviesan horas frenéticas luego del escándalo de la votación del capítulo del tabaco de la ley ómnibus.

Este medio explicó que el bloque peronista abrió una auditoría interna para verificar si Martín Menem adulteró el resultado de la votación del martes pasado para incorporar el impuesto a las tabacaleras.

Según se desprende de las actas parlamentarias, hubo más abstenciones de las que se computaron en recinto, se contabilizaron como afirmativas las abstenciones de los diputados chaqueños María Luis Chomiak y Aldo Leiva y no se incluyeron los votos negativos de Germana Figueroa Casas y Daiana Fernández Molero, del PRO y de Benedit Beltrán, de La Libertad Avanza. Estos diputados pidieron votar a viva voz porque sus votos no habían sido registrados en el sistema de votación por computadora.

La situación es muy delicada porque si se registraban esos votos de manera adecuada, la votación hubiera terminado 80 a 80 y Menem debía desempatar como presidente de la Cámara.

Una diputada del PRO adelantó que el bloque puso a sus abogados a chequear la votación. Si bien la intención del bloque amarillo es no complicar a Menem, quieren garantizarse de que no hubo ninguna maniobra que pueda ser objetada en la Justicia.

Es que una adulteración de la votación puede tener derivaciones penales, tanto en denuncias de falsificación de instrumento público como de falsedad ideológica. Además puede haber lugar para la impugnación del acta de la votación y la consecuente judicialización de la ley, que haría que se caiga la media sanción y por ende el Senado no podría aprobarla de manera definitiva.

Menem por estas horas busca que el tema no escale y se ampara en que la mesa de conducción de la Cámara es multipartidaria, por lo que puede alegar que la culpa no fue sólo de él sino también del secretario parlamentario o el proseceretario. Incluso los libertarios que reniegan del presidente de la Cámara creen que se buscará un chivo expiatorio antes de llegar tan alto.

Menem intenta cortar el escándalo de los votos del tabaco para que no le impugnen la ley

En el PRO, la explicación que bajaron a sus diputados es que en el caso de Leiva y Chomiak por sistema votaron afirmativamente por lo que en el tablero no aparecieron como «voto pendiente de votación» (su voto fue emitido válidamente), pero luego pidieron la palabra y expresaron un voto distinto al emitido. «El único voto valido es el emitido por sistema», dicen en el bloque del PRO.

«En el caso de los diputados Parola, Lopez Rodriguez, Daives, Freites, Araujo Hernadez, Ginocchio, Rauschenberger, Martinez, Sand, Figueroa Casas, Benedit, Y Fernandez Molero, durante la votación se deslogearon (por ejemplo, habiéndose levantado de sus bancas) o ingresaron al recinto luego de cerrada la votación, por lo que el sistema los computó como ausentes (en estos casos el voto de dichos diputados tampoco figuró como «pendiente de votación»)», comunicaron internamente en el bloque que encabeza Cristian Ritondo

«Sin embargo, una vez cerrada la votación pidieron la palabra y expresaron como su voto, pero dicho voto no cuenta», explicaron. «En resumen: se busca generar confusión con el hecho de que, una vez cerrada la votación, el presidente les haya dado la palabra a muchos diputados que no figuraban ‘pendientes de votación para no cercenar su derecho a expresarse», aseguran en el PRO. Pese a esto, sus abogados siguen investigando.


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