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Sergio Massa es el candidato más votado y la interna de Juntos por el Cambio tiene un final abierto

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El relevamiento destaca que el precandidato de UP creció en los últimos días y es quien cosecha la mayor intención de voto. La alianza opositra figura primera como fuerza, y Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich pelean cabeza a cabeza.
Raúl Kollmann

Por Raúl Kollmann

Sergio Massa creció un punto y medio en las últimas dos semanas y sigue apareciendo como el candidato con más intención de voto en las PASO del 13 de agosto. Su contrincante dentro de Unión por la Patria (UP), Juan Grabois, también subió, aunque está muy lejos del ministro de Economía. La interna de Juntos por el Cambio (JxC) está que arde: es muy difícil realizar un pronóstico porque Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta están en zona de empate técnico, con la exministra apenas por arriba (1,4 puntos) del jefe de Gobierno. Sin embargo, en las últimas dos semanas, Larreta creció notoriamente (2,4 por ciento) y Patricia parece estancada (sólo avanzó 0,3). Javier Milei se mantiene en su tajada cercana al 20 por ciento. Todavía hay un 14 por ciento de los consultados que dice que no van a ir a votar, votará en blanco o todavía está indeciso.

Las conclusiones surgen de la encuesta -especial para Página/12– del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman. En total se entrevistaron 2.728 ciudadanos de todo el país, respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. El método fue on-line, informático: se realizan preguntas a personas que se ofrecen como voluntarios, pero luego se filtra por las cuotas señaladas, edad, sexo, nivel económico-social y lugar de residencia. Se arman las proyecciones distinguiendo ciudadanos de grandes ciudades y ciudadanos de pequeñas ciudades.

UP voto duro y voto moderado

“Massa se impone con comodidad en la interna -señala Bacman-, pero afronta el doble perfil: súper-ministro y candidato. Los dos frentes son difíciles. Massa-candidato necesita retener al típico votante de Cristina y también a un electorado más moderado, peronistas enojados, peronistas del Gran Buenos Aires y del interior del país. Se jugó un partido importante yendo a Córdoba, al centro del país, en estos días. UP necesita remontar ahí. Hay exvotantes peronistas con pocas ganas de ir a votar.”.

Grabois cosecha un seis por ciento y viene en crecimiento. «Tiene un perfil distinto al de Massa. Está logrando penetrar en el electorado más kirchnerista, crítico de la candidatura de Massa. Diría que hoy en día Grabois accede a un voto joven y progresista que hasta le pone límites al crecimiento de la izquierda», redondea Bacman.

La suma del 24,4 Massa y el 6 por ciento que consigue Grabois pone a la alianza oficialista cerca de JxC, a tres puntos. Pero eso se verá después: el mundo que se abre tras las PASO es un mundo diferente. De entrada es imposible saber si, en la realidad, los votos de Grabois se sumarán o no a Massa y lo mismo sucede con los de Bullrich y Rodríguez Larreta. Lo más probable es que en ambas alianzas haya una fuga. Pero lo que se ve en la encuesta del CEOP es que en una elección que pintaba casi imposible para el oficialismo -sobre todo por los índices inflacionarios y los bajos ingresos-, hoy se puede decir que los dos frentes están competitivos.

Bullrich y Larreta, palo y palo

“Es una interna que está al rojo vivo y el resultado está abierto -diagnostica el titular del CEOP-. Bullrich sigue teniendo la delantera, pero Larreta se puso a apenas 1,4 de distancia. El resultado puede favorecer a cualquiera de los dos”.

Bacman y todos los consultores sostienen que la incertidumbre va por varios lados:

*Primero, el 14 por ciento que dice que no decidió o que no irá a votar o que lo hará en blanco. En general, son personas moderadas, no politizadas. Por perfil, parecen encajar más con Larreta que con Bullrich.

*Es cierto que también puede haber ciudadanos que ven muy agresiva a Bullrich, sintonizan con esa agresividad y no lo quieren decir. O sea, puede haber voto oculto a la exministra, especialmente en sectores de clase media alta.

*Hay otro factor difícil de medir: la intervención del aparato radical y, en general, las estructuras partidarias. En esa materia, Larreta tiene alianzas más consistentes y pueden pesar.

“Bullrich tuvo un crecimiento importante en mayo-junio -redondea Bacman-. Se quedó con parte de lo que fue perdiendo Javier Milei. Pero en las últimas dos semanas cometió errores graves, como hablar de 2001, el blindaje y el Banco Central. Larreta parece tener mejor estructura y aparato comunicacional. Aún así, el pronóstico es difícil”.

No saben/no contestan

El ausentismo que se verificó en las elecciones provinciales abre un signo de interrogación para el 13 de agosto. Por ejemplo, Bacman cree que una importante proporción de los que dicen que no decidieron el voto, no saben/no contestan, en realidad ya resolvieron, pero no quieren revelar qué candidatos eligieron.

Más que mentir, esconden -sostiene el consultor-. O sea, que nosotros los encuestadores tenemos el problema de saber qué van a hacer los que verdaderamente están indecisos y ahora también aparecen en mayor porcentaje los que esconden, o sea una cuestión actitudinal. Entonces, el gran problema es cómo se comportará ese 14 por ciento que está en esa franja. Es evidente que puede haber una parte que no va a votar. En las provincias, el ausentismo aumentó, en promedio, cinco por ciento. Hay varios datos respecto de esos ciudadanos, que nosotros llamamos en transición: son jóvenes, de menos de 25 años, de nivel socioeconómico bajo y, por supuesto, con fuerte presencia del clásico votante peronista”.

Como es obvio, una franja de alrededor del 14 por ciento, en una elección pareja, es muy decisiva. Y es una franja, por tamaño, inédita a diez días de las elecciones.

Milei, cae poco y aguanta

Hace un mes, en la encuesta del CEOP publicada por Página/12, Javier Milei redondeaba el 19.1 por ciento. Ahora, 18.3. Cayó casi un punto. Según los estudios de Bacman, el candidato de La Libertad Avanza (LLA) perdió entre 6 y 7 puntos desde principios de año. Y la caída es de este estilo: no estrepitosa, de a un punto por mes.

Un elemento de importancia es lo que ocurrirá el mismo 13 de agosto. La realidad es que Milei no tiene estructura ni candidatos ni fiscales. Ya se está viendo ahora, en su poca presencia de campaña, aunque prevé un cierre con repercusión. Lo cierto es que el 13 depende mucho de que los fiscales de otros partidos le cuiden los votos y eso seguramente ocurrirá en algunos distritos y en otros no.

Lo que está claro es que LLA será holgadamente la tercera fuerza y, en esta encuesta, Guillermo Moreno aparece en el cuarto lugar: duplicó sus votos en un mes, en función de una campaña con toques de humor. Como se ve en los datos, Juan Schiaretti no despega y, como es tradicional, a la izquierda le cuestan las elecciones presidenciales: logra buenos guarismos para diputados y senadores, pero no cuando los comicios son por cargos ejecutivos.

Nueve días llenos de dudas

Hoy por hoy, los encuestadores del mundo entero reconocen que tienen muchas dificultades para percibir el voto más moderado, el de ciudadanos no politizados. En este caso, el número es 14 por ciento, los votantes en transición que menciona Bacman. Esos ciudadanos decidirán, por ejemplo, quién será el candidato presidencial de JxC y quién de los dos -Bullrich o Larreta- se va a su casa. También se verá si Massa sigue creciendo en el marco de una alianza en la que hay una interna más bien ordenada. Falta saber si aparecerán en escena Mauricio Macri y Cristina Kirchner y qué efecto tendrán esas apariciones. Y están las incógnitas del voto Milei: si el libertario sube, JxC no podrá crecer; si el libertario baja, las chances, en particular de Bullrich, aumentan.

Lo que parece claro, a nueve días, es que no hay una guerra de encuestas. Los sondeos coinciden en este panorama y en la incertidumbre sobre buena parte de los resultados.  


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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