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La huelga nacional está en el menú de opciones de las centrales sindicales

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Felipe Yapur

Por Felipe Yapur

La publicación del mega DNU que destruye, entre otras muchas, las leyes laborales y los derechos de los trabajadores aceleró los tiempos dentro de la CGT y también en las dos CTA. En el caso de la CGT, a la reunión que la conducción cegetista ya tenía prevista con los diputados y senadores de UxP para evaluar el decretazo, ahora se suma una del consejo directivo donde los representantes gremiales van a decidir la realización de medidas de acción directa. También se activó la convocatoria de plenarios de las más de 70 regionales que tiene la CGT en el país. Si bien no hablan todavía de un paro general, todo indica que la convocatoria es inminente y es que el DNU no solo ataca a la legislación laboral sino también implica la destrucción de sindicatos y la continuidad de las obras sociales. Tanto la CTA de los Trabajadores y la Autónoma coinciden en la necesidad de convocar a un paro nacional.

«No vamos a tolerar el ataque a los derechos laborales, sociales y a la seguridad social», había dicho anoche uno de los triunviros de la central obrera, Héctor Daer, poco después de conocerse el DNU que lleva el nombre de Bases para la reconstrucción de la economía argentina y que se parece mucho a los decretos leyes que emitía la última dictadura. 

El triunviro había afirmado que rechazaba el DNU porque «subvierte el orden republicano democrático y altera la división de poderes. Su Inconstitucionalidad es manifiesta». Es más, agregó que «las emergencias dictadas sólo se justifican en un diagnóstico intencionalmente falaz para arrasar con los derechos sociales de todos los argentinos».

Desde este mediodía una delegación de la CGT se encuentra reunida con los diputados y senadores de UxP para coordinar acciones conjuntas que lleven a frenar el decretazo de Milei. Poco después, a las 13.30, llegarán al Congreso la conducción de las dos CTA.

Daer. al ingresar a la Cámara de Diputados, reconoció que tanto el paro nacional como una movilización son unas de las opciones que tiene la CGT para optar ante el DNU de Milei.

En lo que respecta a la CGT, después de ese encuentro van a realizar una reunión del consejo directivo. Se prevé muy concurrido que superará la habitual mesa chica y por eso se realizará a las 18 en la sede de la Uocra que conduce Gerardo Martínez.

Las comunicaciones que por estas horas hay entre los dirigente sindicales todas concluyen en la necesidad imperiosa de convocar a una medida de acción directa: el menú incluye el paro general y/o una movilización. «No se puede avalar el DNU. Pero no podemos arreglarnos con una declaración, acá hay que tomar acción», dijo Mario «Paco» Manrique secretario adjunto del Smata y secretario gremial de la CGT durante una entrevista con El Destape. El dirigente mecánico se mostró más proclive a una huelga nacional que a una movilización.

Por lo pronto la secretaría de Interior de la CGT que ocupa el líder de la UOM, Abel Furlán, ya está emitiendo la convocatoria a la realización de los plenarios de las casi 70 regionales de la CGT. En este último tiempo más del 80 por ciento de estas regionales se fueron normalizando a través de la tarea contínua de Furlán y su estrecho colaborador en esta tarea, Horacio Otero. La normalización de las regionales fortalece la capacidad de movilización de la central obrera.

Las dos CTA

Las otras centrales sindicales, donde participan una mayoría de gremios estatales, y que a las 13.30 tienen previsto encontrarse con los bloques legislativos de Unión por la Patria. 

En el caso de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma se reunirá luego a las 15 para analizar la adopción de «medidas de fuerza» contra el «brutal» DNU de Milei.

A través de un comunicado, la CTA Autónoma ratificó además la «jornada de lucha con asambleas y ollas populares en todo el país» anunciada para mañana viernes que tendrá como epicentro en el Obelisco a partir de las 11.

Por su parte, el secretario general de la CTA Autónoma, Hugo «Cachorro» Godoy, aseguró que el decreto del gobierno es «una bomba neutrónica sobre el pueblo argentino» y propuso «construir un gran paro nacional».


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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