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La CGT anticipa «parazo» para el jueves y el Gobierno sale a cruzarla

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Comienza otra semana de protestas con acciones que precalentarán motores para el paro general. Hoy hay asambleas en los sindicatos de transporte y liberación de molinetes en el subte y mañana salen a la calle los movimientos sociales con gravísimos problemas por la falta de alimento y que también adherirán al paro de la CGT. 

Tras la media sanción en la Cámara de Diputados de la Ley Bases, comienza una semana de protestas de los gremios. El pico será el jueves, día del paro general convocado por la CGT, que los dirigentes prometen será de alto impacto; a modo de precalentamiento, durante la mañana de hoy los sindicatos del transporte realizarán asambleas en los lugares de trabajo (no habrá paro de transportes hoy, como se había dicho inicialmente) y el martes, será el turno de los movimientos sociales, que volverán a salir a la calle. Las universidades también se sumaron al paro general del jueves. Desde la Casa Rosada juegan a minimizar los reclamos. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que al gobierno “no” le “importa lo que hagan” –aunque luego de avisar que si hay cortes de calle aplicará el «protocolo». El ministro del Interior y negociador de los votos con los gobernadores, Guillermo Francos, también había ninguneado las protestas sosteniendo que los paros de la CGT «tienen poca adhesión» y la opinión pública acompaña a Javier Milei.

Lunes

En el transporte, entonces, este lunes habrá asambleas en los lugares de trabajo. Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio de Camioneros, anticipó que “las asambleas informativas van a hacerse de 7 a 11 y a traer, seguramente, demoras en los servicios». Las harán «aeronáuticos, taxistas, marítimos, portuarios, ferroviarios y seguramente muchas líneas de colectivos”.

Moyano agregó que el mensaje está destinado “a los senadores, para decirles que no aprueben la ley Bases” y “para que el gobierno entienda que este modelo económico que daña a los trabajadores y a los jubilados no va más”.

En el subte, los metrodelegados abrirán los molinetes del subte en diferentes estaciones de la red, mientras que los trabajadores estatales de la Administración Nacional de Aviación Civil también informaron que harán asambleas que podrían afectar los servicios en los aeropuertos.

Bullrich

“A nosotros no nos importa lo que hagan, vamos a seguir adelante con nuestro camino”, aseguró este domingo Bullrich sobre el paro. La ministra dijo que las protestas no importan, luego que la gente quiere trabajar y no la dejan, luego que aplicará el Protocolo cada vez que se interrumpa el tránsito. La masividad de la marcha en defensa de las universidades le impidió desplegar una represión, y el acuerdo logrado en Diputados la semana pasada la volvió inconveniente, pero conviene recordar que el 10 de abril, en una marcha por alimentos, Bullrich aplicó el protocolo y la policía, le disparó con balas de goma  a la cara a un manifestante, que perdió la visión en un ojo. 

“El gobierno tiene una decisión tomada y la gente lo sabe. Se aplicará el operativo antipiquetes si hay bloqueos a accesos. Garantizamos la libre circulación, no dejamos que tomen puentes, corten rutas; nuestra decisión es clara”, remarcó este domingo la ministra.

Martes

La ley Bases comenzará a ser tratada por el Senado este martes en comisiones. Las gremios de la CGT y las CTA se oponen a la reforma laboral (que aumenta el período de prueba, elimina las multas a los empleadores que no registren a sus empleados y crea la figura del “trabajador independiente” con hasta cinco colaboradores, dando vía libre al trabajo en negro), rechazan también la reforma tributaria (por la que los sueldos volverán a tributar Ganancias), la privatización de empresas públicas (contenida en la delegación de facultades al Presidente) o su reducción y la entrega de los recursos del patrimonio (con el RIGI, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, que de todas las medidas contenidas en la Ley Bases es la que tiene un carácter irreversible, ya que se beneficiará con exenciones impositivas por 30 años a las empresas que inviertan más de 200 millones de dólares).

El martes, por otra parte, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y el Frente de Lucha Piquetero volverán a salir a la calle con una jornada de protesta. Las organizaciones sociales también adhirieron al paro de la CGT.

Las organizaciones sociales siguen teniendo el gravísimo problema de la falta de alimentos en los comedores comunitarios. La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, continúa sin enviarles insumos. Como parte de la guerra que ha declarado a las organizaciones, reemplazó el Plan Potenciar por dos programas de tipo más asistencialista, medida con la que además congeló su monto, que dejará de actualizarse con los aumentos del salario mínimo. El gobierno de Milei está llevando una ofensiva tremenda contra los movimientos, cada mes hace nuevas bajas masivas en los planes. En abril, según denunció Dina Sánchez, de la Utep, redujo a la mitad los ingresos de 200 mil trabajadores del antiguo Potenciar.

Jueves

El secretario general de la CGT, Héctor Daer, pronosticó que el del jueves será un “parazo”, ya que “todos” los sindicatos que integran la central obrera adhieren a la medida de fuerza. También se sumaron a la huelga las dos CTA y las universidades. 

La intención del gobierno es que el jueves mismo el Senado le dé dictamen favorable a la ley bases en comisión, para que sea debatido en el recinto la semana siguiente. Sin embargo, la oposición liderada por Unión por la Patria asegura que mantiene firmes 33 votos de rechazo, con que sólo le faltarían 4 votos para alcanzar los 37 necesarios para  frenarla. Un tercer camino es que algunos de los artículos sean modificados y la ley deba volver a la Cámara Baja, dilatando los tiempos.


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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