SOCIEDAD
Fin de semana largo: más de 3,5 millones de argentinos viajaron por el país y generaron un beneficio económico de $27 mil millones

Según los datos oficiales el país vivió un receso extendido con niveles de ocupación en torno al 90%
Los destinos turísticos argentinos vivieron un fin de semana largo con altos niveles de ocupación, que se ubicaron en torno al 90 por ciento en promedio.
Cerca de 1,5 millones de turistas que se movilizaron a lo largo y ancho del país, y si se suman los excursionistas -personas que partieron por el día pero regresaron a sus hogares a pasar la noche-, se contabilizan más de 3,5 millones de argentinos que salieron de sus casas a disfrutar del fin de semana largo de noviembre, que comenzó el viernes 18 y finaliza este lunes.
Al comparar este feriado con el mismo de 2021, se superaron los números en torno al 10% y alrededor del 30% al compararlo con el mismo receso extendido del 2019, antes de que estalle la pandemia de COVD-19.
Estos turistas y excursionistas generaron un impacto económico de aproximadamente 27 mil millones de pesos, según estimaciones que realizó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came).
Los destinos más populares durante este fin de semana largo fueron Iguazú, Mar del Plata, Carlos Paz, Rosario, Colón, Salta, Bariloche, Mendoza, San Martín de los Andes, El Calafate y Ushuaia, que tuvieron niveles de ocupación que rondaron el 90 por ciento.
Mientras tanto, otros “destinos emergentes”, tales como Antofagasta de la Sierra (Catamarca), Tafi Viejo (Tucumán), Bella Vista (Corrientes), Melincué (Santa Fe), Calingasta (San Juan), Huerta Grande (Córdoba) y Tolhuin (Tierra del Fuego) tuvieron ocupación plena, según información que compartió con este medio el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
En lo que respecta al Previaje 3, edición que fue lanzada especialmente para estimular las escapadas fuera de temporada alta por todo el país, se estima que sirvió para inyectar cerca de 4.500 millones de pesos a las economías regionales de la Argentina durante este fin de semana largo, con cerca de 120.000 turistas movilizados.
En el marco del programa de promoción turística, los destinos más elegidos fueron: San Carlos de Bariloche, Puerto Iguazú, El Calafate, Salta, Mendoza, Ciudad de Buenos Aires, Ushuaia, Mar del Plata, Puerto Madryn, San Martín de los Andes, Villa Carlos Paz, Córdoba, San Rafael, Merlo, El Chaltén, Tilcara, San Miguel de Tucumán, Federación, Villa La Angostura y Villa Gesell.
“Gracias al impacto de Previaje, nuestros destinos no van a tener ‘temporada baja’ durante 2022″, dijo Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes.
“Estamos muy conformes con los resultados del programa, fundamental para sostener la actividad turística, que lidera la recuperación del empleo en todas las regiones del país. El fin de semana largo récord de octubre y los datos de este fin de semana de noviembre nos dan la pauta de lo que va a volver a ser una temporada de verano con cifras históricas de movimiento turístico”, agregó el funcionario.
“Los datos que estamos relevando desde el Observatorio Argentino de Turismo dan cuenta de un gran fin de semana que superó las expectativas en muchos destinos del país”, dijo por su parte Gustavo Hani, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT).
“Nos da una gran satisfacción que el importante esfuerzo que nuestra industria hizo para mantenerse en pie, en el peor momento, haya valido la pena. Hoy vemos resultados concretos con una actividad sostenida a lo largo de todo el año, generada por el gran movimiento del turismo interno, el impacto del previaje y la recuperación del turismo receptivo. Todo esto es la antesala de lo que creemos será, sin duda, una gran temporada de verano”, concluyó Hani.
RIO TURBIO
20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.
Por Dr. Cristian Baquero Lazcano
Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.
La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.
¿Por qué el 20 de junio?
Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.
Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.
Una bandera que nació sin autorización
La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.
“Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.
Del campo de batalla al aula escolar
Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.
Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.
Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.
Rosario, el corazón de la celebración
La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.
De emblema militar a símbolo colectivo
La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.
Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.
Un legado que interpela
Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.
Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.
(*) Cristian Baquero Lazcano
Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.
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