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Mejora el oferta de combustibles, aunque siguen los faltantes

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Massa aseguró que el suministro de naftas y gasoil comenzó a aumentar, pero mantiene su amenaza de cierre de exportaciones de crudo. Las petroleras prevén incrementar entre 10 y 15 por ciento la oferta. El fin de semana llegaron tres barcos y entre lunes y martes descargarán otros dos. 

Luego de haber amenazado a las petroleras con un cierre de las exportaciones a partir de este martes, el ministro de Economía, Sergio Massa, aseguró que el suministro de combustibles comenzó a mejorar. «El abastecimiento es evidente que ha crecido. Desde la tarde de ayer (en referencia al domingo) empezó a aparecer mágicamente el combustible que no estaba y las petroleras saben que tienen hasta mañana (martes) a las 12 de la noche para resolverlo», reafirmó Massa en declaraciones a la prensa, a su ingreso al Ministerio de Economía. YPF, Axion, Trafigura (Puma) y Raízen (Shell), las cuatro grandes refinadoras del mercado, aseguraron este lunes a través de un comunicado conjunto que gracias a las mayores importaciones incrementarán entre un 10 y un 15 por ciento la oferta habitual “hasta alcanzar la normalidad operativa”.

Desconfianza

Al decir que el combustible comenzó a aparecer “mágicamente”, Massa volvió a poner en duda que las petroleras hayan estado haciendo todo lo posible durante los últimos días para garantizar el abastecimiento. La posición oficial es que hubo stockeo para forzar un aumento de precios, los cuales permanecen congelados desde mediados de agosto. “Yo les di mucho respaldo. Les di estabilidad cambiaria, les di libre flujo de divisas, les di tipo de cambio diferenciado para la exportación, pero hace 15 días apareció la idea de que había que guardar combustible porque venía la elección y venía una devaluación. Después la idea de que había que guardar combustible porque vencía el acuerdo de precios”, había asegurado Massa el domingo.

YPF, Axion, Trafigura (Puma) y Raízen (Shell), negaron el fin de semana haber especulado y aseguraron que los faltantes fueron consecuencia de los “niveles extraordinarios de demanda”, “una dependencia mayor a la habitual de importaciones de combustibles por paradas programadas en algunas refinerías” y “más recientemente, una sobredemanda generada por una expectativa de desabastecimiento”.

De hecho, la propia YPF, controlada por el Estado Nacional, reconoció que no tenía el combustible suficiente para abastecer su demanda y desde hace varias semanas venía negociando con el Banco Central para que le habiliten los dólares necesarios para importar, habilitación que recién se destrabó a fines de la semana pasada, cuando el desabastecimiento ya era generalizado.

Plan de acción

Luego de reunirse con el gobierno, las cuatro grandes refinadoras emitieron este lunes un nuevo comunicado en el que aseguraron que están llevando adelante un plan de acción para normalizar el abastecimiento pleno en las estaciones de servicio. “Durante este fin de semana se descargaron tres barcos con nafta y diesel. También, se sumaron dos embarques, que no estaban en la planificación original, los que comenzarán a descargarse entre hoy (lunes) y mañana (martes). Se prevén tres barcos más que permitirán normalizar la situación de stocks estratégicos de combustibles”, aseguraron. De esa manera, prevén incrementar entre 10 y 15 por ciento la oferta habitual.

Si bien este lunes todavía se registraron problemas de abastecimiento en numerosas estaciones de servicio de todo el país, las empresas afirmaron que “a partir de las medidas implementadas desde el fin de semana, observamos una atenuación en la demanda en las estaciones, en las que se registró un pico totalmente excepcional de consumo”. “A partir de las medidas implementadas desde el fin de semana, observamos una atenuación en la demanda en las estaciones, en las que se registró un pico totalmente excepcional de consumo”, agregaron, aunque sin prometer una fecha.

Massa amenazó el domingo con cerrar las exportaciones de crudo si el abastecimiento no se normaliza este martes. Sin embargo, en el sector consideran que no avanzará en esa dirección, aunque la situación no termine de normalizarse ya que el cierre de las exportaciones afectaría el ingreso de dólares y ralentizaría la producción en Vaca Muerta. “Ahora que la situación está mejorando, no va a llegar a ese extremo”, señaló una fuente del sector petrolero.

Massa prefirió por ahora no dar pistas sobre qué hará, pero dejó en claro que el abastecimiento local es una prioridad. «Cuando prefieren exportar antes que abastecer a los argentinos, obviamente tenemos la responsabilidad de ponernos firmes, por eso ayer (por el domingo) fui claro y dije hasta que no se resuelva el desabastecimiento no sale un sólo barco más», agregó. «Es muy simple, o le cuidamos el bolsillo a la gente y tenemos nafta a 320-350 mangos o liberamos los precios como dicen otros y se va a 800 mangos». Si bien no lo nombro, se refería al líder libertario Javier Milei, con quien competirá en el balotaje el 19 de noviembre para ver quién es el próximo presidente de los argentinos.

Al igual que lo hizo en el caso del transporte público de pasajeros, el objetivo de Massa es dejar en claro que si Milei gana las elecciones el precio de los combustibles subirá cerca de un 130 por ciento en poco tiempo. La diferencia con el transporte es que cuando Massa hizo esa comparación los trenes y los colectivos estaban funcionando normalmente. Sin embargo, en el caso de los combustibles antes de prometer un valor accesible deberá asegurar el abastecimiento porque de nada sirve que un bien esté relativamente barato si no se consigue.  


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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