Conectarse con nosotros

NACIONALES

Javier Milei enfrenta su primer paro general por la ley ómnibus y el megaDNU

Publicado

el


El protesta convocada por la CGT y las dos CTA, junto a los movimientos sociales, es el primer test importante del plan económico libertario. La concentración principal será en la plaza del Congreso, donde se reclamará a diputados y senadores que pongan un freno a la prepotencia oficial.
Sebastián Cazón

Por Sebastián Cazón

Javier Milei batirá hoy un récord. El Presidente enfrentará su primer paro general a tan solo 45 días de haber asumido. Romperá, así, la marca de tres meses que ostentaba Fernando de la Rúa. La aplicación, a toda velocidad, del feroz programa de ajuste tendrá como contracara una huelga de 12 horas y movilizaciones en las calles de todo el país. La CGT, las dos CTA, los movimientos sociales, dirigentes peronistas, agrupaciones de izquierda, referentes de la cultura y el deporte y organismos de derechos humanos se reunirán, todos, frente al Congreso de la Nación para coronar la jornada de protesta. Será una masiva demostración de fuerza en la antesala al debate legislativo por la ley ómnibus; un mensaje directo y contundente al gobierno nacional, pero también a los diputados que deliberarán el megaproyecto en el recinto. La Casa Rosada, en tanto, espera la marcha con aprietes y amenazas: promete descontarle el día de paro a los trabajadores, presentar denuncias en la Justicia por considerarlo “ilegal” y hacer cumplir el “protocolo antipiquete”, aunque implique reprimir.

Amplia convocatoria

«La gente tiene bronca porque hay decepción”, describió Héctor Daer. El cotitular de la CGT aseguró que el paro tendrá una gran adhesión porque «trasciende» al movimiento obrero y alcanza a diversos sectores de la sociedad como «las pymes, la cultura, los científicos, el deporte y muchos argentinos que tienen diversas miradas políticas e ideológicas, pero que quieren una Argentina diferente». “Va a ser incontrolable por la cantidad de laburantes movilizados”, agregó su par, Pablo Moyano. “No vamos a caminar obedientes y por la veredita como quiere el Gobierno”, advirtió el titular de ATE, Rodolfo Aguiar. En la cumbre del miércoles pasado, todas las organizaciones sindicales y sociales acordaron armar una sola columna sobre Avenida de Mayo para marchar –al mediodía– juntos hacia el Congreso. Se estima que el acto central será alrededor de las 15. Los sindicatos del transporte adherirán al paro a partir de las 19 para facilitar la movilidad a quienes participen de la protesta. Camioneros, la UOCRA, UPCN, La Bancaria y SMATA, algunos de los sindicatos con mayor poder de fuego, estarán al frente de la convocatoria que lleva el lema “La Patria no se vende”.

El peronismo bonaerense también será protagonista. Si bien el titular del PJ local, Máximo Kirchner, aún no confirmó asistencia, el partido y La Cámpora convocaron a la movilización. El excandidato presidencial Sergio Massa no será de la partida. Seguirá la jornada desde sus oficinas en la Avenida del Libertador; sí habrá dirigentes del Frente Renovador como la diputada Cecilia Moreau y otros integrantes del bloque. Aunque no será orador ni encabezará ninguna columna, Axel Kicillof se llevará todas las miradas. El gobernador, apuntado constantemente por Milei, se mostrará en la marcha, acompañado por un conjunto de jefes y jefas comunales como Mayra Mendoza (Quilmes), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Lucas Ghi (Morón) Mariel Fernández (Moreno) y Andrés Watson (Florencio Varela), entre otros. El PJ porteño, por su parte, adosó su respaldo a la medida, al señalar que la ley ómnibus y el megaDNU significan «el achicamiento del Estado y la pérdida de miles de empleos».

Organizaciones y partidos de izquierda se sumarán en una columna multisectorial e independiente para exigir que se profundicen las acciones de resistencia. “Nos movilizaremos con un gran cartel reclamando la continuidad de las medidas de fuerzas con paros escalonados y un plan de lucha hasta derrotar la ley ómnibus, el DNU y el protocolo represivo de este gobierno ajustador y autoritario», señaló el dirigente del MST en el FIT-Unidad, Alejandro Bodart

Las organizaciones sociales nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) prometen reunir a unas cincuenta mil personas. Tras realizar una serie de asambleas y ollas populares en distintos puntos del país, el Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie, MTE, Corriente Clasista y Combativa (CCC), Frente Popular Darío Santillán y Movimiento Misioneros de Francisco definieron acompañar la iniciativa de la CGT. “Va a ser la protesta más importante que hayamos visto en la Argentina. Si sumamos a todas las que van a haber en cada provincia se van a movilizar millones de personas”, indicó el líder del Evita, Emilio Pérsico. En principio, la idea de las organizaciones es trasladarse en transporte público para gambetear el show mediático que el gobierno busca instalar con el denominado protocolo antipiquetes.

De aprietes y amenazas

En la previa de la marcha, el Ministerio de Seguridad, conducido por Patricia Bullrich, emitió un comunicado para recordar que el protocolo «se encuentra plenamente vigente» y que está «absolutamente prohibido realizar corte de artería o vía de circulación». Asimismo, ratificó que se harán controles en micros y estaciones de trenes. «Es una aberración unilateral que ya está hasta en queja por el Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Eso de subir y filmar a la gente que viene arriba de un micro solamente lo encontramos en la dictadura», opinó Daer. “¿Me llevo a upa a 40 mil camioneros que vamos a movilizar?”, ironizó esta semana Pablo Moyano. “Que los lleve a upa, pero el protocolo lo vamos a cumplir”, respondió ayer Bullrich. En medio de los cruces, el juez federal de La Plata Ernesto Kreplak ordenó a las autoridades nacionales a que se abstengan de emitir disposiciones para que las fuerzas federales filmen o intercepten personas en transportes públicos (ver aparte).

El listado de medidas antiprotesta del Ejecutivo es extenso e insólito. Días atrás, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona advirtió que podría declarar ilegal el paro y accionar legalmente contra quienes participen de la movilización. Bullrich además habilitó la línea 134 para recibir denuncias de supuestas “extorsiones” a empresarios o trabajadores independientes, y aseguró que están llamando 1.000 personas por día para informar «aprietes». En tanto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que descontarán los días a los trabajadores estatales nacionales que adhieran a la medida. “Quien no trabaja es razonable que no cobre”, apuntó. La respuesta de los estatales fue contundente: “Las amenazas solo profundizan el plan de lucha”.


NACIONALES

Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

Publicado

el


El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.