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Elecciones: 19 de los 24 senadores que terminan su mandato no buscarán la reelección

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La Cámara alta, en la que están representadas las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se renueva por tercios y, en esta ocasión, le toca a los distritos de Tucumán, La Pampa, Catamarca, Chubut, Mendoza, Corrientes, Santa Fe y Córdoba.

Por Diego Guglielmone

La mayoría de los senadores cuyos mandatos finalizan este año no renovarán sus bancas por un nuevo período, ya que algunos buscarán un lugar entre los diputados y otros se alejarán de la política a nivel nacional, en tanto que sólo cinco legisladores aspiran a mantenerse en la Cámara alta durante seis años más.

No obstante, quienes buscan quedarse en el Congreso deberán pasar el filtro de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre y, luego, las elecciones generales del 14 de noviembre.

La Cámara de Senadores, en la que están representadas las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se renueva por tercios y, en esta ocasión, le toca a los distritos de Tucumán, La Pampa, Catamarca, Chubut, Mendoza, Corrientes, Santa Fe y Córdoba.

En estos comicios, el oficialista Frente de Todos pone en juego 15 de sus 41 bancas, en tanto que Juntos por el Cambio debe renovar ocho de sus 25 lugares.

Por su parte, el interbloque Parlamentario Federal, aliado de la oposición, arriesgará la banca que ocupaba el santafecino Carlos Reutemann y en la que ahora se sienta Alejandra Vucasovich debido al fallecimiento del expiloto de Fórmula Uno.

La Cámara de Senadores, en la que están representadas las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se renueva por tercios.Quienes buscan quedarse en el Congreso deberán pasar el filtro de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASOLa Cámara de Senadores, en la que están representadas las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se renueva por tercios.Quienes buscan quedarse en el Congreso deberán pasar el filtro de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO
Entre los senadores que dejarán el Senado,al menos por los próximos seis años, se encuentran los tres representantes de Tucumán: los oficialistas Beatriz Mirkin y José Alperovich; y la opositora Silvia Elías de Pérez.

Ni Mirkin ni el exgobernador tucumano buscarán otro mandato. De hecho, Alperovich hace un año y medio que se encuentra de licencia para tratar de aclarar su situación judicial luego de que una empleada del despacho de su coterránea lo acusara ante la Justicia de haber abusado sexualmente de ella.

La denuncia fue presentada a fines del año 2019 y, desde entonces, el senador se encuentra de licencia sin goce de sueldo.

Elías de Pérez, en tanto, dejará el Senado de la Nación luego de nueve años, ya que ingresó en 2013 para reemplazar al actual diputado nacional José Cano y luego obtuvo su reelección en 2015.

Tampoco continuarán en el Senado los actuales tres representantes de Catamarca: los oficialistas Inés Blas y Dalmacio Mera y el radical Oscar Castillo.

Blas ingresó a la Cámara alta en 2011, para reemplazar a la quien entonces había sido elegida gobernadora de su provincia, la actual diputada y precandidata a senadora, Lucía Corpacci. En 2015, Blas obtuvo su reelección en la boleta junto con Mera, quien dejará los cargos nacionales.

Quienes buscan quedarse en el Congreso deberán pasar el filtro de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre.Quienes buscan quedarse en el Congreso deberán pasar el filtro de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 12 de septiembre.
Castillo, exgobernador catamarqueño, es uno de los senadores que lleva más años dentro de la Cámara alta, ya que ingresó en 2003 y obtuvo su reelección en 2009 y 2015.

Otra de las provincias que cambiará a sus tres senadores es La Pampa, ya que ni los peronistas Norma Durango y Daniel Lovera, ni el opositor Juan Carlos Marino buscarán renovar en sus bancas.

Durango y Lovera ingresaron hace seis años a la Cámara alta, en tanto que Marino, al igual que Castillo, es senador desde 2003.

En la provincia de Chubut se da un caso especial ya que las tres bancas que se renuevan pertenecen al FdT: en las elecciones de 2015, Nancy González y Mario Pais ingresaron al Senado como parte del Frente para la Victoria, mientras que Alfredo Luenzo lo hizo como representante del Frente Renovador que por entonces llevaba como candidato a presidente a Sergio Massa.

Luego, Pais y Luenzo integraron el peronismo no kirchnerista entre 2015 y 2019, mientras que González se unió al frente Unidad Ciudadana que encabezaba la actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Durante los últimos dos años, los tres pasaron a formar parte del bloque del FdT; sin embargo, en estos comicios ninguno podrá ser reelecto.

Algunos de los senadores mandato cumplido buscarán un lugar entre los diputados y otros se alejarán de la política. a nivel nacional,Algunos de los senadores mandato cumplido buscarán un lugar entre los diputados y otros se alejarán de la política. a nivel nacional,
En cambio, en la provincia de Córdoba dejarán sus bancas en el Senado los opositores Laura Rodríguez Machado (una de las vicepresidentas de la Cámara) y Ernesto Martínez, en tanto que el oficialista Carlos Caserio (presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda) buscará la reelección.

Rodríguez Machado integra una de las listas de Juntos por el Cambio que dirimirá su suerte en las PASO para ingresar a la Cámara de Diputados, mientras que Martínez es senador suplente por la nómina que encabeza el exsenador Luis Juez.

Con los representantes de la provincia de Mendoza ocurrirá una situación similar: los opositores Julio Cobos y Pamela Verasay dejarán el Senado, mientras que la oficialista Anabel Fernández Sagasti buscará su reelección.

Los tres legisladores ingresaron en 2015 a la Cámara alta y, mientras Fernández Sagasti busca estar seis años más en su banca, Cobos y Verasay se postulan como precandidatos a diputados nacionales.

Los correntinos del Frente de Todos Ana Almirón y Carlos Espínola (exmedallista olímpico) buscarán mantenerse en su banca, en tanto que el opositor Pedro Braillard Poccard es el candidato a vicegobernador de Encuentro por Corrientes (una línea subalterna de Juntos por el Cambio), que impulsa la reelección de Gustavo Valdés.

Finalmente, en la provincia de Santa Fe se da un caso especial. El oficialismo sólo buscará la reelección de María de los Ángeles Sacnun, quien acompaña en la boleta a Marcelo Lewandowski; aunque antes deberá dirimir la PASO con la dupla conformada por el exministro de Defensa, Agustín Rossi; y la actual vicegobernadora, Alejandra Rodenas.

El otro senador del Frente de Todos, Roberto Mirabella, también resolverá su suerte en las PASO como precandidato a diputado nacional.

En cambio, la peronista disidente Alejandra Vucasovich (dentro del opositor Interbloque Parlamentario Federal, aliado a Juntos por el Cambio), quien hace apenas un mes se hizo cargo de la banca que dejó Reutemann, finalizará su mandato el próximo nueve de diciembre.


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Qué le espera al país con Javier Milei como presidente

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La historia muestra que cada vez que gobernó la ortodoxia económica hubo catástrofe social, concentración de la riqueza, endeudamiento extremo, dilapidación de activos públicos, destrucción de la industria, timba financiera, entrega de soberanía y atraso económico. Milei no será la excepción. 

David Cufré

Por David Cufré

«Lamentablemente nuestro punto de partida es muy bajo. Muchos años de desatinos y errores nos han conducido a una situación muy crítica. Es muy difícil que este mes puedan pagarse a tiempo los sueldos de la administración pública. Todavía seguiremos por algún tiempo la pendiente descendiente que recorremos desde hace más de diez años. Dejaremos que cada uno de los habitantes del país viva como pueda y como quiera. Las medidas en curso permiten que podamos lanzar hoy una nueva fórmula: ‘Hay que pasar el invierno’«. El nefasto experimento de Alvaro Alsogaray, ministro de Hacienda de Arturo Frondizi entre 1959 y 1961, que llegó al cargo por presión militar, empezará a repetirse a partir de mañana con Javier Milei como presidente.

Le espera al país lo que ya vivió tantas veces a lo largo de décadas de gobiernos liberales: catástrofe social, concentración de la riqueza, endeudamiento extremo, dilapidación de activos públicos, destrucción de la industria, timba financiera, atraso económico. Cada una de esas experiencias hundió a la Argentina en un pantano del que cada vez resultó más difícil salir. La entrega de soberanía también fue una constante con esos gobiernos. 

Como Alsogaray a mediados del siglo pasado, el endeudador serial Luis «Toto» Caputo sostiene ahora que su gestión como ministro de Economía será muy complicada por «la pesada herencia» que recibe del gobierno que se va. Deja de lado que en su paso anterior por la gestión pública, como ministro de Finanzas, Economía y presidente del Banco Central de Mauricio Macri, llegó al extremo de comprometer a diez generaciones a pagar la deuda que contrajo a cien años.

Esa plata no se usó para la construcción de rutas, centrales eléctricas o nuevas industrias, sino para la especulación financiera. Los dólares se evaporaron en esa fiesta que disfrutaron pocos y pagarán todos los argentinos. También como suele pasar, el gobierno peronista tuvo que reestructurar esos pasivos con el capital financiero internacional y, junto con ello, la deuda monumental que Macri, Caputo y compañía dejaron con el FMI. La desfachatez de Caputo para hablar de pesada herencia es marca registrada de los gobiernos liberales.

La lista

La dictadura de Pedro Eugenio Aramburu, después del golpe de Estado a Juan Domingo Perón en septiembre de 1955, tuvo como uno de sus ministros de Economía emblemáticos al liberal Adalbert Krieger Vasena. Ese gobierno fue responsable de la adquisición de un préstamo con varios bancos europeos que supuestamente se pagaría con el crecimiento económico que generarían las políticas liberales. El resultado fue que el préstamo no se pudo devolver, la Argentina cayó en default y los gobiernos de Europa crearon el Club de París para presionar por los pagos. También a esa administración hay que computarle la incorporación de Argentina al Fondo Monetario Internacional y el alineamiento incondicional con Estados Unidos.

El gobierno que siguió, de Arturo Frondizi, tuvo como ministros de Economía al mencionado Alsogaray y luego al liberal Roberto Alemann, quien en 1981 volvería al Palacio de Hacienda como ministro del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri. En 1961 estuvo al frente de una renegociación ruinosa de la deuda con el Club de París y desplegó un plan de ajuste que sumergió a las mayorías populares: hubo despidos y congelamiento de salarios de empleados estatales, aumentos exorbitantes de tarifas de servicios públicos, quita de aranceles a la importación, rebaja de indemnizaciones por despido y acortamiento de licencias por maternidad.

En 1962, días antes del derrocamiento de Frondizi y la asunción de José María GuidoJorge Wehbe llegó por primera vez al Ministerio de Economía. Permaneció en ese cargo apenas un mes y mantuvo la línea del ajuste permanente. Wehbe reapareció como ministro de Economía con Alejandro Agustín Lanusse en 1972, con la misma impronta, y tuvo una tercera participación sobre el final de la última dictadura, en la gestión de Reynaldo Bignone en 1982 y 1983.

En 1962 y 1963, con Guido, se sucedieron como ministros de Economía Alsogaray y José Alfredo Martínez de Hoz. Joe, como lo llamaban, fue exponente principal de la oligarquía terrateniente y la patria financiera, odiador acérrimo de la industria nacional, fanático de la apertura importadora, la desregulación económica y la libertad de mercado. Cada vez que intervino en la gestión pública, el país cayó en graves crisis, terminó endeudado hasta el cuello y su círculo social se enriqueció en la misma proporción.

Después de los tres años de gobierno de Arturo Illia, otro golpe de Estado encabezado por Juan Carlos Onganía nombraría como ministros de Economía otra vez a Krieger Vasena (1967-1969) y a otra figura rutilante de la derecha económica, José María Dagnino Pastore (1969-1970). En esos años se decretó la suspensión de los convenios colectivos de trabajo, se aprobó la ley de hidrocarburos que permitió la participación de empresas privadas en el negocio petrolero, se sancionó la ley de alquileres que facilitó los desalojos, se suspendieron los aumentos de salarios por dos años y se dio impulso a la patria contratista para la realización de obras públicas que antes asumía el Estado. Unas cuantas de esas políticas se repetirán ahora con Milei.

Dictadura

Tras casi dos décadas de exilio forzoso, Perón volvió a ser presidente entre octubre de 1973 y el 1 de julio de 1974, cuando falleció. Fueron apenas ocho meses, pero los resultados de la gestión económica resultaron exitosos. El plan del ministro José Ber Gelbard, quien había sido fundador de la Confederación General Económica (CGE), consistió en una revitalización notable del mercado interno, los salarios, las pymes y las actividades productivas. Hubo una fuerte intervención del Estado en la economía y la imposición de reglas estrictas a capitales nacionales y extranjeros. En 1974 la inflación bajó al 30,2 por ciento, desde el 79,6 de 1972; la desocupación se redujo a solo 2,5 por ciento, desde el 6,1 por ciento del gobierno de Lanusse, y el PIB trepó 6,4 por ciento, desde el 3,5 de dos años antes.

El plan de Gelbard se completó con la firma de un pacto social entre la CGT y la CGE para coordinar precios y salarios, anclar expectativas y habilitar una etapa de expansión económica. Sin embargo, esa estrategia se vino a pique con el fallecimiento de Perón y el pandemónium político que le siguió. 

Gelbard renunció en octubre de 1974 y tras un interregno de ocho meses de Alfredo Gómez Morales, Celestino Rodrigo escaló al Ministerio de Economía. Su número dos y auténtico creador del plan de desestabilización más grande de la historia argentina, Ricardo Zinn, convenció al gobierno de María Estela Martínez de Perón de producir una enorme devaluación, con suba astronómica de tarifas y precios, y los salarios por detrás. Fue allí que se generó una bisagra histórica en el país, porque de ese caos empezó a surgir la economía bimonetaria que aún persiste, con la cobertura permanente en el dólar.

Zinn tenía fuertes vínculos con grupos empresarios, particularmente el Consejo Empresario Argentino, que integraba Martínez de Hoz y que tuvo activa participación desestabilizadora en las semanas previas al golpe del 24 de marzo. 

Después del derrocamiento de Isabelita, la dictadura genocida cívico-militar desplegó con Martínez de Hoz un plan con los siguientes ejes estructurales: liberación de los precios, del mercado cambiario, de las importaciones, de los alquileres, quita de retenciones a las exportaciones, eliminación de subsidios y planes sociales y endeudamiento millonario con el FMI y la banca extranjera.

Ese plan, con sus más y sus menos, fue continuado por sus sucesores, otros conspicuos representantes de la ortodoxia económica: Lorenzo Sigaut, Roberto Alemann, José María Dagnino Pastore y Jorge Wehbe, con los resultados conocidos de destrucción del aparato productivo, incremento de la pobreza y atraso por generaciones.

Menem, De la Rúa, Macri

Después del golpe de mercado que terminó con el gobierno de Raúl Alfonsín en 1989, en el que hubo economía de guerra y más inviernos que primaveras, el menemismo produjo otro quiebre histórico similar al que ahora quiere recrear Milei, con privatizaciones, negociación de la deuda en default a favor de los acreedores, destrucción del Estado y sus capacidades de intervención, reformas estructurales regresivas en materia laboral, previsional e impositiva, endeudamiento a mansalva y afianzamiento de la economía bimonetaria con la convertibilidad. Las consecuencias fueron lamentables para las mayorías populares y rutilantes para los sectores concentrados, con seis años de crisis, desocupación y fractura social, y apenas cuatro en los que Domingo Cavallo pudo disfrutar de una expansión del PIB que solo favoreció a un sector minoritario de la sociedad.

Fernando de la Rúa mantuvo el esquema de la convertibilidad y se hundió con el propio Cavallo en diciembre de 2001. La reaparición de los liberales en la Casa Rosada se dio con Macri, con resultados fáciles de recordar: trajo nuevamente al FMI, tomó deuda en dólares por casi 100 mil millones y el país permaneció casi todo el tiempo en crisis. A eso le sumó la post verdad, que consiste en decir cualquier cosa negando los hechos objetivos. Pero la única verdad es la realidad de que con los liberales, la Argentina no hizo más que retrocederMilei no será la excepción.


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