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El Gobierno advierte que la circulación de coronavirus es muy alta y pide usar barbijos en espacios cerrados

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Se combina con un aumento en el diagnóstico de otros virus respiratorios, algo inusual durante la temporada de verano. Los contagios crecieron 17% en una semana.

La directora nacional de Epidemiología e Información Estratégica, Analía Rearte, aseguró este martes que en el país hay una circulación “muy alta” de coronavirus en un contexto en el que también hay un aumento de casos de otros virus respiratorios, al tiempo que recomendó aplicarse la dosis de refuerzo si pasaron más de cuatro meses desde la última aplicación.

“Hoy estamos con una circulación muy, muy alta de Covid. Durante todo este año tuvimos circulación viral, empezamos 2022 con una circulación altísima de Covid, SARS-CoV-2, concomitantemente con influenza, que fue una cosa rara porque influenza no circula generalmente en verano”, dijo la funcionaria en declaraciones a Télam Radio.

En ese marco, agregó que durante todo el año “hubo circulación viral que también es algo raro porque los virus respiratorios tienen su estacionalidad en invierno, con lo cual la circulación de SARS-CoV-2 ha alterado un poco este año que pasó”.

“Y hoy nos encontramos entonces ya con una disminución, pero hasta hace un par de semanas teníamos una circulación muy fuerte de virus de influenza”, añadió

Además, Rearte remarcó que el “SARS-CoV-2 con estas nuevas variantes es un virus tremendamente transmisible”, por lo cual recomendó “la vacunación” como base para la prevención, además de los cuidados específicos como el uso adecuado de barbijo en espacios cerrados, especialmente en momentos de alta circulación de virus respiratorios; hacer las reuniones al aire libre; asegurar la adecuada ventilación de ambientes; y el lavado de manos frecuente, entre otros.

“Ya todos como sociedad hemos aprendido lo que es la prevención de los virus respiratorios. Lo primero, para evitar la enfermedad grave lo que tenemos es la vacunación y acá es muy importante reforzar que si pasamos de cuatro meses de la última dosis hay que aplicarse una dosis de refuerzo porque realmente cambia mucho el pronóstico cuando uno está correctamente vacunado que cuando no lo está”, enfatizó.

De acuerdo a los datos difundidos el lunes por el Ministerio de Salud, se reportaron 47 muertes por coronavirus y 72.558 contagios en la última semana en la Argentina.

Más del 80 por ciento de los fallecidos tenían comorbilidades, y 32 de ellos tenían aplicada al menos una dosis de refuerzo, aunque solo tres la habían recibido en los últimos cuatro meses.

En cuanto a los contagios, la cifra de ayer significa un incremento del 17% respecto al parte anterior (61.903).

Por otro lado, la funcionaria recordó que el Gobierno prorrogó hasta el 31 de diciembre próximo la emergencia pública en materia sanitaria, lo que permitirá “dar una respuesta integral” a la variedad de situaciones que se vieron postergadas como consecuencia de la pandemia.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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