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Preocupación de la UIA por el paro del transporte y el riesgo de desabastecimiento

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La central fabril alertó sobre los efectos negativos que pueden producirse ante la interrupción de la circulación y distribución de bienes industriales.

La Unión Industrial Argentina (UIA) alertó sobre el impacto negativo del paro en el transporte sobre la actividad fabril y los riesgos de desabastecimiento.

En un tajante comunicado, la entidad le expresó a distintos funcionarios del Gobierno -entre ellos al jefe de Gabinete, Juan Luis Manzur- sobre su preocupación frente a las protestas de los transportistas en distintas provincia del país por la falta de gasoil y el retraso tarifario en los servicios de transporte.

La central fabril alertó sobre los efectos negativos que pueden producirse ante la interrupción de la circulación y distribución de bienes industriales debido a los cortes de ruta en diferentes regiones del país.

«Esta medida -que llevan adelante TUDA junto a UNTRA y SUTAP- está afectando a provincias como Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán, Neuquén y Rio Negro», alertó la UIA.

La escasez de gasoil ya afecta a 19 de las 24 provincias del país e impacta de manera negativa en los tiempos de viaje de los transportistas, que ven limitado el abastecimiento en las diferentes estaciones de carga a lo largo del país.

«Las medidas en cuestión no sólo vulneran la libre circulación de bienes y personas en el territorio nacional, sino que al impedir el tránsito de productos e insumos indispensables para cadenas productivas que resultan de interés público, ponen a la vez en juego los derechos de los productores y consumidores a lo largo del país», alertó la UIA.

Dichos bloqueos de rutas tienen un impacto sumamente negativo en el abastecimiento de insumos para la producción a nivel nacional, alertó la entidad que dirige el empresario Daniel Funes de Rioja.

«Desde la UIA solicitamos que se arbitren las medidas necesarias para permitir la circulación, retomar la producción y garantizar el abastecimiento a todo el país», indicó.

Al mismo tiempo insistieron con su propuesta de conformar una mesa de trabajo junto a la Secretaría de Energía, y Ministerios de Transporte y de Desarrollo Productivo para trabajar de manera conjunta la situación, que viene afectando al transporte desde hace ya varios meses.

El reclamo de los industriales se enmarca dentro de las protestas y cortes de rutas que vienen manteniendo los gremios transportistas de carga en las ultimas semanas, debido a la escasez de gasoil, los sobreprecios y la suba de los costos que tienen que afrontar.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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