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«Pacto de Mayo»: Marchas y contramarchas de la cumbre con los gobernadores en Casa Rosada

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Las idas y vueltas del Gobierno por la lista de asistentes y la incógnita sobre la participación del Presidente. Axel Kicillof aseguró que irá si es un «encuentro de trabajo» con el mandatario presente.
Sebastián Cazón

Por Sebastián Cazón

Invitar a todos los gobernadores o solo a algunos. A una amplia cumbre o varios encuentros más cerrados. A la mañana o a la tarde. Todas esas dudas carcomieron al Gobierno en los últimos días, preocupado por no sufrir un nuevo traspié en su obsesión por aprobar la fallida ley ómnibus. Finalmente, horas después de que el ministro del Interior, Guillermo Francos, anunciara que habría «dos o tres reuniones» separadas, Presidencia decidió convocar a todos los jefes provinciales para este viernes a las 15 horas en la Casa Rosada. Las invitaciones ya fueron enviadas y, por el momento, hay dos grandes interrogantes: cuántos mandatarios peronistas la aceptarán y si concurrirá Javier Milei. El bonaerense Axel Kicillof anticipó que está dispuesto a participar, pero exige la presencia del Presidente.

En medio de las idas y vueltas del Gobierno, Guillermo Francos fue el responsable de enviar el mail con la consigna «convocatoria al diálogo por el Pacto de Mayo». Ayer a la mañana la decisión era concretar la cita a las 10 en el Salón Eva Perón. Sin embargo, algunos gobernadores le advirtieron que por el horario de los vuelos les iba a ser imposible llegar y, por ese motivo, definieron pasarlo para las 15 horas. 

En principio, el ministro del Interior será quien encabece la reunión junto a Nicolás Posse. El silencioso jefe de Gabinete asumirá el rol de articular político con la oposición, una función que hasta el momento no tuvo. Su presencia funcionará como una especie de garantía de que lo que se hable tenga el aval del Presidente. Sucede que los jefes provinciales se quejan a diario de que la palabra del ministro del Interior es constantemente desacreditada por la Casa Rosada y el Ministerio de Economía. Las marchas y contramarchas de los últimos días fueron un ejemplo de esa secuencia.

La asistencia de Milei es una incógnita. No por cuestiones de agenda sino porque no quiere confirmarla hasta asegurarse una nutrida concurrencia. Lo llamativo de esta situación es que la convocatoria al diálogo la realizó el jefe de Estado en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. En Presidencia se limitan a decir que es posible que «pase a saludar».

La lista de invitados

«Si es con el Presidente, a una reunión de trabajo, por supuesto que voy», anticipó Axel Kicillof, quien también advirtió que no quiere caer en una jugada de «marketing político» e ir solo para «sacarse una foto». Además, sostuvo que el entusiasmo de los gobernadores por la convocatoria «duró poco» y exigió que «antes de hablar de Ley Ómnibus de nuevo, reciclada o lo que quieran, primero devuelvan a las provincias lo que le sacaron».

La postura del bonaerense es compartida por el grupo de gobernadores más refractario: el riojano Ricardo Quintela, el pampeano Sergio Ziliotto, el catamarqueño Raúl Jalil, el formoseño Gildo Insfrán y el fueguino Gustavo Melella. No obstante, hay diferencias respecto a si asistir o no a la cumbre. Quintela aseguró que no irá, Insfrán haría lo mismo y Ziliotto está en duda. Jalil y Melella dirían presente.

Alineado con la Casa Rosada desde el momento en que sus diputados se fueron del bloque de Unión por la Patria, el tucumano Osvaldo Jaldo ya confirmó su participación. También el misionero Hugo Passalacqua, el rionegrino Alberto Weretilneck, el santiagueño Gerardo Zamora y el cordobés Martín Llaryora.

De los gobernadores aliados, hay dos que seguro no estarán. El mendocino Alfredo Cornejo y el sanjuanino Marcelo Orrego viajaron a Canadá a participar de una feria minera y no llegarán al encuentro. Es probable que envíen como representantes de sus provincias a sus vicegobernadores.

En Casa Rosada son optimistas y aseguran que la gran mayoría concurrirá. “Los que no quieran venir, que no vengan. Se perderán de ser parte de un pacto histórico”, dicen con fastidio. La idea del Gobierno es «escuchar» las demandas de los mandatarios provinciales y ofrecerles un «alivio fiscal» para las provincias a cambio de aprobar una ley ómnibus acotada. Ese paquete de medidas incluiría dos puntos de los puntos más discutidos en el Congreso el mes pasado: otorgarle facultades delegadas a Milei y la privatización de empresas públicas.

Respecto a la cuestión fiscal, existe una disputa por Ganancias. El Gobierno proyecta mejorar las recaudaciones provinciales restituyendo la cuarta categoría del Impuesto, pero los gobernadores dudan. Nadie quiere asumir el costo político de una medida que afectaría los ingresos de cientos de miles de trabajadores.

El mensaje que dejó «Toto»

El que no estará presente el viernes será Luis Caputo. El ministro de Economía participará de la Asamblea Interanual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington. Sin embargo, en la previa de la cumbre, la cartera que conduce le dejó un mensaje claro a los ministros de Economía provinciales.

En un encuentro de dos horas en el Ministerio, el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, defendió el recorte de las transferencias a las provincias y la parálisis de la obra pública –que supuestamente está siendo auditada–, y les informó que de ninguna manera se restablecerá el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). 

Respecto a la obra pública, Guberman les prometió analizar la posibilidad de darle acceso a las provincias a los organismos multilaterales de crédito como el BID, el Banco Mundial o la CAF para que consigan financiamiento. Quedó pendiente discutir a fondo la coparticipación federal, otro de los ejes que formará parte de la tensa discusión por el denominado «Pacto de Mayo».


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¿Fuga de capitales o déficit?, el eje que acercaron a Cristina para debatir con Milei

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Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli, acercaron un trabajo a Cristina que plantea ese debate para contraponer al modelo de Milei.

Los economistas Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli acercaron a Cristina Kirchner un documento que plantea un abordaje novedoso para abrir un debate con el modelo de Javier Milei. Según estos economistas existen dos visiones contrapuestas respecto a los problemas centrales que afectan a la economía argentina. 

Se puede plantear que la visión ortodoxa sostiene que los problemas son resultado del déficit fiscal en tanto que para una parte de la heterodoxia derivan de la restricción externa. 

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En este sentido es dato concreto que en apenas en el transcurso de horas Milei llamó héroes a los fugadores de divisas ante lo más selecto del círculo rojo reunido en el Llao Llao, para pasar luego a la autocelebración del superavit fiscal por cadena nacional. 

Como respuesta, CIFRA, centro de investigación económica que depende del CTA junto con el departamento de Economía de Flacso elaboró un documento, que en términos de provocación, escala a dimensiones similares.

«Desde la dictadura militar, la restricción externa no está determinada por el saldo negativo de la balanza comercial como ocurría en la segunda etapa de sustitución de importaciones sino que a dicha variable se le agrega ahora la fuga de capitales locales al exterior como núcleo central de la misma», afirman Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli en el documento. 

Para estos economistas kirchneristas los recursos fugados afectan centralmente a la formación de capital y no al consumo de los sectores de altos ingresos. «De esa forma restringen la expansión industrial, el crecimiento y el nivel de empleo. Asimismo, cercena las reservas de divisas, impulsando el notorio endeudamiento estatal para cubrir el faltante de divisas para garantizar esa fuga y el funcionamiento económico. Por otra parte, tiene un efecto negativo muy relevante en las finanzas del sector público porque en una proporción claramente mayoritaria esos recursos evaden sus obligaciones fiscales o dicho de otra impulsan el déficit fiscal», sostiene el trabajo. 

Para Basualdo y Manzanelli esto es último es lo determinante: «El déficit fiscal no se origina en el enriquecimiento de la «casta» o integrantes del sistema político, como dice el relato esgrimido por el actual gobierno, sino que primordialmente proviene del núcleo central de los sectores dominantes (grupos económicos y el capital financiero), que en esta etapa impulsan como sus representantes políticos a los libertarios, lo cual habla de una situación de una tergiversación y cinismo político inédito»agrega el texto. 

La ex presidenta de este sábado en Quilmes podría transitar esa senda, a partir de esta disyuntiva contundente: «Fuga o Déficit».


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