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Milei, las mujeres y la moratoria previsional

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Mariana Carbajal

Por Mariana Carbajal

“Las mujeres trabajan igual que los hombres en la actualidad; ya dejaron el modelo de ama de casa; ahora la gran mayoría tiene un trabajo y un título y otras van por ese camino”, escribió un varón en mi perfil de Instagram para cuestionar una publicación que hice el domingo sobre las consecuencias del fin de la moratoria previsional que propone el Gobierno en la Ley Bases. Con la modificación, el 90 por ciento de las mujeres no podrá jubilarse a los 60 años –por falta de aportes– y recién podrán acceder a la «Prestación Universal al Adulto Mayor» –conocida como PUAM– a partir de los 65 años. Y, además, cobrarán un 20 por ciento menos que la jubilación mínima. Estos datos los compartí.

El tema generó conversación. En pocas horas había más de 80 comentarios. La mayoría de los mensajes lamentaban la decisión del Gobierno. Algunos preguntaban por qué razón no se podría jubilar un porcentaje tan elevado de mujeres a los 60 años. Hubo testimonios en primera persona para responder a esa duda como el de @andrealamorocha_ que escribió: “Después de un matrimonio que me llevó a la ruina emocional y económicamente, quise reinsertarme laboralmente y por la edad no conseguí trabajo. Así es como comencé a trabajar como empleada doméstica, sin aportes ni nada. Tengo 53 años, estoy ‘vieja’ para laburar en blanco. Esta ley a mí como a tantas otras mujeres nos destruye al momento de jubilarnos… qué triste todo, ¡que terrible lo que están haciendo!

Otra mujer respondió: “¿Realmente pensás que la mayoría tiene un trabajo y un título? Me parece que tenés una pequeña muestra estadística, te invito a viajar al interior del país, no a las ciudades capitales y verás cuál es la realidad de una gran cantidad de mujeres. No generalicemos, por favor. Además, las que tuvimos la posibilidad de estudiar y tener un buen trabajo no nos desconectamos del trabajo del hogar, si tenemos familia seguimos trabajando no sólo físicamente, si no mentalmente en la organización de nuestras familias y a veces delegamos nuestro trabajo de limpieza en el hogar, oh sorpresa, en otras mujeres, que a su vez trabajan en tu casa y en la de ellas, y muchas veces quienes las contratan no le pagan aportes”.

Curiosamente, varias mujeres expresaron su malestar por la posibilidad de que sus congéneres se jubilaran con la moratoria previsional, cuando ellas, muchas amas de casa que tampoco tuvieron los aportes correspondientes, los completaron con dinero de sus maridos.

Otras conversaciones en redes sociales rondaron en estos días sobre el derecho de las mujeres a jubilarse cinco años antes que los varones.

Hay que volver a explicar una y otra vez que el gran núcleo de la desigualdad entre varones y mujeres está en que nosotras –mujeres– nos hacemos cargo mayoritariamente de las tareas domésticas y de cuidado, que son trabajo, pero no está remunerado. Si se logra visualizar todo el impacto que tiene ese desbalance en el reparto de trabajo al interior de los hogares y cómo condiciona la vida en el afuera, se comprende con claridad la importancia de legislar con perspectiva de género.

Las mujeres históricamente hemos tenido el derecho a jubilarnos antes que los varones justamente por esa doble jornada laboral. “Reconoce una desigualdad histórica en términos de tareas de cuidado”, destaca Luci Cavallero, de Ni Una Menos. “La propuesta del Gobierno nos hace retroceder años y años de luchas conquistadas”, agrega Nora Goren, investigadora y directora del Instituto de Estudios Sociales en Contextos de Desigualdades de UNPAZ. “Una de las medidas que podemos señalar claramente de mayor justicia social y feminista ha sido la moratoria previsional”, señala la ministra de Mujeres y Diversidad bonaerense, Estela Díaz.

En Argentina, las mujeres realizan el 75 por ciento de las tareas de cuidados. Por eso tienen tasas más bajas de actividad, formalidad, menores salarios y mayores niveles de desocupación. Dedican el doble de tiempo que los varones a tareas domésticas –criando a hijxs y/o ocupándose de personas adultas dependientes, con enfermedades o discapacidad en las familias–, pero su trabajo no cuenta. Las desigualdades en el mercado laboral producen que sólo 11 por ciento de las mujeres de entre 55 y 59 años cuenten con más de 20 años de aportes. De acuerdo un informe de ACIJ y ELA publicado en marzo, 6 de cada 10 mujeres que están jubiladas lo hicieron a través de la moratoria. Actualmente, sólo 1 de cada diez mujeres próximas a jubilarse está en condiciones de hacerlo. Si se aprueban las reformas propuestas en materia previsional, Javier Milei, de la mano de sus aliados, contribuirá a agrandar la brecha de género.


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Quién era Ebrahim Raisi, el fallecido presidente de Irán

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El mandatario que murió al caer el helicóptero en el que viajaba era defensor de la ley y el orden, en términos de derecha iraní. Elegido en junio de 2021, había salido fortalecido en las últimas elecciones legislativas.

A partir de mañana comenzarán los funerales del presidente Ebrahim Raisi, electo en 2021 y cuya muerte a los 63 años abre un periodo de incertidumbre política en Irán. Su liderazgo aglutinó a los sectores más conservadores de ese país, que luego de garantizar su apoyo al sucesor del gobierno dejó claro que este hecho no provocará «la mínima perturbación en la administración» del país.

Ataviado siempre con un turbante y un largo abrigo negro religioso, el difunto presidente Ebrahim Raisi, fallecido en un accidente de helicóptero, dirigía Irán desde 2021 en un contexto tenso en el plano internacional y de protestas dentro del país.

Nacido en noviembre de 1960 en la ciudad de Mashad, Raisi fue nombrado fiscal general de Karaj, cerca de Teherán, con tan solo 20 años, tras la victoria de la Revolución Islámica de 1979.

Formó parte del engranaje judicial durante más de tres décadas: fiscal general de Teherán de 1989 a 1994, jefe adjunto de la Autoridad Judicial de 2004 a 2014, año en el que fue designado fiscal general del país.

En 2016, el guía supremo Ali Jamenei lo puso al frente de la poderosa fundación benéfica Astan Quds Razavi, que gestiona el santuario del Imán Reza en Mashad además de un enorme patrimonio industrial e inmobiliario.

Raisi, hombre poco carismático de barba canosa, gafas finas y siempre ataviado con un turbante negro de «seyyed» (descendiente de Mahoma), cursó las clases de religión y de jurisprudencia islámica del ayatolá Jamenei, quien durante su presidencia le brindó apoyo incondicional.

Raisi estaba casado con Jamileh Alamolhoda, profesora de Ciencias de la Educación en la Universidad Shahid-Beheshti de Teherán. Con ella tuvo dos hijas, ambas con títulos de educación superior. Su suegro fue Ahmad Alamolhoda, imán de la oración y representante provincial del guía supremo en Mashad, segunda ciudad del país.

El fallecido presidente era un ayatolá considerado un ultraconservador y un firme defensor de la ley y el orden, en términos de derecha.

Se presentaba como defensor de las clases desfavorecidas y de la lucha contra la corrupción. Inclusive contaba con el apoyo de la principal autoridad, el ayatolá Jamenei, quien al ser enterado de la noticia de la muerte envió un mensaje de calma a la población y aseguró que el suceso no iba a provocar «ninguna perturbación».

Probablemente consciente de que necesitaba unir a una sociedad iraní dividida por la cuestión de las libertades individuales, durante la campaña electoral de 2021 se comprometió a erigirse en defensor de la «libertad de expresión» y de los «derechos fundamentales de todos los ciudadanos iraníes».

Raisi fue elegido el 18 de junio de 2021 en primera vuelta en unos comicios marcados por una abstención récord para unas presidenciales, y en ausencia de ningún rival de peso. Sucedió al moderado Hasan Rohani, que lo había derrotado en las presidenciales de 2017 y que, tras dos mandatos consecutivos, no pudo volver a presentarse.

En marzo de este año, el mandatario salió fortalecido en las legislativas, las primeras elecciones a nivel nacional desde el estallido del movimiento de protesta que sacudió Irán a finales de 2022 a raíz del deceso de Mahsa Amini, una joven que murió tras haber sido detenida por no respetar el código de indumentaria que rige la República Islámica.

Tras esos comicios, el presidente iraní se mostró satisfecho por el «nuevo fracaso histórico infligido a los enemigos de Irán tras los disturbios» de 2022.

En los últimos meses, Raisi se había mostrado como un firme adversario de Israel, enemigo de la República Islámica, apoyando a Hamás desde el 7 de octubre, cuando empezó la guerra en la Franja de Gaza entre el Estado hebreo y el movimiento islamista palestino.

Irán lanzó un ataque inédito el 13 de abril contra Israel, con 350 drones y misiles, la mayor parte de los cuales fueron interceptados con la ayuda de Estados Unidos y de otros países aliados.

Raisi figuraba en la lista negra estadounidense de dirigentes iraníes sancionados por «complicidad» en «graves violaciones de los derechos humanos», unas acusaciones que las autoridades de Teherán rechazan.

Tras su deceso, la constitución iraní prevé que el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, lo remplace hasta la organización de una nueva elección en un plazo máximo de 50 días. El gobierno de Irán aseguró el lunes que la muerte de Raisi no provocará «la mínima perturbación en la administración» del país.


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