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Milei definió en la reunión de gabinete la ofensiva contra los gobernadores

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En la reunión de gabinete se coordinó con Santiago Bausili las amenazas a los gobernadores de Juntos para que aflojen sus exigencias.

La reunión de gabinete que encabezó Javier Milei a primeras horas de la mañana fue clave para destrabar el camino para la aprobación de la ley ómnibus. Allí se tomaron algunas decisiones que luego dejaría correr el vocero Manuel Adorni y que el propio Guillermo Francos le comunicó al gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.

Pero una de las acciones que surgieron fue clave por el impacto que tuvo sobre los gobernadores y por la contradicción que supone para el gobierno libertario. En la reunión se coordinó con Santiago Bausili dejar trascender que el Central iba a pisar el envío de los fondos de copaticipación a las provincias, que por ley se deben girar de manera automática.

Además, se dejó trascender que el Central iba además a imitar la capacidad de financiamiento de los gobernadores.

La idea, era que el Central limitaría a los bancos provinciales la posibilidad de contraer deuda, una salida para varios gobernadores en tiempos de crisis. La jugada muestra a Bausili completamente alineado con el gobierno, luego de que Milei se escandalizara por la relación de Miguel Pesce con el gobierno de Alberto Fernández.

La independencia del Central parece haber quedado atrás. Casi como un tótem en el manual teórico de lo que debe ser un gobierno liberal. Es verdad que ese paradigma ya quedó chocado cuando se decidió nombrar a Bausili que es socio del ministro Caputo en la consultora Anker con quien comparte negocios como el polémico desarrollo del Paseo Gigena y hasta han compartido causas penales por su anterior paso por el gobierno.

Durante la reunión de gabinete, Milei escuchó propuestas para lograr que los gobernadores apoyen el proyecto de ley ómnibus y que salga un solo dictamen. Allí se habló de pisarle a los gobernadores las trasferencias por coparticipación y se le informó a Bausili de la estrategia decidida.

La independencia del Banco Central parece haber quedado atrás. Casi como un tótem en el manual teórico de lo que debe ser un gobierno liberal, pasó a ser utilizado como un instrumento disciplinador de los gobernadores en medio d euna pelea política del gobierno por sacar la ley ómnibus.

Se trata de giros automáticos que el gobierno no puede negar, pero sí existen mecanismos para demorarlos. Hacerlo sería un problema para los gobernadores toda vez que muchos están preocupados por el pago de los salarios de enero. La jugada surgió y se analizó como una manera de hacerles sentir presión a los gobernadores.

Allí apuntó Adorni durante su conferencia habitual cuando Milei lo envió a avisar que «si la ley no se aprueba, va a ser peor para todos», especialmente para las provincias.

El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, fue a la Casa Rosada este martes y cerró el acuerdo.

Otro eje de la ofensiva con los gobernadores que se decidiò este martes incluyó al ministro de Economía, Luis Caputo, que el jueves se reunirá con empresarios. Durante la reunión de gabinete se le pidió a Caputo que les advierta a los empresarios que el gobierno puede tomar medidas contras las provincias si no apoyan la ley. Muchas compañías articulan directamente con las provincias y los mandatarios provinciales. La idea del Gobierno es que los empresarios presionen a los gobernadores a aceptar la ley.

Además, se analizó el caso de La Rioja y la decisión de Ricardo Quintela de emitir cuasimonedas por hasta $22.500 millones. El gobernador reclama una deuda de $9.300 millones a la Nación por los giros coparticipables de compensación de octubre a diciembre. Milei no da señales mientras observa cómo marchas y protestas jaquean al mandatario.

En la reunión de gabinete se le pidió a Caputo que les advierta a los empresarios que el gobierno puede tomar medidas contras las provincias si no apoyan la ley. Muchas compañías articulan directamente con las provincias y los mandatarios provinciales, la idea es que los empresarios presionen a los gobernadores.

Para el gobierno, lo que sucede en La Rioja es un caso testigo. Podrían buscarle una solución pero dejan hacer. Ven la emisión de cuasimonedas como un camino que lleva al fracaso para las provincia y a los gobernadores que tomen ese camino. El gobierno nacional podría evitar esas crisis, pero prefiere que queden expuestos como fracasos territoriales.

El contenido de la reunión de gabinete llegó a oídos del peronismo. Por eso, Axel Kicillof, uno de los gobernadores que lidera la oposición más dura contra Milei y que el miércoles participará de la movilización al Congreso, decidió salir al cruce las advertencias que transmitió Adorni.

«Tardaremos más o menos; tendremos que pelearnos más o menos, pero vamos a seguir trabajando para que todos tengan salud, educación, trabajo. Nos van a perseguir, nos van a ahogar, no es por ahí», dijo en referencia a las maniobras para presionar a los gobernadores acordadas con Bausili a primera hora del martes.

A horas del paro y movilización, el gobernador se mostró como la contracara de Milei: recorrió el avance de obras públicas en Escobar junto con el ministro Gabriel Katopodis y el intendente Ariel Sujarchuk.

«Ampliar derechos es una tarea y una obligación porque adonde no llega el privado, llega el Estado», dijo Kicillof. La frase choca de frente con la propuesta libertaria.


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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