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La UIA le pide a Javier Milei «señales claras y anuncios» para la industria

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El titular de la Unión Industrial Argentina expuso qué espera del presidente electol el sector que representa. La sintonía entre ambos.

El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, sostuvo hoy que “la industria espera anuncios y señales claras”, y argumentó que “sin estabilización macroeconómica nada puede crecer en la Argentina más que la inflación y los problemas”. Ese fue el mensaje para Javier Milei en las declaraciones que realizó en el marco de la 29° Conferencia Anual de la UIA que que se desarrolla en el Centro de Convenciones de Buenos Aires.

En vivo. Javier Milei presidente electo define medidas y gabinete

El titular de la UIA sostuvo que “estamos en una situación donde sin reservas y sin dólares, vamos a pasar como dijo el Presidente (por Javier Milei) momentos difíciles”. En esa línea, expresó que aguardan “señales claras de hacia dónde quiere ir. Si no tenemos estabilizaciones macroeconómicas, nada puede crecer en la Argentina más que la inflación y los problemas”.

Funes de Rioja dijo también que hoy “la industria está en su día más importante del año, porque hemos convocado a gobernadores, hemos convocado sectores empresariales de las distintas regiones y de los distintos sectores de lo que es el presente y lo que esperamos sea el futuro productivo. Y hemos convocado a los representantes más importantes del nuevo gobierno, el que se va a incorporar en los próximos días”.

En relación con la inflación, agregó que “Argentina está viviendo un proceso inflacionario grave y está claro que no hay estabilidad macroeconómica, está claro que no hay dólares, lo estamos viviendo en carne propia con el tema de los insumos, que hemos planteado desde hace meses y estamos buscando que se vaya resolviendo, pero obviamente se agrava”.

Funes de Rioja en sintonía con Milei

“Por todo eso, nos lleva a una situación donde, sin reservas y sin dólares, vamos a pasar, como ha dicho el presidente electo momentos difíciles”, aseguró.

Por otro lado, sostuvo que “recesión no es que va a haber, está habiendo y se va a pronunciar, pero yo no soy agorero de decir qué es lo que puede pasar, problemas va a haber hasta que empiece a haber dólares, divisas”.

También se refirió a la relación con los sindicatos y puntualizó que “en el sector privado industrial tenemos un diálogo con los sindicatos, los sindicatos entienden igual que nosotros, que si uno no tiene materia prima o no tiene determinados insumos, no puede producir”, pero diferenció que: “Si ustedes me dicen toda la industria va a parar, tranquilo. Paso a paso”.

Contra el control de precios

En relación con el cierre de la Secretaría de Comercio, Funes de Rioja comentó: “Nosotros nunca estuvimos de acuerdo con los controles del precios, porque creemos que la economía tiene que ser transparente, tiene que ser dinámica, tiene que reflejar los costos y, además, hay también un factor importante, el propio mercado, el consumo lo necesitamos, por ende, la gente tiene que consumir”.

Sin embargo, cuestionó que “acá venimos de un sistema de control de precios muy fuerte y muy generalizado, ni siquiera selectivo”.

Asimismo, en relación con posibles cortes en las líneas de producción, dijo que “han empezado, pero no generalizados, pero por lo pronto tenemos por delante un mes de enero que siempre entre enero y primeros días de febrero hay cortes de producción por mantenimiento, vacaciones de personas, etc”.

A favor de la reforma laboral

Finalmente, respecto de la posibilidad de una reforma laboral, argumentó en favor de una “modernización laboral” y dijo: “Nosotros queremos adaptación a las nuevas realidades laborales. Hay nuevas realidades laborales, tenemos una ley de contratos de trabajo de los años 70 y convenios colectivos algunos de los años 70 que no responden a la realidad actual”.

“Nosotros -continuó- nos hemos podido sentar con los sindicatos y no tenemos problemas. Ahora, hay otros sectores que sí lo tienen. Multas, juicios laborales que terminan con la pequeña empresa y terminan con el empleo blanco y una montaña de informalidad laboral que no queremos”, y concluyó: “queremos empresas formales y empleo formal. Entonces, todas esas cosas hay que hacer. ¿Es contra alguien? No. Es a favor de un país que se pueda desarrollar, que pueda crecer, que tenga más inversión y que tenga más empleo de calidad”.


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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