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La inflación, 22,6 por ciento en enero

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El salario real se contrajo 20 por ciento desde noviembre, una de las caídas más drásticas desde que hay registro en un lapso tan breve.

En enero, la inflación de los trabajadores fue de 22,6 por ciento y el salario real se contrajo 20 por ciento desde noviembre, una de las caídas más drásticas desde que hay registro en un lapso tan breve. En tanto, la inflación interanual alcanzó el 260,4 por ciento en doce meses y un 52,4 por ciento en el último bimestre. «Enero estuvo marcado por el efecto de arrastre estadístico de diciembre, provocado por la devaluación», indica el último informe de inflación de la UMET.  

“Dos meses le han bastado a este nuevo gobierno para sumir a la Argentina en un cuadro de fragilidad social sin precedentes desde la crisis de 2001. Este gobierno pretendidamente liberal tiene en verdad el objetivo profundamente conservador de borrar la contribución peronista a la integración y la justicia social”, denunció el director ejecutivo del CCD, Nicolás Trotta.

Datos de enero

De acuerdo con el más reciente informe del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), “la inflación de las y los trabajadores se ubicó en el 22,6 por ciento en enero, desacelerándose en 1,7 puntos respecto a los valores de diciembre”.

Para el estudio “es importante destacar que el notable aumento en los precios en el último mes de 2023 fue una consecuencia directa de la devaluación ocurrida el 12 de diciembre. Este evento tuvo un impacto parcial sobre el promedio de precios de diciembre, y sus efectos se extendieron, en parte, hasta enero”.

Según el estudio la inflación del primer mes de 2024 estuvo motorizada por Transporte, que trepó un 27,1 por ciento, impulsada por naftas y pasajes aéreos. Alimentos y bebidas continuó trepando por encima de la media (26,1 por ciento), con un claro efecto de la devaluación de diciembre sobre precios de este rubro. 

El rubro “Otros bienes y servicios” subió 25,7 por ciento, con fuertes incrementos en productos de higiene personal. Educación (25 por ciento) y Comunicaciones (23,7 por ciento) también subieron por encima de la media. 

“En un número similar al promedio encontramos a Salud (22,6 por ciento, en un mes con fuertes ajustes en prepagas y medicamentos), seguido luego por Recreación y cultura (20 por ciento), Equipamiento del hogar (18,4 por ciento), Indumentaria y calzado (16 por ciento) y Vivienda (13,6 por ciento). Este último rubro presentó subas más moderadas debido a que todavía no se produjeron los ajustes en las tarifas de servicios públicos y, también, porque los alquileres tienen un mayor componente inercial que otros rubros”, revelaron.

Ingresos

“La severa disparada inflacionaria de los últimos meses está impactando fuertemente en el poder adquisitivo, algo que empieza a reflejarse en indicadores de alta frecuencia como el consumo minorista o en la producción industrial ligada al mercado interno”, indica el documento.

“Estimamos que el salario real se contrajo 20 por ciento entre noviembre y enero, una de las contracciones más drásticas desde que hay registro en un lapso tan breve. De este modo, el salario real se ubica en los menores niveles de los últimos 20 años. En tanto, desde una perspectiva de muy largo plazo, los niveles salariales actuales son comparables a los de fines de los ’40 y 28 por ciento menores a los de 1970”, advierten los especialistas.


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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