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Frustración en Casa Rosada por las últimas declaraciones de Macri

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Macri condicionó el contacto a un temario pero el Gobierno dice que antes tiene que mostrar voluntad de dialogar. Wado de Pedro pidió el video y quedó molesto. Las lecturas de la entrevista en La Rosada y todos los contactos con segundas y terceras líneas que continuarán.

Melisa Molina

Por Melisa Molina

Desde el Gobierno evalúan que las declaraciones del domingo del expresidente y líder de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri, complican la posibilidad de que haya diálogo entre oficialismo y oposición. «No ayudan y son una señal fuerte de que sentarnos a dialogar va a ser más difícil de lo que pensábamos«, dicen en Casa Rosada. Los intentos por tender puentes, que tienen como principal encargado de esa tarea al ministro del interior Eduardo «Wado» de Pedro, de a poco se van enfriando. Desde el gobierno, sin embargo, no se resignan: «Evidentemente están rompiendo los puentes y las declaraciones de Macri muestran una postura que complica y que representa al núcleo duro de la oposición, que no quiere sentarse a dialogar bajo ningún concepto, pero por abajo sigue el diálogo«, aseguran. 

El domingo por la noche, durante una entrevista en LN+, Macri cuestionó al ministro del Interior sin nombrarlo cuando dijo: «Empieza a hacer esa convocatoria quien dijo que eran tres toneladas de discursos de la oposición y de los medios quienes habían gatillado el arma». De Pedro no estaba viendo la televisión en ese momento, pero leyó después el fragmento en el que Macri lo mencionaba y pidió a sus colaboradores el recorte del video. Por más que el ministro no haya estado hablando con Macri de manera directa, las declaraciones encendieron las alarmas y le molestaron.

Desde el Gobierno sostienen, en diálogo con este diario, que el exmandatario «no hace ni medio guiño al diálogo» aunque aclaran que eso no quiere decir que no se siga hablando con segundas o terceras líneas dentro de Juntos por el Cambio y que, por más que el diálogo no avanza, «todavía no se detonaron todos los puentes». 

En la oposición los argumentos por los cuáles no se sientan a dialogar son varios. Algunos dirigentes se quejan porque dicen que «no hubo una convocatoria formal», y también porque les molesta que el Gobierno no proponga «un temario». En esa línea, desde el oficialismo aclaran que antes que un temario, primero tiene que existir la predisposición para dialogar. Explican que la tarea del ministro del Interior, en un principio, fue la de «explorar» qué posibilidades existían para sentarse a hablar y por eso llamó a varios dirigentes de la oposición con los que suele conversar. De Pedro no los convocó a una mesa con hora, fecha y lugar, sino que levantaba el teléfono y les decía que era necesario juntarse después del intento de magnicidio. Los opositores que lo atendían le decían que sí, que les parecía bien, pero que tenían que ponerlo a consideración del partido. 

En ese punto, explican en Casa Rosada, los radicales entendieron y dijeron que sí. Fue el caso de Emiliano Yacobitti, Facundo Manes Gerardo Morales. El gobernador de Jujuy, recuerdan, hasta firmó la nota de los gobernadores del norte grande en repudio a lo sucedido. El problema, consideran, es el PRO.

Si bien dentro del partido que lidera Patricia Bullrich –una dirigente que no sólo no repudió el atentado, sino que dijo que el oficialismo hizo un aprovechamiento político de lo sucedido– hay varios dirigentes que manifestaron que están dispuestos a dialogar en privado, no pueden expresarlo en público por miedo a represalias de parte de los denominados «halcones» dentro de su espacio. La decisión del ministro del Interior, luego de hablar con varios de ellos, fue no dar los nombres de sus interlocutores. Así se lo pidieron y hoy, luego de las declaraciones de Macri, dicen que «queda más que claro por qué no querían ser nombrados». 

Sobre el famoso «temario» que piden desde la oposición, el oficialismo sostiene quea partir de lo que pasó con CFK, la idea era sentarse a hablar para ver si lograban llegar a algún punto de coincidencia. El ministro del Interior cree que a 40 años de la recuperación de la democracia es necesario buscar «acuerdos básicos». «Es necesario que la clase política se pueda mostrar unida frente a la sociedad y decir: este es el límite. Dar un mensaje contra la violencia política, contra los discursos de odio, contra la grieta y expresar que lo que le pasó a CFK le puede pasarle a cualquiera», cuentan que dice de Pedro. 

Aún así, el Gobierno se da lugar para la ironía. «¿Qué pretende la oposición que diga el temario: ‘punto uno: matar presidentes está mal; punto dos: no vale que vuelvan los militares’?», explica uno de sus integrantes. Y ya con tono menos jocoso, resume: «si ellos muestran voluntad, se puede explorar la posibilidad de un temario, pero primero se tienen que sentar porque todos sabemos a la luz de qué se hace esta convocatoria. La idea era sentarnos a hablar como dirigentes maduros».

El segundo argumento que no utilizó Macri, pero sí otros integrantes de la oposición como el jefe del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo, es que el diálogo se tiene que dar sólo en el marco del Congreso. En el Gobierno, por supuesto, ya saben que existe ese espacio, pero la idea inicial –que fue consensuada entre las distintas tribus oficialistas– era ir por varios frentes a la vez. 

En el nivel parlamentario está trabajando en ese frente el presidente del bloque en el Senado, José Mayans, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. Aún así, desde el FdT entendieron que –luego de que un hombre gatilló a la cabeza de la Vicepresidenta– también era necesario generar el diálogo desde lo partidario. En eso se encontraban explorando caminos no sólo De Pedro, que tiene un rol más político y de «armador», sino también el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, como otro de los interlocutores clave a la hora de hablar con los gobernadores. «Obviamente que sabemos que el Congreso es un ámbito de debate, pero la idea es hacerlo en todos los niveles», dicen desde Casa Rosada.

Lo cierto es que, luego de las declaraciones de Macri, la sensación en Balcarce 50 es de frustración. Esta semana el ministro del Interior tiene planificado viajar a distintas provincias y el 25 emprenderá una gira por Estados Unidos con diez gobernadores –entre ellos dos opositores– que lo tendrá fuera del país hasta el 30, por lo tanto, la convocatoria quedará, de hecho, en una pausa.


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El gobierno anunció un acuerdo con las universidades que no existe

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El gobierno informó un incremento en el presupuesto universitario pero solo abarca los gastos de funcionamiento.  El Consejo Interuniversitario Nacional señaló que es un reconocimiento al ajuste aunque considera insuficiente a propuesta. Se mantiene la movilización de la semana próxima. 

La marcha prevista para el 23 de abril en defensa de la universidad pública que se realizará en todo el país promete ser multitudinaria. Crecen las expresiones de apoyo y convocatoria tanto a nivel nacional como en el extranjero, incluso centros de estudiantes de universidades privadas, como la UADE, se suman a la convocatoria. Actores, científicos, docentes, dirigentes gremiales y estudiantes llaman a movilizarse contra el desastre que se avizora ante el desprecio que le dispensa el gobierno libertario a la educación pública. La primera reacción del gobierno fue el ataque furioso, encabezado por el presidente Javier Milei. Anoche, además, hubo un intento de desactivar la movilización. Desde el Ministerio de Capital Humano informaron que «se dispuso un aumento del 70 por ciento en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento» y adelantaron que en mayo se otorgará el mismo porcentaje. De esa manera, el gobierno lanzó a rodar una moneda falsa al anunciar que se había llegado un acuerdo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a todas las universidades públicas, lo desmintió. «Nos parece bien que reconozcan que existe el ajuste, porque hasta hace poco lo negaban. Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente», señalaron desde una de las universidades.  El CIN  ratificó la convocatoria a la movilización. 

El gobierno ya utilizó esta estrategia sin resultados positivos.  Ante el conflicto, rechaza su existencia, ataca a sus protagonistas, cuando todo está por desmadrarse hace una oferta y, a través de las redes sociales, vende una solución que no existe. Así lo hizo el pasado 14 de marzo cuando intentó frenar la huelga nacional de los docentes universitarios. La noche anterior anunció el incremento de un 70 por ciento para gastos de mantenimiento que las universidades debían recibirlo los primeros días de abril. Los gremios docentes y no docentes no se equivocaron en mantener el paro porque ese dinero no llegó.

Es más, se trata del mismo porcentaje que forma parte del ofrecimiento que realizaron a última hora de este jueves al CIN. Pero este aumento representa en realidad menos del 10 por ciento del presupuesto de las universidad que todavía no lo cobraron. El gobierno dice que ese 70 por ciento «lleva la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales» y propone otro «70 por ciento en el mes de mayo alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140 por ciento de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales». «Además –agregó el comunicado–, se dispuso una partida extraordinaria para atender las necesidades de los hospitales universitarios de $14.403.479.661».

Los números siguen siendo insuficientes porque, como sostienen en las universidades, el ajuste es superior a lo que está ofreciendo ahora la Rosada. La propuesta es un aumento sobre los gastos de funcionamiento de las universidades que representan solo es el 10 por ciento del presupuesto. El otro 90 por ciento son los salarios. 

En cambio, el gobierno anunció que estos los montos surgían de un consenso alcanzado con los rectores de las universidades nacionales y anticipó un encuentro para avanzar en «lograr una educación universitaria de calidad». Sin embargo, desde el CIN no dijeron lo mismo. Valoraron «que se reconozca parte de lo que venimos reclamando, sustancial e ineludible para el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y señalaron que el diálogo convocado porque «es sin dudas el camino para lograr acuerdos duraderos que den la previsibilidad que el sistema universitario y científico necesita las en materia presupuestaria». Pero los rectores también informaron que están «a la espera de la invitación formal a la reunión donde se anuncie formalmente estas medidas, reunión a la cual asistirá el Comité Ejecutivo». Advirtieron, además, que el Consejo Interuniversitario «siempre ha estado y estará en virtud de nuestro convicción profunda respecto del rol estratégico que la educación pública, el sistema público de educación superior y la ciencia tienen para el país». Y destacaron que la marcha convocada para el 23 abril «continúa siendo una actividad de vital importancia y de visibilización, la cual el CIN adhiere y convoca».

«No hubo un acuerdo, hubo una propuesta del gobierno, de manera informal, donde se comprometen a subsanar el 25 por ciento del ajuste de los gastos de funcionamiento de las universidades», señaló en las redes sociales Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.

El comunicado de los rectores a la propuesta apresurada y de última hora también es una respuesta a los ataques a los que los sometieron tanto el presidente Milei como su ministro del Interior Guillermo Francos. A los docentes universitarios el Presidente los llamó “salamines firmadores de cartas de indignación” y acusó a la educación pública de generar «disonancia cognitiva». A su turno, Francos se preguntó si ante los problemas presupuestarios no deberían plantearse «la forma de generar más recursos a los que aporte el Estado nacional». Tanto Francos como Milei tienen en común el haber egresado de universidades privadas. Tal vez eso también explica el desapego que expresan por las universidades públicas. 


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