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El Presidente volvió a amenazar al Congreso: «Quieren fraccionar el DNU para cobrar coimas»

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Javier Milei sigue apelando a la descalificación de opositores y posibles aliados como táctica para imponer sus reformas. «Necesitamos una respuesta rápida, no negociamos nada», disparó. También le dedicó un curioso elogio a Luis Caputo por el índice de inflación. «Si llega a ser del 30 por ciento en diciembre hay que llevarlo en andas», dijo. 
Melisa Molina

Por Melisa Molina

El gobierno de Javier Milei sigue ejerciendo presión para que el Congreso de la Nación apruebe el Decreto de Necesidad y Urgencia con el que LLA pretende modificar más de 300 leyes para desregular la economía y que el Poder Ejecutivo se apropie de facultades que le corresponden al Legislativo. Este domingo el Presidente expresó que el DNU «va a salir en el Congreso», y advirtió que ellos «no negociarán nada», aunque sí «aceptarán sugerencias para mejorarlo». Milei continuó con sus agravios a los legisladores y, sin dar nombres propios, denunció que «muchos políticos quieren fraccionarlo porque quieren coimear con eso». El mandatario dijo que quienes «se quejan», son «los que pierden beneficios, la casta, los que tienen más acceso a la queja, como los empresarios prebendarios, los políticos, los periodistas que vivían de la pauta», y, por último, los calificó de «idiotas útiles». 

“Los que hacen foco sobre las formas son los idiotas útiles. Dada la magnitud del ajuste que proponemos, necesitamos una rápida respuesta de inversión para que el daño sea el menor posible en cuanto pobreza, desocupación. Hoy tenemos más pobres, más inflación y más desocupación que en 2001″, indicó el Presidente en una entrevista que dio a Radio Mitre. Luego aseguró que los funcionarios “se quejan porque queremos terminar con los vicios de la política», y que «el DNU ha sido utilizado dentro del marco democrático por otros gobiernos y está en la Constitución”.

Como si eso fuera poco, el líder de LLA –quien ya confirmó que se muda esta semana a Olivos– agregó que «Cuando el Congreso se pone a hacer estupideces, pasa la factura: no acompañaron la licitación de bonos, eso hizo que hubiera un pequeño salto en el dólar. Pero les digo: ellos son los responsables”, y remarcó que «si el índice de inflación de diciembre es del 30 por ciento sería un numerazo y hay que sacar a pasear en andas al ministro de Economía, Luis Caputo«.

Presión al Congreso

El ministro del Interior, Guillermo Francos, luego de los rumores que corrieron la semana pasada en los que se consignaba que podía abandonar el gobierno por rispideces que tenía con el Presidente y con el ala más «dura» del oficialismo, salió este domingo a realizar declaraciones en línea con las de Milei. El objetivo de ambos fue seguir presionando al Congreso. “No tenemos tiempo, si nos ponemos a discutir una ley que nos lleve todo el año, no entra un peso más a la Argentina, no invierte nadie, y tenemos necesidad de inversiones, sino se para todo”, dijo en diálogo radial. 

Francos, sin embargo, fue más allá de Milei cuando declaró sobre el paro que la CGT convocó para el 24 de enero. El presidente evitó criticarlo y remarcó que «es parte de la lógica del sistema y la Constitución avala la huelga», pero el ministro del Interior disparó: “Esta es la oportunidad de cambio, dejen gobernar al presidente Milei, que ha ganado legítimamente una elección. Todavía no cumplió un mes en el gobierno y ya tiene un paro, y quieren demorarle una ley”. También aclaró que desde el gobierno  «están haciendo un esfuerzo», por tener la ley con media sanción antes de que termine enero.

Sobre el rumor de la pelea entre Francos y Milei, el presidente salió a aclarar que «viajé con Francos a Santa Cruz y la Antártida y con él empecé a dar mis primeros pasos en la política. Los que están alentando esas internas es una estupidez«. En esa línea, aclaró que «para hacer un equipo ofensivo, hay que tener delanteros y defensores, se tiene que generar un equilibrio», y que «los que hacen este tipo de críticas tienen menos calle que Venecia».

A las críticas a la oposición y a las presiones para que el DNU avance en el Congreso, se sumó el procurador del Tesoro de la Nación Rodolfo Barra. Luego de que la semana pasada el decreto sea judicializado y suspendido su capítulo laboral, indicó que «no creo que la necesidad y urgencia tenga que ser valorada por los jueces. La urgencia puede ir por distintos caminos. Hasta puede haber una urgencia política. Un presidente con minorías en el Congreso no puede presentar leyes. O, por ejemplo, si tiene mayoría y le rechazan sus proyectos desde sus propios bloques ¿qué hace? ¿no gobierna?», dijo en una entrevista. También aclaró que «si el Congreso se siente ofendido por el DNU 70/2023 puede anularlo o echar al jefe de Gabinete (Nicolás Posse) sin causa, entre otras prerrogativas».

Más allá de la suspensión que la Justicia impuso para el capítulo laboral, el DNU cuenta también con decenas de pedidos de amparo de distintos sectores de la sociedad que se vieron o se verán perjudicados por cada uno de los apartados de la norma. El gobierno, en tanto, ya anunció que apelará a la decisión de la Cámara Nacional del Trabajo para restablecer la vigencia completa del texto.

Además de las malas noticias que el gobierno tuvo la semana pasada en el ámbito judicial, también se sumaron los problemas que tuvo la vicepresidenta Victoria Villarruel en el Senado en su intento de aprobar la primera reforma del gobierno libertario que está incluida en la «ley Ómnibus». Villarruel no consiguió los votos necesarios para aprobar la implementación de la boleta única de papel por la negativa de senadores de los bloques provinciales.

Si bien no se sabe con certeza qué harán los bloques provinciales en la votación de la Ley Ómnibus o en la del DNU, este domingo Miguel Ángel Pichetto, presidente del bloque Hacemos Coalición Federal, que unifica en la Cámara de Diputados a Hacemos por Nuestro País, la Coalición Cívica (ARI) y Cambio Federal, salió a decir que «hay predisposición y buena voluntad», para acompañar el DNU. El diputado agregó que «es bastante difícil que el DNU pueda ser rechazado», aunque pidió que el Gobierno nacional «no agreda al Congreso», tras los dichos de Milei en los que trató a la oposición como «idiotas útiles».


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El 2001, la pandemia y el macrismo ya quedaron chicos

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En abril, el consumo en hipermercados cayó 15,4, números que no se veían desde el estallido social de De La Rua. La UIA confirmó que la industria cayó 17,2 por ciento en marzo, muy por encima del industricidio del PRO y cerca del parate total por la COVID. Con la obra pública cerrada por el Gobierno, los tres sectores que explican la mayor parte del PBI se han desmoronado en tiempo récord. Fuertes disputas en las entidades empresarias por el apoyo que le dan a Milei mientras la economía se pulveriza. 
Leandro Renou

Por Leandro Renou

En sólo cinco meses de Gobierno, los números muestran que la gestión económica de Javier Milei superó ampliamente los derrumbes de actividad de las tres crisis más relevantes de los últimos años: el 2001, la pandemia de la COVID y los años de Mauricio Macri. Por un lado, Página I12 accedió a un adelanto del informe de la consultora Scentia de abril, que refleja un desplome del 15,4 por ciento en las ventas de hipermercados, una caída similar a la del estallido del gobierno De La Rua; por su lado, la Unión Industrial (UIA) confirmó que en marzo la actividad fabril cayó 17,2 por ciento, emparejando los niveles de diciembre del 2001 y cayendo más que en la parte más dura de la pandemia. A este dato se suma el derrumbe de la construcción, superior al 42 por ciento, lo que deriva en un escenario inédito: en tiempo récord, la gestión de Milei y Luis Caputo pusieron a las tres actividades que explican la mayor parte del PBI en una situación de dificil retorno.

Por esta perspectiva, que ya se veía venir, los economistas empezaron a alertar hace unas semanas que el nivel de la recesión, autogenerada para intentar morigerar una inflación que sigue muy alta, era el dato central a observar. Lo curioso es que este momento de crisis casi total de la actividad se da en paralelo al apoyo que empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, la Cámara de Comercio y la propia UIA, le dan al gobierno de Milei, a quien estuvieron escuchando y aplaudiendo hace unas horas, en su exposición en el almuerzo que organizó el Consejo del Comercio y la Producción (Cicyp) en el Hotel Alvear. A raíz de estos datos, este diario habló con dirigentes de todos esos sectores consultando cómo y hasta cuándo se sostiene el discurso de apoyo a la línea Milei cuando la actividad a la baja ya se está cargando al empleo. «Es la pregunta del millón», contestó un alto dirigente de UIA. En esa sede de la gremial empresaria hay una guerra entre pymes y gigantes por el contexto de crisis, que se está llevando puestas a las más chicas. Por toda esa tensión, muchas cámaras como los metalúrgicos de ADIMRA y los texiles de Protejer decidieron salir por las suyas a denunciar que el proceso de crisis no frena y terminará en cierres de empresas. 

En este escenario, el consumo masivo es que el primero sintió el ajuste en los salarios, las jubilaciones pisadas y la liberación del resto de los bienes y servicios de la economía, que terminaron privando a las familias de mayores compras de alimentos. Según Scentia, la caída del 15,4 en ventas en los grandes supermercados de abril es la más grande desde el 2001-2002. «Quedó lejos incluso de los números muy negativos del macrismo», explicó un líder del supermercadismo multinacional. En los años del PRO, el consumo masivo medido por Scentia cayó tres de los cuatro años, quedando empatado en el período restante. Lo particular del consumo es que todos los rubros están cayendo, pero algunos como Bebidas, Aceites y Lácteos se desploman desde el 20 al 50 por ciento mensual. 

Esa baja en el gasto de los hogares está directamente conectada, además, con el desempeño de las fábricas. En el reporte de la UIA se muestra que la industria de Alimentos cayó 10,2 por ciento en abril, un número del que nadie tiene antecedentes, porque en general el sector crece, aún en los peores períodos, de manera marginal en relación con el crecimiento poblacional. El derrumbe de todos los sectores que muestra la UIA produjo una caída general de la actividad que supera o se equipara al 2001 y queda muy por encima de la pandemia de COVID. 

En 2001, medido por el INDEC, el sector industrial terminó cayendo 6,2 por ciento. Mientras que en diciembre de ese año, la baja fue de 18,4 por ciento. ¿Qué pasó co la COVID? En el primer semestre del 2020, el período de mayores restricciones a la circulación y la actividad, la industria cayó 18,4 por ciento. Teniendo su pico más negativo en abril, con una baja del 33 por ciento. Luego de eso, arrancó una curva ascendente que dejó al 2021 con números positivos. Hoy, en sólo un mes, retrocedió 17,2 por ciento, pero en condiciones normales, no pandémicas

Lo particular de estos datos, aseguran los especialistas, es que las caídas tan bruscas por sectores ya adelantan no sólo números negativos hacia adelante, sino un golpe que se ve en los puestos de trabajo. Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, aseguró hace unos días que las fábricas perdieron ya 5000 puestos de trabajo, pero ese dato es previo a los 100 despidos en FATE, Acindar, los supermercados, PEPSICO y General Motors, todas cesantías que ocurrieron en las últimas horas. A eso se suman los 100 mil empleos menos que tiene la actividad de la construcción producto de la decisión de Milei de cerrar la obra pública y los que se están dando en el sector comercial. 


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