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El consumidor pagó por los alimentos 5,8 veces más de lo que cobró el productor

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En diciembre se amplió 0,7% la brecha en los precios de los agroalimentos entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor.

Un relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), determina que la brecha de precios para el promedio de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa de los argentinos subió el 0,7% en diciembre comparado con el mes anterior. Esto significa que el consumidor pagó, en promedio, 5,8 veces más de lo que cobró el productor por esos alimentos. En tanto que la participación del productor en los precios de venta subió al 26,3%.

El mismo estudio señala que, considerando la estacionalidad de los productos, la suba mensual del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) se dio a pesar de que los precios al productor subieron por encima de los precios al consumidor: un 8,76% más en los precios al productor versus un 2,3% en los precios de góndola en los comercios pymes de cercanía, y un 0,25% en los hipermercados. Estos porcentajes representan, en promedio, las variaciones de precios mensuales de los 24 productos de la canasta en los diferentes estadios (precio en origen, precio en góndola en comercios de cercanía y en hipermercados).

Esta suba en la brecha, aún cuando la tasa de variación promedio de los precios al productor fue mayor a la de los precios al consumidor, tiene su explicación en el comportamiento de la calabaza. En este producto, el precio al productor se desplomó un 62% y determinó así una importante suba en su brecha, que pasó de 7,22 veces en noviembre a 17,6 veces en diciembre (+144,2%).

Desde CAME señalan que, entre otras causas, influyó el efecto agroclimático en la zona de producción. Quitando el efecto calabaza, el IPOD del mes habría bajado un 6,4%.

Durante diciembre los comercios pymes tuvieron mejores precios que los hipermercados en 19 de los 24 productos relevados, resaltan desde la entidad. La mayor diferencia se encontró en el tomate, donde el precio promedio en las pymes fue de $149,8 y en los hipermercados de $185,4, un 23,7% más.

Los productos con mayor suba mensual en sus brechas fueron: calabaza (+144,2%), pimiento rojo (+35,2%), pera (+22,8%) y pollo (+18,1%). Los de mayor caída en cambio, fueron cebolla, con una baja de 52,9%, berenjena (-35,4%), acelga (-23,4%) y repollo (-22,7%).


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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