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El acuerdo con el FMI llegaría a principios de 2022, sostuvo Alberto Fernández en un almuerzo con empresarios

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El Presidente estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro; y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

El Gobierno confía en que el acuerdo para refinanciar la deuda con el FMI se firme a principios del año próximo, según indicó el presidente Alberto Fernández durante un almuerzo mantenido hoy con un grupo de empresarios.

El jefe de Estado dijo que en la alianza gobernante se comparte la estrategia en la negociación con el Fondo.

«No hay diferencias», les aseguró, y confirmó que observa como positivo que se ratifique la continuidad de Kristalina Georgieva al frente del organismo.

El Presidente contó a los referentes del sector privado cómo viene la negociación y dijo que el Gobierno está pidiendo más plazo para devolver el crédito por unos USD 45.000 millones.

Señaló que confía en sellar el acuerdo a principios del año próximo, pero que aún se debate respecto de las sobretasas que cobra el organismo -unos USD 900 millones- por el monto del préstamo que tomó la administración anterior, y un eventual período de gracia.

Los hombres de negocios se comprometieron a «seguir aumentando las inversiones» y pidieron «empezar a ver los plazos» para «sacar la doble indemnización y la prohibición de despidos».

Así lo indicaron a NA altas fuentes del Gobierno, que afirmaron que la respuesta del Ejecutivo fue positiva en cuanto a «ir desandando algunas medidas que tenían que ver con la protección del trabajo», en la medida en que la economía se siga reactivando.

Durante el encuentro, que se desarrolló durante dos horas en el salón Eva Perón de la Casa de Gobierno, Fernández estuvo acompañado por el jefe de Gabinete, Juan Manzur; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro; y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Entre los representantes del sector privado estuvieron presentes Javier Madanes (Aluar y Fate), Alejandro Simón (Grupo Sancor Seguros), Hugo Eurnekian (Corporación América), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Francisco De Narváez (Grupo De Naváez), Jorge Brito (Banco Macro), Juan Martín de la Serna (Mercado Libre) y Marcos Bulgheroni (PAE).

«Los empresarios dijeron que, en pos de seguir aumentando las inversiones, sería bueno empezar a ver los plazos en los que se pueda sacar la doble indemnización y la prohibición de despidos», puntualizaron.

En esa línea, desde el Ejecutivo nacional respondieron a los empresarios que las medidas se van a «ir desandando» en la medida que analicen que «la economía se reactiva».

«Los empresarios se pusieron a disposición del Gobierno como sectores fuertes de la economía para potenciar futuras inversiones que generen empleo», explicaron fuentes con despacho en Balcarce 50.

Además, indicaron que durante el almuerzo «no se tocó el tema de gobernabilidad», sino que «el objetivo fue cómo generar empleo», y agregaron: «Los empresarios felicitaron al Gobierno por las medidas tomadas en la pandemia».

«Hablaron muy bien de los trabajadores y los representantes sindicales, que sectorialmente todos tenían buenos vínculos y veían de parte de los representantes sindicales buena recepción a la hora de encontrar soluciones al desempleo», subrayaron.

Según supo Noticias Argentinas, entre los temas que estuvieron sobre la mesa se incluye la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dado que los empresarios estaban «preocupados por el silencio de Juntos por el Cambio».

«Se preguntaban si Cambiemos iba a acompañar un acuerdo con el Fondo. El Presidente les contó cómo viene la negociación y que la voluntad del Gobierno es encontrar el mejor acuerdo que beneficie a los argentinos», resaltaron.

En ese sentido, las fuentes consultadas precisaron: «Se charló sobre cómo generar una estrategia para generar empleo genuino. Se hizo un diagnóstico de la negociación con el FMI y el Presidente generó mucha tranquilidad».

«Tenemos la necesidad de contar con el apoyo de los empresarios y la oposición para alcanzar un mejor acuerdo. Se pidió el apoyo a los empresarios para ir con más fuerza a insistir con lo que la Argentina quiere», relataron.

En cuanto a la negociación con el FMI, fuentes oficiales resaltaron: «El Presidente les transmitió tranquilidad. Los empresarios se fueron con una visión distinta a la que tenían antes de llegar».

«Algunos empresarios se propusieron a acompañar al Presidente a las giras internacionales, en búsqueda de inversiones», contaron desde el Ejecutivo nacional.

Respecto del viaje a Estados Unidos que emprenderá el próximo jueves el jefe de Gabinete, Juan Manzur, para sumarse a la negociación con el FMI destacaron: «Lleva la visión de los gobernadores».

«Manzur también va como vicepresidente del Partido Justicialista y va habiendo participado hoy de la reunión con los empresarios. Va a transmitir lo importante que es para los empresarios argentinos poder conseguir un buen acuerdo con el Fondo», ampliaron.

Por último, el jefe de Estado planteó la necesidad de «generar espacios de discusión» para los «problemas de los últimos 45 años», entre los que enumeraron: «Inflación, economía bimonetaria, Pandoras Papers».

Confianza en el acuerdo

«El Presidente nos transmitió mucha confianza en relación a la voluntad de alcanzar un acuerdo», resaltó Eurnekian tras el almuerzo.

«La reunión fue extensa, y todos pudieron expresarse. Ojalá haya continuidad», remarcó Madanes Quintanilla.

Según fuentes oficiales, las palabras de Fernández tuvieron una buena recepción de parte de los empresarios.

El mandatario consideró fundamental seguir contando con el apoyo para conseguir el mejor acuerdo posible.

Y explicó que en el viaje que hará el jefe de Gabinete, Juan Manzur, a Washington llevará la visión del gobierno, de los gobernadores, del PJ y también el apoyo de los empresarios tras este encuentro.

El Presidente buscó llevar tranquilidad sobre el acuerdo con el Fondo ante los empresarios.

Incluso, algunos se ofrecieron para acompañarlo en giras internacionales.

En Casa Rosada consideraron que los empresarios salieron un tanto más optimistas de lo que llegaron


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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