La nueva administración en Santa Cruz se enfrenta a importantes desafíos políticos, desde la reforma de leyes clave hasta la gestión económica.

En una Cámara de Diputados dividida, el futuro gobernador Claudio Vidal asumirá el cargo en un escenario político desafiante en Santa Cruz. A diferencia de su predecesora, Alicia Kirchner, quien contó con el respaldo incondicional de legisladores durante su mandato, Vidal enfrentará una notoria división en la Cámara de Diputados.

Diciembre será un mes de tensiones económicas, ya que Vidal deberá cumplir con diversas obligaciones financieras, como el pago del Sueldo Anual Complementario a los empleados públicos y las jubilaciones, pensiones y salarios de los activos. Además, se espera que Alicia Kirchner promulgue la derogación del aporte solidario antes de dejar el cargo, lo que impactará en los ingresos públicos.

Para cumplir con sus promesas de campaña, como la derogación de la Ley de Lemas, Vidal necesitará obtener el apoyo necesario en la Cámara de Diputados, lo cual parece factible dada la insatisfacción general con esta ley. También se comprometió a eliminar la reelección indefinida, lo que requerirá una reforma constitucional en la provincia, un proceso que involucra varios pasos y una amplia mayoría legislativa.

La modificación de la Ley de Coparticipación es otro desafío pendiente que Santa Cruz debe abordar. La distribución de recursos entre la Provincia, los municipios y las comisiones de Fomento es un tema complicado que requiere una revisión seria y equitativa.

Con estas cuestiones políticas en el horizonte, el vicegobernador electo, Fabián Leguizamón, presidirá una Legislatura dividida, donde Unión por la Patria tendrá un papel destacado con sus 12 diputados. La política en Santa Cruz se presenta como un escenario complejo y desafiante para la nueva administración.