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Crimen de Lucio Dupuy: los médicos declararon que una de las acusadas se contradijo cuando llegó al hospital

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Abigaíl Páez no supo explicar lo que le había pasado al chico. Un doctor, tres enfermeras y dos policías hablaron por primera vez en la tercera audiencia del debate oral por el asesinato del nene de 5 años.

En la tercera audiencia del juicio por el crimen de Lucio Dupuy nuevos testigos aportaron más información sobre los maltratos que recibía el niño de 5 años. Así lo dejaron en claro el médico y las tres enfermeras que lo atendieron el día que el menor de edad llegó inconsciente al hospital.

Los profesionales dijeron, entre otras cosas, que Abigaíl Páez, la pareja de la madre del nene de 5 años, dio diferentes versiones sobre lo que le había pasado a Lucio.

“Dio varias versiones y fueron escuchadas por distintas personas, iba cambiando”, explicó un vocero judicial al ser consultado sobre las explicaciones que la acusada dio tras llegar al centro de salud con Lucio todavía vivo.

Ante los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora, declaró en primera instancia uno de los policías que aquella noche estaba cumpliendo funciones en el hospital. El efectivo relató lo que pasó cuando los vecinos y Páez ingresaron con el nene y detalló la posterior llegada de Magdalena Espósito Valenti, la madre, al lugar.

Luego, testificaron un médico y tres enfermeras, quienes primero respondieron preguntas sobre qué personal atendió a Lucio. Además, hablaron sobre los procedimientos y las prácticas médicas que le realizaron, el tipo de lesiones que tenía y qué explicaciones dio Páez acerca de lo que había pasado.

Por su parte, el doctor de guardia Hugo Daniel Argüello -quien atendió al nene-, indicó que Lucio ingresó muerto a la guardia del Hospital Evita de Santa Rosa.

Finalmente, el último testigo fue un policía del área de Niñez que concurrió al Hospital Evita. El agente participó de las investigaciones y allanamientos posteriores a la muerte de Lucio.

De la jornada del juicio participaron además las fiscales Verónica Silvana Ferrero y María Mónica Rivero y el fiscal Marcos Sacco; los defensores públicos María Silvina Blanco Gómez y Pablo De Biasi -en nombre de Páez y Valenti-; el querellante José Mario Aguerrido, en representación del padre de Lucio, Christian Dupuy, y la asesora de niñas, niños y adolescentes, Graciela Massara.

La cuarta jornada será este miércoles. Allí declarará el forense Juan Carlos Toulouse, el patólogo a cargo de la autopsia que consignó las golpizas que tenía el cuerpo, el golpe en la cabeza y constató el abuso sexual que sufrió el niño.

Los audios que revelan los maltratos que sufrió Lucio Dupuy

Luego de la exhaustiva investigación en los celulares de ambas acusadas, se logró incorporar también a la causa diferentes grabaciones de voz como pruebas concretas y específicas.

En los audios se puede escuchar a la mujeres detallar los castigos inhumanos a los que sometieron al nene. Asimismo, en las escalofriantes grabaciones de voz se identificó que le ponían hielo para que se le deshincharon los golpes de la cabeza, en un intento por esconder las agresiones físicas.

A partir de estas nuevas pruebas, tanto los investigadores como la familia de Lucio pidieron sumar a la provisoria condena el agravante del “odio de género”.

El juicio por el crimen de Lucio Dupuy

El jueves pasado, en la primera jornada del juicio, la abogada de la madre de Lucio dijo que la mujer “no fue la autora material” del crimen del niño. Asimismo, sostuvo que el nene ya venía sufriendo agresiones por parte de la familia paterna, mientras que la abogada de Páez rechazó la acusación y dijo que ella “procuró evitar” su muerte.

El juicio, que se desarrolla a puertas cerradas -ya que la víctima era menor de edad y se debate un delito contra la integridad sexual- se lleva a cabo en la sede de la Ciudad Judicial de Santa Rosa. Hasta ese lugar fueron trasladadas las acusadas procedentes de la Penitenciaría 1 de San Luis, donde cumplen sus prisiones preventivas.

Cuando se conoció el caso el 26 de noviembre del año pasado, los vecinos salieron a la calle para expresar su reclamo por el crimen de Lucio. Allí, se produjeron serios incidentes en la comisaría donde estaban alojadas las detenidas.

Según la autopsia, solicitada por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), el nene tenía “politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data” y que la muerte se produjo por una “hemorragia interna” producto de las agresiones.

Tras la muerte del pequeño, se determinó que el niño había sido asistido al menos cinco veces en un lapso de tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa. Sin embargo, no había denuncias de los médicos al respecto, como así tampoco de las autoridades del jardín de infantes al que asistía.

Por este motivo, se inició una investigación administrativa a nivel gubernamental para establecer responsabilidades de funcionarios en la omisión de denuncias que pudieron haber evitado este desenlace.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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