Derrota legislativa. Grasso perdió la conducción del Concejo Deliberante tras una votación adversa

Lejos de un reacomodamiento ordenado, las horas previas de la sesión estuvo antecedida por diálogos desesperados y negociaciones improvisadas del sector de Grasso, que intentó evitar la caída del control legislativo sin éxito. La falta de acuerdos sólidos, la ausencia de conducción interna y el quiebre de lealtades sellaron un resultado que lo dejó políticamente aislado.

Un intendente sin capacidad de ordenar y un Concejo que ya no le responde

La nueva conducción del Concejo, encabezada por Daniela D’Amico como presidenta, con Giulliana Tobares y Victoria Ojeda en las vicepresidencias, representa mucho más que un recambio formal y ya es la confirmación de que Grasso ya no tiene incidencia en la mayoría legislativa.

Los bloques que antes lo acompañaban ya no priorizan su agenda.
Las decisiones estratégicas se definen sin su participación.
Y los consensos, cuando aparecen, surgen fuera del círculo del intendente.

La falta de diálogo no es sólo un síntoma, es la causa principal de su pérdida de poder.

La tarifaria: el primer test del nuevo tablero político

En este contexto, la discusión de la tarifaria se convierte en un punto crítico.
Grasso ha insistido públicamente en su rechazo a subir impuestos o “ajustar el bolsillo de la gente”. Sin embargo, siempre aumento los impuestos perjudicando a los vecinos. Con un Concejo que ya no controla, la pregunta que se instala es inevitable, ¿ahora sí predicaran el hacer y decir del intendente? ¿Y no subirán los impuestos?

Un escenario de gobernabilidad tensa

La reconfiguración del Concejo deja al Ejecutivo expuesto:

Sin mayoría propia.

Sin capacidad de negociación efectiva.

Sin control sobre la agenda legislativa.

Lo que se abre ahora es un período de gobernabilidad condicionada, donde cada proyecto dependerá de acuerdos que Grasso hoy no está en condiciones de liderar.

La derrota en la elección de autoridades es la consecuencia de una pérdida sostenida de diálogo. Y la tarifaria será la primera gran prueba de esta nueva etapa.