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Brenda Uliarte y Sabag Montiel querían alquilar un departamento frente al domicilio de Cristina Kirchner

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El dato surgió del celular de la novia del atacante.

Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel querían alquilar un departamento frente al domicilio de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, según la nueva información extraída del teléfono celular de la joven. El dato surge del intercambio de audios entre la pareja.

Los detenidos hablaron de alquilar un departamento frente a la casa de Cristina en Recoleta, antes de que el ciudadano brasileño (35) le gatillara desde corta distancia a la ex mandataria la noche del pasado 1° de septiembre.

Por otro parte, la jueza María Eugenia Capuchetti concretó hoy la detención de una tercera investigada por el intento de homicidio en el barrio porteño de Recoleta.

Se trata de una amiga de Uliarte, la novia del brasileño Sabag Montiel y con quien se comunicó después del ataque a la expresidenta, perpetrado en la noche del jueves 1° de septiembre pasado, cuando la titular del Senado saludaba a militantes en la puerta de su casa.

La detención de la mujer, identificada como Agustina Díaz, se produjo en el contexto de tres allanamientos que se registraron en la madrugada de este martes, dos en la provincia de Buenos Aires y uno en la Capital Federal, llevados a cabo por efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Díaz, en tanto, sería una amiga muy cercana de Uliarte, pero según fuentes con acceso al expediente no tiene vinculación con el grupo conocido como «Los Copitos», dado que vendían en la vía pública algodones de azúcar.

Durante los allanamientos realizados en las últimas horas fueron secuestrados «celulares, dispositivos electrónicos, y elementos de interés para la causa». «A partir de la información aportada por los equipos celulares secuestrados –dijeron las fuentes-, surgieron elementos que permitieron establecer que hubo otro intento de atentado contra la vicepresidenta que fue abortado».

La hipótesis de ese intento está justificado en un intercambio de conversaciones de WhatsApp entre Uliarte y Sabag Montiel el 27 de agosto pasado, día en el que se produjeron escenas de tensión por la colocación de vallas por orden del Ministerio de Seguridad porteño en torno al edificio donde vive Cristina.

«Se profundiza el análisis de todo el material para determinar participaciones y distintos roles en la planificación del atentado. Los investigadores se concentran (por pedido de la Justicia) en la reconstrucción de los días previos al atentado, con observación pormenorizada de imágenes, comunicaciones y georeferenciación, para intentar establecer circuitos y recorridos, y posibles presencias reiteradas de terceros en torno al domicilio de Juncal y Uruguay», añadieron.

Por el momento, la acusación contra Sabag Montiel y Uliarte es por tentativa de homicidio, ratificaron las mismas fuentes. En tanto, la Policía Federal Argentina encaró la realización de un perfilado criminal sobre ambos, por pedido de la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo. «Encargamos el trabajo a la Policía Federal que cuenta con uno de los mejores perfiladores de Latinoamérica», indicó una fuente allegada al expediente.

El perfilado criminal realizará un análisis de gran cantidad de imágenes de los ahora detenidos en las inmediaciones a la casa de la vicepresidenta, y concretamente, su gestualidad, movimientos y otros detalles para brindarle un panorama a la Justicia sobre los implicados.

Además, los expertos de la Policía Federal también analizan declaraciones que Sabag Montiel y Uliarte dieron a un medio de comunicación días antes del hecho, donde despotricaron con críticas al Gobierno nacional y su política.

Junto a las imágenes y entrevistas, también se tendrán en cuenta los antecedentes penales y familiares. Según explicó la fuente, se trata de configurar un perfil criminal que le ayude a la Justicia a comprender el por qué del fallido atentado del 1° de septiembre pasado, cuando Sabag Montiel apuntó y gatillo a la vicepresidenta en Recoleta.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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