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Reforma jubilatoria: Negociaciones hasta último minuto por el veto de Javier Milei

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El escenario está parejo, aunque los números en principio favorecen al oficialismo. Unos veinte diputados definirán la sesión del próximo miércoles. La apuesta por la presión social.

Por María Cafferata

La oposición tomó una decisión frente al veto presidencial: el miércoles, en la sesión, será a matar o morir, sin dilaciones ni atajos y, si no se consiguen los dos tercios, que Javier Milei y el PRO paguen el costo político. «Estamos en terapia intensiva», advierte uno de los principales negociadores opositores que, como gran parte del heterogéneo cosmos opositor que busca blindar el aumento a las jubilaciones, admite que la pelea será voto a voto y que arrancan en desventaja. Casa Rosada cuenta con una base sólida de 80 diputados y necesita sólo unos seis más para desbaratar las posibilidades de la oposición de llegar a los dos tercios. La oposición, mientras tanto, necesita llegar a 172 votos o, si no es posible, ponerse a jugar con un número menor y varias ausencias cuidadosamente pensadas. El escenario está parejo y todos – oficialistas y opositores – se miran por encima del hombro sospechando traiciones. El resultado final lo definirá, sin embargo, una veintena de diputados, y en la oposición confían en que la presión social – con una gran marcha convocada para el miércoles – servirá para dar vuelta algunas voluntades.

Llamados, mensajes, cafés, cenas, zooms, charlas de pasillo: durante las próximas 72 horas, la dirigencia opositora se dedicará pura y exclusivamente a contener a los temerosos y seducir a los indecisos. Cada uno por separado, el peronismo, el radicalismo y Encuentro Federal vienen conversando con gobernadores y referentes territoriales, atentos a neutralizar las presiones que llegan de Casa Rosada. «Los van a cagar, no les van a dar nada y los van a dejar sin las cajas previsionales», repiten, en conversaciones privadas, varios de los negociadores. Algunos mandatarios responden con ánimos de guerra – como el chubutense Ignacio Torres – mientras que otros se muestran más evasivos, como el entrerriano Rogelio Frigerio o el catamarqueño Raúl Jalil.

Las diferentes espadas opositoras – Nicolás Massot, Oscar Agost Carreño, Germán Martínez, Cecilia Moreau, Danya Tavela – saben que negocian con dos herramientas: las cajas provinciales y el humor social. La ley de movilidad jubilatoria que Milei vetó, además de incrementar un 8,1 por ciento las jubilaciones y de atar el haber mínimo a la Canasta Básica, suponía el pago de las cajas jubilatorias que Nación le adeuda a unas 13 provincias. Son cientos de miles de pesos que los gobernadores necesitan y que, hasta ahora, el gobierno nacional solo ha prometido pero nunca pagado.

La carta fuerte, sin embargo, es la presión social. «La calle es una olla de presión. Esto es un tema sensible, Macri se empezó a caer cuando tocó las jubilaciones», deslizan en las filas del peronismo, en donde advierten que «son pocos los que quieren poner la carita para sacarle a los jubilados». En la oposición especulan con que la movilización que las organizaciones sociales y las centrales sindicales están organizando para el miércoles servirá para evitar que algunas voluntades se tuerzan. La imagen de la represión contra los jubilados ordenada por Patricia Bullrich la semana pasada caló hondo, y no solo en el peronismo. «Hay indecisos legítimos que no les gusta que Patricia ande gaseando jubilados», ironizaba, mordaz, un dirigente del PRO.

En la oposición son concientes, sin embargo, de que el gobierno arranca con ventaja. La Libertad Avanza cuenta con 80-82 votos del PRO, el oficialismo y sus satélites (como el MID o Buenos Aires Libre), así como los tres tucumanos de Independencia. Saben, además, que Milei se juega su gobernabilidad en esta votación. «Acá nos estamos jugando la investidura presidencial. No salen los aviones, si es necesario», ironizan en las filas de LLA, en donde se muestran más confiados que la oposición, aunque también temen sus propias traiciones.

En efecto, la oposición mantiene un diálogo con el dúo de arrepentidas que viajaron al penal de Ezeiza – Rocío Bonacci y Lourdes Arrieta -, quienes suele jugar en tándem con Marcela Pagano. En la sesión del rechazo del DNU de los 100 mil millones para la SIDE, hubo diputados de UxP que levantaron el teléfono para asegurarse que las tres estuvieran en el recinto en el caso de no llegar al quórum y, aunque no las necesitaron al final, ellas estaban comprometidas. La línea sigue abierta y varios se entusiasman con que Arrieta, al menos, podría acompañar.

En la votación de junio, la oposición logró conseguir los dos tercios con 160 votos a favor, dado que las ausencias jugaron a su favor (la mayoría se define en base a los presentes). El desafío, ahora, es replicar los números de esa votación y jugar con las ausencias y abstenciones de quienes resulte imposible convencer.

En números, la oposición cuenta hoy con al menos 95-98 diputados de UxP – Germán Martínez trabaja para evitar la mayor cantidad de bajas posibles -, 5 de FIT – que se habían abstenido en la votación anterior -, 6 de la Coalición Cívica, al menos 24 de la UCR, 12 de Encuentro Federal, los dos santacruceños que responden a Claudio Vidal y el neuquino Osvaldo Llancafilo. Por fuera de esta base sólida por la insistencia de la ley, la oposición tiene identificados a una veintena de indecisos más: son, en su mayoría, radicales mileístas, PRO blandos y fuerzas provinciales que, al momento de la votación, será quienes definan el partido.

Los 20 indecisos

A la cabeza de los indecisos están unos ochos radicales que, en junio, votaron a favor de la ley y que ahora están en duda. La mayoría responde a los gobernadores de Mendoza, Corrientes y Chaco, así como algunos sin tierra pintados de violeta, como Francisco Monti o Martín Arjol. Son los mismos que, en la última semana, habían intentado convencer al resto de la oposición de buscar una salida alternativa a la insistencia total de la ley del recinto.

Los radicales mileístas propusieron, primero, insistir solo en una parte de la ley – el artículo del aumento del 8,1 por ciento -, pero el peronismo se negó: era a todo o nada, cualquier otra cosa era una excusa para hacerle un favor al gobierno. Después sugirieron que, si no daban los dos tercios, el día de la sesión se podía emplazar la comisión de Presupuesto para tratar primero el tema ahí y ganar tiempo. Esta propuesta tampoco despertó un gran entusiasmo en el resto de la oposición. «No me interesa ir a perder solo por el principio de revelación, pero si lo pateamos para adelante nunca lo vamos a resolver. Hay que ir al recinto a matar o morir», señaló un dirigente de EF.

El otro eje son los diputados de Innovación Federal que responden a Gustavo Sáenz (Salta), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones). En junio acompañaron la ley, pero, ahora, son los más susceptibles de recibir presiones de Guillermo Francos y Santiago Caputo. Algunos diputados, como Pamela Calletti o Agustín Domingo, sostienen en privado que están de acuerdo con la ley, pero en la oposición temen que, a último momento, las presiones de Casa Rosada terminen triunfando. EF y el peronismo dialogan con ellos, pero admiten que, de perderlos, habrá que jugar a que se ausenten.

La última línea lo constituyen las «palomas» del PRO. El ojo está puesto en los larretistas Álvaro González y Héctor Baldassi, así como la chubutense Ana Clara Romero. En la oposición no pierden la esperanza: «Nadie está en condiciones de afirmar que el miércoles tendrá los votos. La moneda está en el aire, y nadie quiere volver a su provincia y que te puteen porque cagaste a los jubilados», reflexionaba uno de los dirigentes opositores. 


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Reprimir a los jubilados: la nueva costumbre del Gobierno de Javier Milei

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Pocas horas después del asado en Olivos para festejar el veto a la ley de movilidad, las fuerzas de Seguridad desalojaron otra movilización en el Congreso. Más de 600 jubilados insistieron con el reclamo del aumento en los haberes y la restitución de la cobertura del PAMI. Hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas, entre ellos la diputada nacional Vanina Biasi.

Por celeste del bianco

El Gobierno Nacional instauró una nueva práctica: reprimir a jubilados. Como cada miércoles desde hace un mes, las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, armas de fuego con postas de goma y bastonazos una nueva movilización en los alrededores del Congreso. Pocas horas después del asado en Olivos con los diputados que garantizaron el veto del presidente Javier Milei a la Ley de movilidad jubilatoria, volvió la violencia frente al Parlamento por cuarta semana consecutiva.

Un grupo de 200 efectivos de Infantería y de Detención de la Policía Federal reprimió a más de 600 jubiladas y jubilados que circulaban alrededor del Congreso para pedir un aumento de emergencia, la recomposición de los haberes y la restitución de la cobertura de los medicamentos al 100% del PAMI y el resto de las obras sociales. Mientras marchaban por la avenida Entre Ríos, la policía inició el operativo con empujones y gases. Según relevó la Comisión Provincial de la Memoria (CPM), hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas, entre ellos la diputada nacional del Frente de Izquierda Vanina Biasi.

“Tengo 30 años de militancia, me han gaseado muchísimas veces, pero nunca un gas me quemó como éste. Es impresionante lo que me está quemando, siento una quemazón terrible en la piel”, afirmó la legisladora del Partido Obrero que fue atacada cuando se agachó para asistir a un hombre que estaba tirado en la calle. El presidente del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina), Esteban Chalá, le confirmó a Página/12 que atendieron a una decena de personas afectadas por el spray de gas pimienta, que fueron atendidas en el lugar sin derivación a hospitales. “Había personas de 80 años tiradas en el piso por un operativo intempestivo y absurdo, otra vez a 20 metros de que desarmaran la movilización», agregó la diputada en diálogo con la radio AM 750.

La violencia de cada miércoles

Las marchas de los miércoles no son una novedad, se hacen desde septiembre del año pasado, cuando eran alrededor de 15 0 20 jubilados que reclamaban mejores ingresos, pero desde que La Libertad Avanza llegó al gobierno, la cantidad de jubilados y jubiladas aumentó considerablemente ante el deterioro de su calidad de vida. Lo que sí es una novedad es la represión constante que instaló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre este grupo vulnerable: es la cuarta semana en la que son atacados, con el antecedente brutal de febrero cuando también fueron golpeados durante el tratamiento de la Ley Bases.

Rubén Cocurullo, de 76 años, estuvo ahí, igual que el resto de los miércoles. Entre empujones, le preguntó a una mujer policía de no más de 30 años por qué estaba ahí. “Cuándo llegás a tu casa y tus hijos te preguntan que hiciste en el Congreso, ¿Qué les contestás?, ¿Que reprimiste a una persona que podía ser su abuelo?”, lanzó al aire el presidente de la agrupación Jubilados Insurgentes. La pregunta retórica no tuvo más que un cabeceo debajo del casco como respuesta.

Cocurullo no tiene miedo, seguirá protestando a pesar de la represión. “Esto me genera cada vez más bronca y ganas de salir a la calle. Mi miedo es a morir de hambre. ¿Cómo no voy a luchar? Yo no me puedo quedar en mi casa mirando la televisión si no llego a la canasta básica”, le contó a este diario.

Los reclamos 

Uno de los reclamos del Plenario de Trabajadores Jubilados es un haber mínimo de 950.000 pesos que contemple la canasta básica de los adultos mayores, que incluye elementos diferentes a las que se toman en cuenta para las mediciones del INDEC. Además, piden retrotraer la decisión del PAMI de eliminar 44 medicamentos del listado de cobertura al 100% y un aumento de emergencia. Según un informe de HelpAge International Red Global Argentina, el impacto de la pobreza en las personas mayores afecta al 73% de la población adulta de más de 61 años. “Han cambiado sus hábitos, dejaron de comprar medicamentos esenciales y modificaron sus hábitos alimentarios, algunos están haciendo una comida por día”, explicó Silvia Gascón, referente de la organización y directora de la Maestría en Gerontología de Isalud.

Otra de las personas reprimidas fue Nora Biaggio, integrante del Plenario que ya lleva más de 1600 actos en el Anexo del Congreso de la Nación, una práctica que iniciaron en la década del 90. “Ya es algo habitual reprimir a los jubilados porque no nos callamos la boca, pero esto lo que genera es más bronca”, dijo en diálogo con Página/12. La mujer agregó que si bien teme por su salud, seguirá manifestándose: “Por supuesto que me da miedo, un golpe mal dado para nosotros puede ser mortal, nos puede generar una reacción alérgica o peor. Somos personas llenas de dolencias, pero esta represión no nos va a frenar porque estamos mal”, agregó.

Para el próximo viernes 20 se planea un acto en Plaza de Mayo para conmemorar el Día del jubilado y la jubilada. Habrá una radio abierta a las 16 horas y un acto a las 17, al que esperan que asistan otros sectores de la sociedad. Además, este miércoles se hicieron movilizaciones en distintas ciudades del país como Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Salta y Neuquén, entre otras. “Esto está creciendo cada vez más, hay réplicas en toda Argentina”, agregó Biaggio.

El asado en Olivos, una provocación

La violencia hacia los jubilados no es sólo física, también es simbólica. El martes por la noche, Milei recibió en la Residencia de Olivos a 71 de los 87 diputados y diputadas que garantizaron el veto a la Ley de movilidad jubilatoria que establecía un aumento de 8,1 puntos porcentuales . Al asado del festejo por el recorte, asistieron 25 representantes del PRO, encabezados por el jefe del bloque, Cristian Ritondo, todos los miembros de La Libertad Avanza y del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y solo uno de los radicales que cambiaron su voto: Mariano Campero, que se mostró jocoso con en la previa. El resto de los diputados de la UCR que fueron suspendidos, Martín Arjol, de Misiones, Luis Picat, de Córdoba y Pablo Cervi, de Neuquén, decidieron no participar. Lo mismo que el correntino José Tournier, que si bien integra el bloque de la UCR no fue suspendido porque no está afiliado.

“Lo del asado fue una provocación en todo sentido. El presidente los invita a comer un asado, algo inaccesible para un jubilado, para un trabajador, para una familia y ellos se reúnen. Eso muestra cómo son estos diputados que se dan vuelta y aceptan cualquier cosa”, agregó Biaggio, que también estuvo en la protesta que hicieron en las afueras de la quinta presidencial durante la cena.

Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las jubilaciones sin bono en el trimestre septiembre-noviembre de 2024 se mantendrán 4,6% por debajo del mismo trimestre de 2023, mientras que las jubilaciones con bono lo harían 13,6% por debajo. Pero el deterioro en los ingresos de los jubilados también se vislumbra en el Presupuesto 2025, presentado el domingo por Milei. Según las proyecciones de las partidas de Seguridad Social, en las que se incluyen las jubilaciones y las asignaciones sociales, tendrán una disminución del 14,6% real en 2024.

A pesar de las represiones sistemáticas de cada miércoles, los jubilados y jubiladas tienen decidido seguir en la calle. “¿Sabes por qué nos llamamos Jubilados Insurgentes? Porque es sinónimo de revolución y nosotros queremos la revolución social, queremos igualdad”, dijo Cocurullo tras reponerse de los empujones y gas pimienta. 


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