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Presupuesto: Guzmán reconoció el problema de la inflación y la necesidad de acumular reservas

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El ministro de Economía sostuvo que “para el 2022 y en adelante la acumulación de reservas también es un objetivo” del Gobierno nacional.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció que la inflación en 2021 será mayor a la proyectada, pero afirmó que «espera una tendencia decreciente para los próximos meses» y enfatizó que atacar la suba de precios está en el eje de las políticas públicas diseñadas por el Gobierno y expresadas en el proyecto de Presupuesto Nacional del próximo año que defendió en su presentación ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Parlamento.

Al mismo tiempo, afirmó que “no ha habido caída de reservas internacionales” y sostuvo que para el año próximo la acumulación de reservas «también será un objetivo” del Gobierno nacional.

El ministro presentó esta tarde en el Congreso Nacional las proyecciones que contiene la denominada Ley de Leyes corrigiendo las cifras presentadas el 15 de septiembre, atento a la «actual coyuntura económica» porque luego de la iniciativa presentada hace tres meses «se observó una dinámica no alineada con la proyectada».

Guzmán se preocupó en remarcar que en la concepción del Gobierno «la inflación es multicausal», en contraposición a quienes le adjudican toda la responsabilidad a la emisión monetaria. En el mismo, redobló la apuesta en la dialéctica política al recalcar que «el Estado tiene que jugar un rol central» para trazar un sendero declinante en los precios y subrayó «a los acuerdos con los privados» como una herramienta fundamental para lograr el objetivo.

Los puntos salientes del presupuesto marcan una inflación de 33% para 2022, un alza del PIB de 4%, déficit de 3,3% del PIB y un dólar promedio «punta a punta» de $ 131.1

Durante su presentación, afirmó que que el país atraviesa un «fuerte proceso de recuperación económica, de manera sólida”, con un PBI que “crece el 10%”, y en un contexto en el que se sigue “pugnando contra una doble crisis, la que comenzó en 2018 y la que le siguió la pandemia”.

Respecto de las negociaciones con el FMI, Guzmán afirmó que para 2022 no hay previstos pagos al organismo, al tiempo que recordó que el año próximo operan vencimientos por alrededor de 18 mil millones de dólares y 19 mil millones en 2023: «No hay manera de que alguien pueda considerar que Argentina tiene la posibilidad de amortizar esos vencimientos en los plazos que fueron acordados”.

El ministro de Economía aseguró que el Presupuesto 2022 «le da continuidad a la visión que desde el Gobierno nacional se plantea para propiciar la doble recuperación de la doble crisis económica y la crisis sanitaria».

El titular del Palacio de Hacienda sostuvo que “el proyecto busca satisfacer cinco objetivos, la inclusión social, dinamismo productivo, estabilidad macroeconómica, federalismo y soberanía”.

La presentación del ministro de Economía se produjo tras la constitución de la comisión de Presupuesto, donde se reeligió al diputado del Frente de Todos, Carlos Heller, al frente de ese cuerpo.

Antes de presentar el Presupuesto ante los diputados, Guzmán estuvo reunido con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Durante la ronda de consultas se hizo hincapié en cómo el Gobierno logrará la reducción del déficit fiscal y en particular cómo se manejarían los subsidios a la energía.

El secretario de Energía, Darío Martínez, sostuvo que «por mandato del presidente (Alberto Fernández) y de la vicepresidenta (Cristina Fernández)» se buscará un «esquema tarifario que ayude a sostener el salarios con con una evolución de las tarifas que vaya por debajo de la evolución de los salarios para que puedan consumir otros bienes y servicios. Esto es una decisión política. Apuntamos a mejorar el salario real».

A su vez reiteró que «se están desarrollando herramientas de segmentación tarifaria» y para eso «ya hemos relevado el 85 % de una base de datos de 16 millones de usuarios» en trabajo conjunto con ENRE y ENARGAS».

Respecto al monto de lo subsidios señaló que los precios internacionales de la Energía están atravesando «una gran volatilidad» que atenta contra las proyecciones que se realizaron.

Martínez, destacó el resultado del plan GASAR porque «frenó la caída de la producción» y reveló que provocó un ahorró de 88 mil millones de pesos en 2021 que crecerá hasta 223 mil millones el año próximo.

A su turno, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, anunció que los subsidios al transporte para el interior del país se reducirán en mil millones de pesos.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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