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La oposición criticó duramente el fallo en la causa de la fiesta de Olivos y pidió una “amnistía” para los que violaron la cuarentena

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Por medio de las redes sociales, la oposición cuestionó y criticó la homologación de la propuesta económica presentada por Alberto Fernández, para cerrar definitivamente la causa por la fiesta en la quinta de Olivos.

En las primeras horas de este lunes, el juez Mirabelli aceptó la reparación integral de 3 millones de pesos por parte de Alberto Fernández y su pareja, Fabiola Yáñez. Recordemos que esto se realiza para ponerle fin a la causa de la fiesta de Olivos, llevada a cabo durante la cuarentena estricta por coronavirus. Asimismo, cuando ese dinero se pague en el término de diez días firmará el sobreseimiento de la pareja.

Fue así como no tardaron en llegar las críticas a esta decisión, por parte de la oposición, quien se pronuncio en contra a través de las redes sociales. En primer lugar, la presidenta del PRO y ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, compartió la noticia del fallo en las redes sociales junto a dos palabras: “Vergüenza ajena”.

Por su parte, el diputado nacional de Avanza Libertad, José Luis Espert no se quedó atrás y como siempre, opinó al respecto: “Asco. Ahora ese mismo Juez debería, de oficio, dar una amnistía a todos los que tienen causas por querer laburar o manifestarse por querer laburar en el medio de la cuarentena”.

Junto a los funcionarios, se sumó Ricardo López Murphy y no dudó en apuntar contra el juez. De esta forma, declaró que el mismo garantizó la impunidad del Presidente y junto a ello, calificó el sobreseimiento como una burla para todos los argentinos: “El Presidente pagó $1,6 millones para ser sobreseído por la festichola de Olivos. Nunca burlarse de los 47 millones de argentinos fue tan barato”.

Mario Negri no se quedó atrás y con un contundente mensaje, escribió que Alberto y Fabiola pagarán $23 por cada una de las víctimas fatales de la pandemia: “Alberto Fernández y Fabiola Yañez pagarán $3 millones y serán sobreseídos por violar la cuarentena que el Presidente impulsó. Equivale a $23 por cada uno de los 128.825 fallecidos por Covid. Una vergüenza judicial que los argentinos no perdonarán. La condena es moral”.

Finalmente, el diputado de Juntos por el Cambio Fernando Iglesias también lanzó su opinión en las redes sociales: “En vez de investigar si el cumpleaños de mi querida Fabiola en Olivos fue la única festichola que armó Alberto mientras nos tenían encerrados, el juez Mirabelli hizo lugar a este disparate”, además remarcó que van cuatro décadas de peronismo judicial.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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