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Alberto Fernández tomará juramento a las nuevas ministras en el Parque Colón de la Casa Rosada

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Luego de que los cambios en el Gabinete volvieron a despertar la tensión política en interior del Frente de Todos, las flamantes ministras Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Kelly Olmos (Trabajo) y Ayelén Mazzina desembarcarán en el Gobierno.

Luego de que los cambios en el Gabinete volvieron a despertar la tensión política en interior del Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández tomará juramento este jueves a las flamantes ministras Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Kelly Olmos (Trabajo) y Ayelén Mazzina (Mujeres, Géneros y Diversidad).

La actividad se realizará cerca de las 12 en el Parque Colón de la Casa Rosada, a diferencia del último acto en el que se le tomó juramento a Sergio Massa como ministro de Economía, el cual se había realizado en el Museo del Bicentenario de la Casa de Gobierno.

Según detallaron el cambio de escenario se debe a que «habrá muchos invitados» y las temperaturas primaverales permiten que la actividad se realice al aire libre en el mismo escenario que Fernández utilizó el pasado 2 de mayo para presentar el proyecto de ley «Cuidar en Igualdad» junto a la saliente ministra de Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta.

Además, precisaron que está previsto que asistan al acto cerca de 400 personas, teniendo en cuenta que fueron invitados dirigentes del Frente de Todos, funcionarios nacionales y provinciales de la coalición gobernante, además de referentes del feminismo y los movimientos sociales.

En las horas previas a jurar como ministra de Desarrollo Social, Tolosa Paz aseguró que abrirá el diálogo con todas las organizaciones sociales para buscar una solución al conflicto por el pedido de más planes.

«Todos y cada uno de los movimientos sociales tendrán en esta ministra la escucha y el respeto a la representación de los reclamos legítimos que se van a hacer en el ministerio», expresó la hasta entonces diputada en diálogo con periodistas acreditados en Casa Rosada, entre ellos NA.

Además, la exdiputada nacional y expresidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales precisó: «Jamás me van a encontrar alejada de la instancia del diálogo, creo en el diálogo para construir la salidas transformadoras que Argentina necesita».

Con Tolosa Paz, el jefe de Estado vuelve a jugar una carta con la que apostó en las elecciones legislativas de 2021, cuando eligió a la platense para que encabezara la lista de candidatos a diputados nacionales del Frente de Todos por la provincia de Buenos Aires, oportunidad en la que perdió por apenas 1,3% frente al candidato de Juntos por el Cambio.

Por su parte, Mazzina se desempeñó como secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad de San Luis y fue Concejala por la Ciudad de San Luis.

En tanto, Olmos es economista y ocupó la vicepresidencia del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), además de haberse desempañado como legisladora de la Ciudad de Buenos Aires.

Según comunicó el Gobierno nacional, Fernández convocó «a tres mujeres de diferentes edades, procedencia geográfica y amplia trayectoria en sus temas de referencia a formar parte de su gabinete con el fin de profundizar la amplitud de miradas y la eficiencia en la gestión».

Lo cierto es que luego de que Alberto Fernández definiera los tres recambios en contacto con su círculo más intimo, sin consultar a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la coalición oficialista comenzó a transitar una nuevo capítulo de la crisis.

En esa línea, desde el kirchnerismo criticaron la falta de consulta al resto de los máximos dirigentes de la coalición, al considerar que los cambios se hicieron en «dos ministerios claves que van a tener influencia directa en la conflictividad social».

De esta manera, el Presidente buscará encarar el tramo final del año con un Gabinete oxigenado luego de las fricciones internas que desembocaron en la salida de los ministros Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Elizabeth Gómez Alcorta (Mujeres) y Claudio Moroni (Trabajo).


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Divide y reinarás: El Gobierno aumenta el presupuesto solo para la Universidad de Buenos Aires

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Incrementará un 300 por ciento los recursos destinados a los gastos de funcionamiento. El Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. El vicerrector Emiliano Yacobitti aseguró que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio.

Werner Pertot

Por Werner Pertot

La Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió levantar la emergencia presupuestaria, tras alcanzar un acuerdo con el gobierno de Javier Milei por los gastos de funcionamiento, que recibirán una suba del 270 por ciento, y de sus hospitales, cuyo incrementp será cercano al 300 por ciento. En un comunicado, el Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. Tampoco la inversión en ciencia y las obras que están paradas. En tanto otras 60 universidades continúan con el reclamo que llevó a la marcha universitaria y que no fue respondido. El vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, advirtió que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio. Las otras universidades indicaron que el aumento solo a la UBA «resulta inadmisible y provocador«. «No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, lanzaron. El Gobierno quedó a tiro de una cautelar.

Desde el comienzo de las negociaciones con las universidades y, sobre todo, en las reuniones posteriores a la marcha universitaria que resultó masiva en todo el país (algunas estimaciones llegaban al millón de personas), el Gobierno buscó dividir a la UBA del resto de las instituciones. De hecho, tuvieron una atención especial con el rector Ricardo Gelpi, a quien la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, recibió un día antes que al resto. En los encuentros con todos los rectores, el Gobierno escuchó, pero no hubo avances reales en destrabar fondos. De hecho, en una exposición ante el Congreso, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, no pudo dar precisiones sobre cómo se resolverá el conflicto universitario.

A partir de ahí, lo público se separa de las negociaciones a puertas cerradas. Con la UBA particularmente, el encargado de las negociaciones, que pasó a ser Torrendell, tuvo tres reuniones más. Estuvo presente también el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez, aunque moderó sus modales. Allí, las autoridades de la UBA insistieron con el planteo de actualizar lo presupuestario y tuvieron varias discusiones, avances y retrocesos. Finalmente, desde el Gobierno nacional aceptaron aumentar aquellas partidas sin las cuales directamente se iba a un cierre de la UBA: el funcionamiento básico (la luz, etc) y el presupuesto para los hospitales. Según confirmaron a este diario, no solo acordaron sino que ya empezaron a pagar.

En el caso de la UBA, los gastos de funcionamiento representan el 14 por ciento de los gastos totales (porque allí hay que contemplar también los seis hospitales; en otras universidades es la mitad de ese porcentaje). «Si ellos no garantizaban ni el presupuesto mínimo para prender las luces, teníamos que cerrar», insistieron desde el rectorado a este diario.

Sigue la discusión

No obstante, en el comunicado que emitió el Consejo Superior de la UBA para anunciar que levantaba la emergencia universitaria, dejaron en claro que sigue la discusión por ese otro 86 por ciento del gasto sobre el que no hubo acuerdo (principalmente, son los salarios docentes y no docentes). Lo que recibieron fue una actualización de los gastos de funcionamiento del 270 por ciento interanual y del 300 por ciento para los hospitales universitarios y aquellas funciones de la universidad vinculados al área asistencial. Se trata de 26.016.488.265 pesos que el Gobierno les comenzó a transferir con destino a afrontar los Gastos de Funcionamiento y otros 35.436.785.336 de pesos para sostener los niveles de atención de la salud.

“Las sumas indicadas, si bien se encuentran por debajo del presupuesto óptimo para el funcionamiento pleno de la Universidad, posibilitan una programación presupuestaria, imposible hasta el momento”, señaló la UBA, que también destacó que continúa el “estado de alerta y profunda preocupación” por la actualización salarial como también otras partidas “particularmente aquellas vinculadas a las áreas de Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y a los Programas de infraestructura universitaria”. Es decir, las obras que están paradas, algunas de las cuales ya estaban en curso.

En materia salarial, no hubo acuerdo con el Frente Sindical de las Universidades: la propuesta del Gobierno, ante una inflación acumulada superior al 70 por ciento, fue: 16 por ciento en febrero, 12 por ciento para marzo y 8 por ciento para abril. Es decir, un 36 por ciento. Los números solos indican por qué están muy lejos de un acuerdo con los gremios. Desde el Consejo Superior de la UBA advirtieron que este acuerdo debería llegar urgente y también se mostraron a favor de que el Congreso sancione una Ley de Financiamiento Universitario que establezca un criterio de actualización para el presupuesto universitario, para que no se repita lo de este año.

Tras el acuerdo, Yacobitti escribió en su cuenta de Twitter: «Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro». Luego aclaró: «Vamos a seguir reclamando por los salarios docentes y no docentes que perdieron más de un tercio de su capacidad económica en 4 meses, por los recursos para CyT y las obras de mantenimiento de los edificios y laboratorios».

Y luego volvió a aclarar: «También es importante que esta corrección sea para todo el sistema y no solo para la UBA. Sentarnos a discutir un presupuesto para el 2025 que contemple los reajustes». Esto último quizás tenga que ver con la reacción del resto de las universidades, que tronaron apenas se conoció la noticia.

«Universidades de segunda»

Todas las universidades vienen funcionando con un presupuesto que se votó a fines de 2022 y que, insisten, es insuficiente para llegar no ya a fin de este año, sino a mitad de año en algunos casos. Por lo tanto, apenas se conoció el aumento para la UBA, las otras 60 casas de estudio pusieron el grito en el cielo y hablaron de una “discriminación federal injusta” de parte del Gobierno.

Hubo una reunión de emergencia del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para tratar el tema. «Estamos en plena discusión viendo si nos dan lo mismo a todos. Si no, habrá problemas”, señaló antes de ingresar a la reunión Víctor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.

El CIN emitió luego un comunicado que dejó en claro como estaban los ánimos: «Resulta inadmisible y provocador que se reconozca solo para una universidad y no para la totalidad del sistema que reúne a un conjunto de 60 universidades a lo largo y a lo ancho de todo el país, que representan a dos millones de estudiantes de las universidades argentinas. No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, remarcaron los rectores en un comunicado del CIN.

«Rechazamos cualquier metodología que promueva la división entre universidades y dentro de las universidades. No convalidaremos ningún intento de división, ni priorizaremos nunca ningún atajo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) no resigna lo que cree. No es solo un problema de recursos, es también de principios», le advirtieron al Gobierno.

Por otro lado, advirtieron que el Gobierno reconoció con ese pago que tienen razón y que «hay plata». Según pudo saber este diario, todavía no harán una presentación judicial, sino que esperarán una respuesta del Gobierno, pero la disparidad de criterios pone a la administración nacional a tiro de una cautelar. En el comunicado indicaron que esa transferencia a la UBA «implica el reconocimiento por parte del gobierno nacional de uno de los aspectos del problema -y su grave magnitud- que todo el sistema universitario viene planteando desde enero de este año. Por lo tanto, habiendo el gobierno confirmado con sus actos que los recursos están, exigimos inmediatamente una resolución que garantice un incremento igual al otorgado a la Universidad de Buenos Aires para todas las universidades públicas de la Nación.

«Con la misma urgencia, seguiremos bregando por paritarias para las y los trabajadores de las universidades que recompongan la pérdida del poder adquisitivo del salario, por el sostenimiento y el fortalecimiento del sistema científico y tecnológico, por la actualización del monto destinado a becas estudiantiles y por la recuperación de las obras de infraestructura hoy paralizadas», concluyeron.


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