Conectarse con nosotros

NACIONALES

Todos vs Guzmán por el acuerdo con el FMI

Publicado

el


La auto defensa del ex funcionario aglutinó a CFK, Máximo y el jefe de Hacienda detrás de la idea del pacto a espaldas del Frente de Todos. El Presidente, los hechos y las versiones. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

La reaparición del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, volvió a poner sobre el tablero la historia secreta, con versiones opuestas de los hechos, de cómo se llegó a cerrar el acuerdo para pagar el crédito de 45 mil millones de dólares que le gobierno de Mauricio Macri tomó con el Fondo Monetario (FMI). Su posición, en la que sostiene que siempre dio detalles a todos los funcionarios nacionales de peso y al kirchnerismo sobre el avance del acuerdo, logró aglutinar frente a él a todo el arco oficialista, que tiene un versión de los acontecimientos coincidente y radicalmente diferente a la de Guzmán. Tanto el ministro de Economía, Sergio Massa, como el diputado Máximo Kirchner, el gobernador Axel Kicillof y la vice Cristina Fernández aseguran que fue un pacto a espaldas del Frente de Todos y que no se expuso la responsabilidad del macrismo en un crédito de corte político. Tan relevante es esa coincidencia que es parte fundacional del acuerdo de estabilidad política y económica que hoy tienen Massa y CFK.

El Presidente Alberto Fernández, según pudo saber Página/12, incrementó en las últimas horas su malestar con Guzmán, a quien supo criticar en público. «Se va enterando de algunas cosas por capítulos», destacan los que conocen al mandatario, y agregan que «no le gustó nada el momento que eligió Guzmán para hablar». Del lado del ex ministro aseguran que la relación con Fernández seguirá siendo cuidada pero aseguran que responderán cualquier versión que no refleje los hechos tal como ellos los conciben. 

El zoom de Massa con el FMI

Tras la entrevista que Guzmán le dio al periodista Alejandro Fantino, volvieron a encenderse las alarmas y el que redobló la apuesta fue Massa. «Cuando llega el acuerdo al Congreso, el ex ministro plantea que si no aprobábamos el texto como él decía, se caía el acuerdo. Pero yo tuve una reunión vía Zoom con el equipo técnico del FMI en el que les pregunté si era así y me dijeron que no, que era mentira, que no necesitábamos que el texto fuera tal y como se había mandado al Congreso. Si no que en la medida en la que se aprobara el acuerdo, era importante para el acuerdo», dijo el actual ministro de Economía en una entrevista con Futurock. La nota la escuchó de principio a fin el entorno de Guzmán, que niega la versión. 

Cerca del ex ministro afirman que ese Zoom con el staff que menciona Massa lo armaron, en realidad, el mismo Guzmán y el encargado de la relación con el organismo en Washington, Sergio Chodos, para que Massa se informe y se saque dudas. ¿Qué era lo que le preocupaba a Massa según el ex ministro? Que el proyecto que se llevara al Congreso tuviera separado en dos artículos el acuerdo. Por un lado, el desembolso de DEGS para el pago de la deuda; y por otro, el Memorando de Entendimiento que contenía las metas y políticas para que Argentina siga. Votarlos juntos era, para el oficialismo, un riesgo de perder apoyo de la oposición que podría cuestionar el voto al plan completo, es decir, al desembolso de dólares y al plan económico para cumplir. El FMI aseguraba que no podía votarse una cosa sin la otra. Finalmente, el Memorando fue en un anexo, que no modificaba la cuestión de fondo pero sí le permitía a Juntos por el Cambio disimular que había votado, también, el plan económico. 

Kicillof y Massa contra Guzmán

En el Gobierno ya sabían que Guzmán venía jugando en privado mostrando las ideas que formalizó en la entrevista, pero lo consideran un dato menor. En ese frente Guzmán tiene un problema: no cuenta con respaldo político de ningún tipo y perdió la banca del Presidente, que cuentan en el entorno de Fernández «ya renunció a defenderlo». De todos modos, cerca del ex pupilo del Nobel Joseph Stiglitz siguen sosteniendo que «el Presidente, Cristina, Máximo y Kicillof» estaban informados del paso a paso. De hecho, agregan, cuando el kirchnerismo decidió no atenderle más el teléfono, él se encargó de mandarle al gobernador bonaerense los avances por mensaje de texto. No tuvo respuesta y en el kirchnerismo niegan conocer el detalle y aseguran que Guzmán había prometido una reestructuración de la deuda (tener los 45 mil millones de dólares de una vez para saldar la deuda y luego verse en 10 años) y no una refinanciación. 

Kicillof, en ese sentido, bancó la posición de Massa de que Guzmán había prometido otra cosa. «Hay que diferenciar refinanciación de reestructuración. Hasta determinado punto donde Martín llevaba la negociación, buena parte del Gobierno hasta el Presidente comprendían que de lo que se trataba era de reestructurar la deuda que habia tomado Macri. Esto es renegociar los pagos», dijo. «Pero en un momento se supo -continuó-, sorpresivamente, que no se trataba de eso, de cambiar el cronograma y los montos, en definitiva las condiciones de eso impagable; sino que de repente nos enteramos que se trataba de un nuevo préstamo para pagar el de Macri. Eso es refinanciar, y esa es la mentira que nos ocultó el ex ministro». 

El momento político

En el análisis político, la reaparición de Guzmán también es impropia porque no decodifica que buena parte del estabilidad política actual parte de la base de dos cosas: ni Massa ni CFK querían ese acuerdo, y lo que es más fuerte, ninguno de los dos quería a Guzmán en el cargo por considerar que no conocía los modos ni lugares de funcionamiento del Estado, la tan mentada «botonera». Un dato poco conocido es que si hubiera una forma de medir el malestar, Massa estaría primero entre los que manifestaron que Guzmán no podía ser ministro. Bastantes cuerpos por encima de CFK. Kicillof, de hecho, confirmó que el acuerdo con el FMI y la salida de Guzmán fueron el factor que desestabilizó la política. «La salida de Guzmán fue un hecho que produjo una inestabilidad enorme, no se si voluntariamente o involuntaria, fueron semanas de muchísima inestabilidad ocasionadas por su salida intempestiva”, dijo.

Hay un punto, sin embargo, en el que ambos bandos coinciden pero aún así los aleja. El nivel de exposición que debía tener la responsabilidad del macrismo en la toma del préstamo, y que fue un crédito político avalado por la administración de Donald Trump para lograr que Macri llegara con chances a las elecciones presidenciales del 2019. Tal lo expuso Máximo Kirchner en una entrevista reciente, en la que incluso aseguró que si no se podía un acuerdo mejor, lo interesante hubiese sido que eso quedase expuesto de manera clara y directa ante la sociedad, que es la que termina afectada por el destino del dinero. A su favor, hay que decir que eso ya lo había planteado en un encuentro que hubo en la quinta de Olivos en enero del 2021. «Al FMI lo trajo Macri, que se haga cargo», expresó en su momento, en un mitin del que fueron parte el Presidente, CFK, Guzmán, Máximo y Kicillof. Cerca de Guzmán, en tanto, aseguran que en cada aparición pública manifestó al responsabilidad de Macri y la oscuridad de un organismo como el FMI. 


NACIONALES

El gobierno anunció un acuerdo con las universidades que no existe

Publicado

el


El gobierno informó un incremento en el presupuesto universitario pero solo abarca los gastos de funcionamiento.  El Consejo Interuniversitario Nacional señaló que es un reconocimiento al ajuste aunque considera insuficiente a propuesta. Se mantiene la movilización de la semana próxima. 

La marcha prevista para el 23 de abril en defensa de la universidad pública que se realizará en todo el país promete ser multitudinaria. Crecen las expresiones de apoyo y convocatoria tanto a nivel nacional como en el extranjero, incluso centros de estudiantes de universidades privadas, como la UADE, se suman a la convocatoria. Actores, científicos, docentes, dirigentes gremiales y estudiantes llaman a movilizarse contra el desastre que se avizora ante el desprecio que le dispensa el gobierno libertario a la educación pública. La primera reacción del gobierno fue el ataque furioso, encabezado por el presidente Javier Milei. Anoche, además, hubo un intento de desactivar la movilización. Desde el Ministerio de Capital Humano informaron que «se dispuso un aumento del 70 por ciento en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento» y adelantaron que en mayo se otorgará el mismo porcentaje. De esa manera, el gobierno lanzó a rodar una moneda falsa al anunciar que se había llegado un acuerdo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a todas las universidades públicas, lo desmintió. «Nos parece bien que reconozcan que existe el ajuste, porque hasta hace poco lo negaban. Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente», señalaron desde una de las universidades.  El CIN  ratificó la convocatoria a la movilización. 

El gobierno ya utilizó esta estrategia sin resultados positivos.  Ante el conflicto, rechaza su existencia, ataca a sus protagonistas, cuando todo está por desmadrarse hace una oferta y, a través de las redes sociales, vende una solución que no existe. Así lo hizo el pasado 14 de marzo cuando intentó frenar la huelga nacional de los docentes universitarios. La noche anterior anunció el incremento de un 70 por ciento para gastos de mantenimiento que las universidades debían recibirlo los primeros días de abril. Los gremios docentes y no docentes no se equivocaron en mantener el paro porque ese dinero no llegó.

Es más, se trata del mismo porcentaje que forma parte del ofrecimiento que realizaron a última hora de este jueves al CIN. Pero este aumento representa en realidad menos del 10 por ciento del presupuesto de las universidad que todavía no lo cobraron. El gobierno dice que ese 70 por ciento «lleva la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales» y propone otro «70 por ciento en el mes de mayo alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140 por ciento de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales». «Además –agregó el comunicado–, se dispuso una partida extraordinaria para atender las necesidades de los hospitales universitarios de $14.403.479.661».

Los números siguen siendo insuficientes porque, como sostienen en las universidades, el ajuste es superior a lo que está ofreciendo ahora la Rosada. La propuesta es un aumento sobre los gastos de funcionamiento de las universidades que representan solo es el 10 por ciento del presupuesto. El otro 90 por ciento son los salarios. 

En cambio, el gobierno anunció que estos los montos surgían de un consenso alcanzado con los rectores de las universidades nacionales y anticipó un encuentro para avanzar en «lograr una educación universitaria de calidad». Sin embargo, desde el CIN no dijeron lo mismo. Valoraron «que se reconozca parte de lo que venimos reclamando, sustancial e ineludible para el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y señalaron que el diálogo convocado porque «es sin dudas el camino para lograr acuerdos duraderos que den la previsibilidad que el sistema universitario y científico necesita las en materia presupuestaria». Pero los rectores también informaron que están «a la espera de la invitación formal a la reunión donde se anuncie formalmente estas medidas, reunión a la cual asistirá el Comité Ejecutivo». Advirtieron, además, que el Consejo Interuniversitario «siempre ha estado y estará en virtud de nuestro convicción profunda respecto del rol estratégico que la educación pública, el sistema público de educación superior y la ciencia tienen para el país». Y destacaron que la marcha convocada para el 23 abril «continúa siendo una actividad de vital importancia y de visibilización, la cual el CIN adhiere y convoca».

«No hubo un acuerdo, hubo una propuesta del gobierno, de manera informal, donde se comprometen a subsanar el 25 por ciento del ajuste de los gastos de funcionamiento de las universidades», señaló en las redes sociales Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.

El comunicado de los rectores a la propuesta apresurada y de última hora también es una respuesta a los ataques a los que los sometieron tanto el presidente Milei como su ministro del Interior Guillermo Francos. A los docentes universitarios el Presidente los llamó “salamines firmadores de cartas de indignación” y acusó a la educación pública de generar «disonancia cognitiva». A su turno, Francos se preguntó si ante los problemas presupuestarios no deberían plantearse «la forma de generar más recursos a los que aporte el Estado nacional». Tanto Francos como Milei tienen en común el haber egresado de universidades privadas. Tal vez eso también explica el desapego que expresan por las universidades públicas. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.