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Qué piensan los Ceo de la huida de Macri 

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En el G-6 se comentó que su alta imagen negativa no le permitiría encarar el ajuste prometido si llega Juntos al poder. Los confusos elogios en el Whatsapp del campo PRO, la concesión del Cicyp y una UIA que perdonó a Bullrich. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

Ni gesto patriótico ni renunciamiento histórico y mucho menos una derrota del ego propio. Para el Círculo Rojo la renuncia de Mauricio Macri a presentarse como pre candidato a Presidente tiene dos razones centrales: la primera es que no le alcanzan los votos para ser competitivo; la segunda, que su imagen negativa en niveles récord no le deja lugar para hacer lo que Juntos -y buena parte del empresariado- quieren de llegar la oposición al poder en 2023, que es una corrección de las variables vía un ajuste, sobre todo, del tipo de cambio. 

En este escenario, los círculos del poder económico vivieron con diferente intensidad la dimisión del ex presidente. Los gestos aduladores, vale aclarar, quedaron casi en exclusiva para el sector del campo más cercano al PRO, mientras que el resto ya está pensando más en su sucesión que en el pasado de Macri. Aquí el primer dato curioso: pasadas las 13 horas, Patricia Bullrich cruzó la puerta de entrada de la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), junto a su referente fabril, el ex ministro Dante Sica, una de sus espadas económicas, el diputado Luciano Laspina; y el especialista en temas internacionales y armador de Bullrich, Federico Pinedo. 

El almuerzo de Bullrich en la UIA

El almuerzo que compartió con la mesa chica de la entidad que conduce Daniel Funes de Rioja se pautó ya hace un tiempo, pero justo cayó el día después de que Macri decantara la disputa de poder en Juntos, básicamente en la interna PRO entre Patricia y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En todo el evento Bullrich gambeteó bastante el tema de la renuncia de Macri, pero deslizó que ese corrimiento posiciona a sólo dos candidatos en la interna de Juntos: ella y Larreta

El tono de la reunión fue más que amistoso, aún cuando a mediados del 2021 Bullrich pidió la desaparición de «la burocracia» de la UIA. “Las pymes cierran como si fueran un dominó. ¿La UIA qué corno hace? Ellos están como una burocracia que no hace nada. Tenemos que empezar a sacar esas burocracias que lo único que hacen es defenderse a ellos mismos”, aseguró entonces. Cicatrizaron rápido los industriales aquella disputa y hubo cordialidad máxima en el evento. Por la UIA se sentaron Funes, el secretario Miguel Rodríguez (Sinteplast) y buena parte de los vices, entre ellos Adrián Kauffman (Arcor), David Uriburu (Techint), Luis Betnaza (Techint) y el textil Luis Tendlarz. 

«Si va a haber apertura económica, de lo que no estamos en contra, tiene que ser administrada y con protección de las fábricas de adentro», le dijeron los industriales ante el aviso de Patricia de un sistema económico abierto. Hubo, además, críticas a la gestión de Francisco «Pancho» Cabrera, primer ministro de Producción de Macri. «Hacemos autocrítica de eso, a veces se equivocaron», les admitió Bullrich. Quien además avisó que va por una reforma Laboral e Impositiva, con las cuales los ceos, naturalmente, comulgan. 

Larreta, las encuestas y la tribuna de Macri

Fueron varios los empresarios de diferentes rubros que hablaron con Larreta con posterioridad a la renuncia de Macri. El viernes feriado, cuando ocurrió la reunión del alcalde con Macri, también lo llamaron y no dio pistas. Pero empezó a deslizar detalles con ceos en las últimas horas. La leyenda que compraron los empresarios que hablaron con el jefe de Gobierno porteño es que fue él quien le llevó a Macri «una serie de encuestas», muchas del Conurbano y todas con resultados malos, para convencerlo de que no se candidateara. Según la versión de los ceos que tomaron contacto con Larreta, esta razón se suma a la otra, más conocida, de la dimisión presidencial a cambio de que el alcalde no obture con candidatos propios la candidatura presuntamente única del primo del ex presidente, Jorge Macri

Por todo esto fue que directivos del Grupo de los Seis (G-6) reconfirmaron la debilidad política de Macri en el territorio. Y trazaron, también con información desde adentro de Juntos, el segundo problema del Macri desmejorado en imagen. Los ceos entienden que, de ganar Juntos por el Cambio las presidenciales, se precisa un ajuste furioso de las variables macro, y que eso sólo lo puede llevar a cabo un candidato sin desgaste, que piense como Macri pero que se aguante protestas callejeras y críticas de todos los sectores. Esta manera de pensar de los ceos no es una rareza: aunque se venda la fantasía del voto ceo a partidos liberales, los empresarios se inclinan casi exclusivamente por los candidatos que, entienden, pueden forzar a tomar las medidas que el Círculo Rojo precisa. No es al revés. 

El campo lo quiere, pero le muestra la salida

En este escenario, Macri recibió mayores caricias del campo que de los otros sectores. empresarios Primero, el titular del Consejo para el Comercio y la Producción y vice de la Sociedad Rural, Marcos Pereda Born, logró su cometido y será Macri quien, el 12 de abril, abra los almuerzos del Cicyp con políticos. Toda una definición de lo que el campo quiere. 

Asimismo, este diario accedió a chats que se escribieron en el Grupo de Whatsapp Gurú Ganadero y Gurú Agro, donde se reúnen productores, operadores y consultores del campo PRO. Allí se consagró a Bullrich como sucesora natural de Macri y se tildó a Larreta de «personaje poco confiable»

Lo curioso de los chats es que elogian a Macri pero, a la vez, le muestran la puerta de salida y le agradecen la renuncia. «Hizo bien. La Sra, desesperada», reza uno de ellos refiriéndose a Cristina Kirchner. Otro de los participantes escribió «fue un Presidente que nos quedó grande, lo que tenía que hacer por la patria ya lo hizo. Los obliga a competir a ellos también. Me emocionó». 

«Bravo, las decisiones importantes siempre las toma el más fuerte….los segundones –CFK por ejemplo – reaccionan a lo que ya sucedió…», escribió un productor pampeano. Y agregó que Macri «es una persona de otra categoría… Los peronistas/kirchneristas no le llegan ni a los talones!». 

Otro entusiasta calificó la renuncia como «el mensaje de un verdadero Republicano, recalcando lo principal: el poder en una República reside en el pueblo y no el líder mesiánico». Uno más osado, en tanto, se centró en los errores de la población que le votó en contra en el 2019. «Ojalá la sociedad esta vez haya aprendido la lección -dijo- el peronismo volvió porque votamos mal y no porque Macri gobernó mal o no los aniquiló como infantilmente lloriquean algunos». Por último, se leyó en ese Whatsapp que Macri fue «el primer Presidente no peronista desde Marcelo T de Alvear en 1928 (pasaron 88 años) en terminar su mandato constitucional derrotando al “club del helicóptero” teniendo minoría en ambas Cámaras del Congreso… titánico !!!!». 


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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