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Precios congelados: estacioneros alertan por un eventual desabastecimiento de combustibles

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Tras el anuncio por parte del Gobierno de postergar hasta marzo la actualización del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), referentes de estaciones de servicio mostraron su preocupación por el impacto que puede tener la medida en el sector y alertaron por el creciente desabastecimiento que experimentan las estaciones del interior del país.

«De acuerdo a un informe dela Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), la situación de las estaciones de servicio es compleja, donde más de la mitad (52,3 por ciento) no lograr vender volúmenes de combustible suficientes como para alcanzar el punto de equilibrio, operando directamente a pérdida», indicaron en un comunicado.

«Este cuadro se viene agravando en los últimos meses por las denuncias de estaciones de bandera blanca (muy presentes en rutas o pueblos de menor densidad urbana) que dejan de recibir combustible o se enfrentan a escenarios donde se aplican cupos de venta. Es que en escenarios donde las petroleras no logran rentabilidad vendiendo sus productos, prefieren guardar el combustible para abastecer a las estaciones propias, lo que deja afuera a los jugadores más chicos», señalaron.

“Es complejo que se tomen medidas como este decreto que congela el precio sin contemplar las consecuencias. El campo empieza en poco tiempo a trabajar la cosecha y las máquinas agrícolas no tienen garantizado el abastecimiento del combustible. También está la demanda por la temporada turístico, otro factor que suma presión”, sostuvo Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA.

Acuerdo salarial

Por otro lado, las cámaras de estacioneros que conforman Expendedores Unidos sostuvieron que el aumento salarial firmado por la Federación de Entidades de Combustibles (FEC) «supera ampliamente la inflación» y afirmaron que será difícil de afrontar porque «más del 50% de las estaciones de servicio trabajan por debajo de su punto de equilibrio, directamente a pérdida».

En un comunicado, Expendedores Unidos aseguraron que en enero de este año el salario básico de un playero era de 51.569 pesos y, según el acuerdo firmado por FEC, en igual mes del 2022 ascenderá a «89.401 pesos, un aumento del 73% interanual y de casi 120% en dos años».

«Los valores expuestos indican que los aumentos salariales arribados por FEC, en su limitado ámbito real de incumbencia, superan en más del 20% los niveles inflacionarios y los incrementos que se han verificado en las demás actividades sectoriales», agregó el escrito.

Frente a ello, la asociación de cámaras pidió «diálogo y racionalidad a la hora de paritar los salarios de nuestra actividad».

«Propiciamos mantener las fuentes de empleo y una digna retribución para nuestros trabajadores, pero ello será imposible con estaciones de servicio cuya actividad resulta por demás inviable», añadió Expendedores Unidos.

«Enfrentamos la situación más crítica de los últimos años, con una pandemia de por medio, congelamiento de nuestros ingresos y menguados o nulos volúmenes disponibles para el expendio de combustibles, según la situación operativa de cada petrolera y/o de las estaciones blancas, que acechan cada vez más nuestra actividad», agregaron.

Expendedores Unidos está conformada por la Federación de Empresarios Combustibles de la Republica Argentina; la Cámara de Expendedores de Gas Natural Comprimido; AFS; la Asociación de Operadores de YPF; y la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines.


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El gobierno anunció un acuerdo con las universidades que no existe

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El gobierno informó un incremento en el presupuesto universitario pero solo abarca los gastos de funcionamiento.  El Consejo Interuniversitario Nacional señaló que es un reconocimiento al ajuste aunque considera insuficiente a propuesta. Se mantiene la movilización de la semana próxima. 

La marcha prevista para el 23 de abril en defensa de la universidad pública que se realizará en todo el país promete ser multitudinaria. Crecen las expresiones de apoyo y convocatoria tanto a nivel nacional como en el extranjero, incluso centros de estudiantes de universidades privadas, como la UADE, se suman a la convocatoria. Actores, científicos, docentes, dirigentes gremiales y estudiantes llaman a movilizarse contra el desastre que se avizora ante el desprecio que le dispensa el gobierno libertario a la educación pública. La primera reacción del gobierno fue el ataque furioso, encabezado por el presidente Javier Milei. Anoche, además, hubo un intento de desactivar la movilización. Desde el Ministerio de Capital Humano informaron que «se dispuso un aumento del 70 por ciento en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento» y adelantaron que en mayo se otorgará el mismo porcentaje. De esa manera, el gobierno lanzó a rodar una moneda falsa al anunciar que se había llegado un acuerdo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a todas las universidades públicas, lo desmintió. «Nos parece bien que reconozcan que existe el ajuste, porque hasta hace poco lo negaban. Queremos sentarnos a dialogar, pero la propuesta sigue siendo insuficiente», señalaron desde una de las universidades.  El CIN  ratificó la convocatoria a la movilización. 

El gobierno ya utilizó esta estrategia sin resultados positivos.  Ante el conflicto, rechaza su existencia, ataca a sus protagonistas, cuando todo está por desmadrarse hace una oferta y, a través de las redes sociales, vende una solución que no existe. Así lo hizo el pasado 14 de marzo cuando intentó frenar la huelga nacional de los docentes universitarios. La noche anterior anunció el incremento de un 70 por ciento para gastos de mantenimiento que las universidades debían recibirlo los primeros días de abril. Los gremios docentes y no docentes no se equivocaron en mantener el paro porque ese dinero no llegó.

Es más, se trata del mismo porcentaje que forma parte del ofrecimiento que realizaron a última hora de este jueves al CIN. Pero este aumento representa en realidad menos del 10 por ciento del presupuesto de las universidad que todavía no lo cobraron. El gobierno dice que ese 70 por ciento «lleva la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales» y propone otro «70 por ciento en el mes de mayo alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140 por ciento de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales». «Además –agregó el comunicado–, se dispuso una partida extraordinaria para atender las necesidades de los hospitales universitarios de $14.403.479.661».

Los números siguen siendo insuficientes porque, como sostienen en las universidades, el ajuste es superior a lo que está ofreciendo ahora la Rosada. La propuesta es un aumento sobre los gastos de funcionamiento de las universidades que representan solo es el 10 por ciento del presupuesto. El otro 90 por ciento son los salarios. 

En cambio, el gobierno anunció que estos los montos surgían de un consenso alcanzado con los rectores de las universidades nacionales y anticipó un encuentro para avanzar en «lograr una educación universitaria de calidad». Sin embargo, desde el CIN no dijeron lo mismo. Valoraron «que se reconozca parte de lo que venimos reclamando, sustancial e ineludible para el normal funcionamiento de nuestras instituciones». Y señalaron que el diálogo convocado porque «es sin dudas el camino para lograr acuerdos duraderos que den la previsibilidad que el sistema universitario y científico necesita las en materia presupuestaria». Pero los rectores también informaron que están «a la espera de la invitación formal a la reunión donde se anuncie formalmente estas medidas, reunión a la cual asistirá el Comité Ejecutivo». Advirtieron, además, que el Consejo Interuniversitario «siempre ha estado y estará en virtud de nuestro convicción profunda respecto del rol estratégico que la educación pública, el sistema público de educación superior y la ciencia tienen para el país». Y destacaron que la marcha convocada para el 23 abril «continúa siendo una actividad de vital importancia y de visibilización, la cual el CIN adhiere y convoca».

«No hubo un acuerdo, hubo una propuesta del gobierno, de manera informal, donde se comprometen a subsanar el 25 por ciento del ajuste de los gastos de funcionamiento de las universidades», señaló en las redes sociales Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA.

El comunicado de los rectores a la propuesta apresurada y de última hora también es una respuesta a los ataques a los que los sometieron tanto el presidente Milei como su ministro del Interior Guillermo Francos. A los docentes universitarios el Presidente los llamó “salamines firmadores de cartas de indignación” y acusó a la educación pública de generar «disonancia cognitiva». A su turno, Francos se preguntó si ante los problemas presupuestarios no deberían plantearse «la forma de generar más recursos a los que aporte el Estado nacional». Tanto Francos como Milei tienen en común el haber egresado de universidades privadas. Tal vez eso también explica el desapego que expresan por las universidades públicas. 


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