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Messi, el primero: la Selección se junta en Ezeiza para los clásicos ante Uruguay y Brasil

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El rosarino, envuelto en polémica por la crítica del PSG por su condición física ante la seguidilla de partidos con la Selección, llegó con Paredes y Di María para instalarse en el predio de AFA, en Ezeiza.

El rosarino Lionel Messi fue uno de los primeros futbolistas en arribar este lunes al país para sumarse a los entrenamientos de la Selección argentina, de cara a los clásicos contra Uruguay y Brasil por las Eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022, el próximo viernes y martes, respectivamente.

Junto con el capitán del elenco albiceleste llegaron los otros dos jugadores del París Saint Germain (PSG), Leandro Paredes y Ángel Di María, mientras que para el mediodía de este lunes se aguarda que arriben los futbolistas que viajan desde España.

En su cuenta oficial de Twitter, la Selección Argentina indicó: «Llegaron los futbolistas del @PSG_espanol, con el capitán Leo #Messi a la cabeza. Dentro de algunas horas arribarán los demás de los convocados provenientes de Madrid. ¡Comienza la acción!».

En los últimos diez días, tanto Messi como Paredes quedaron envueltos en una polémica por su condición física y lesiones, que llevó al mánager del PSG, el brasileño Leonardo, a criticar la apretada agenda que tuvieron con la Selección argentina y que no les permitió actuar en plenitud en el club parisino.
Messi viene arrastrando una serie de molestias musculares, además de un golpe en la rodilla que lo obligó a hacer una visita a Madrid la semana pasada, como consecuencia de la brutal patada que recibió frente a Venezuela, en Caracas, por las Eliminatorias.

La idea del cuerpo técnico encabezado por Lionel Scaloni es que juegue solo un rato frente a Uruguay el próximo viernes 12 de noviembre a las 20:00, en Montevideo, aunque deberá charlarlo con el rosarino en estos días de preparación. Luego, para el choque del martes 16 contra Brasil, en San Juan, sí estaría a plena disposición del entrenador santafesino, de 43 años.

En cuanto a Paredes, aún se recupera de un desgarro en el cuádriceps que sufrió a mediados de octubre en el último Argentina-Perú, y que no le permitió actuar con el PSG desde entonces. Su disponibilidad para los clásicos del Río de La Plata y de Sudamérica, todavía es una incógnita.

Este lunes, con los futbolistas de avanzada, Scaloni programó un entrenamiento para las 19:00 en el predio de Ezeiza, mientras que el martes aún debe confirmarse el horario de la práctica, que será abierta a la prensa durante la primera parte. Para el miércoles está estipulado un entrenamiento matutino y el jueves será la última práctica, la habitual conferencia de prensa de Scaloni previa al partido y el viaje a Montevideo, luego del mediodía.

La Argentina, que todavía espera la resolución de la FIFA por el encuentro suspendido ante Brasil en San Pablo, podría certificar su clasificación a Qatar 2022 en esta ventana de Eliminatorias. Actualmente está en el segundo puesto con 25 puntos, a seis de Brasil, pero a doce de Chile, que está sexto y sería el corte para quedar fuera de la posibilidad mundialista, cuando quedan 18 unidades en juego.

La lista completa de convocados por Scaloni es la siguiente:

Arqueros: Franco Armani, Emiliano Martínez, Juan Musso, Federico Gomes Gerth.

Defensores: Nahuel Molina, Gonzalo Montiel, Germán Pezzella, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña, Lisandro Martínez, Gastón Ávila.

Mediocampistas: Guido Rodríguez, Leandro Paredes, Enzo Fernández, Rodrigo de Paul, Exequiel Palacios, Giovani Lo Celso, Nicolás Domínguez, Nico González, Santiago Simón, Cristian Medina, Matías Soulé, Alejandro Gómez.

Delanteros: Ángel Di María, Lionel Messi, Ángel Correa, Lautaro Martínez, Paulo Dybala, Julián Alvarez, Joaquín Correa, Thiago Almada, Exequiel Zeballos.


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Las tres Marchas

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Luis Bruschtein

Por Luis Bruschtein

La primera marcha fue del movimiento obrero, el 24 de enero, contra el DNU, la ley ómnibus y la flexibilización laboral; la segunda fue el 24 de marzo por los derechos humanos. Y esta ha sido la tercera gran marcha contra el gobierno de Javier Milei, movilizada por la comunidad educativa en defensa de la educación pública. Y cada vez fue mayor. El espíritu de la producción y el trabajo representado en los trabajadores, el espíritu moral y ético que simbolizan las Madres y las Abuelas y el espíritu cultural del país que alimentan las escuelas, colegios y universidades, fueron los atacados por este gobierno y los primeros en reaccionar. Hay más que tres marchas en juego, entre las tres, además de su masividad expresan la esencia de un país. Para este gobierno, todo es corrupción, menos los corruptos, a los que concibe como “héroes” que fugan millones, abusan de los precios o especulan en la bicicleta financiera.

El gobierno despreció esta marcha porque —dijeron— la organizaron y participaron los que no quieren la auditoría de las universidades. “Son los que se favorecen con este sistema de corrupción y no quieren perder sus beneficios”, dijeron por la televisión. Y Patricia Bullrich la calificó de “rara”. Defender la universidad que el gobierno quiere cerrar es “raro”. Todo el relato se monta sobre grandes mentiras que se reproducen en las redes hasta el infinito, porque las universidades tienen sus propios sistemas de auditorías.

Pero todo es corrupción, menos los corruptos. Igual que Mauricio Macri, hablan del curro de los derechos humanos y cuando no pueden comprar a los sindicalistas, los acusan de corruptos. Pero la verdadera corrupción, la que sí equivale a un PBI, es la que fugó 400 mil millones de dólares, los dueños de las offshore que reciben a Milei en el Llao Llao, los que colocaron estratégicamente a sus gerentes en las decisiones de política económica y en las empresas del Estado.

Las manos invisibles del mercado no son tan invisibles, pero se ocultan detrás de los ataques a los puntos más sensibles, como los trabajadores, los derechos humanos y la educación. Este país dejaría de existir, se derrumbaría, si destruyeran esos pilares.

La enorme movilización de ayer fue la más grande en muchos años. Las fotos aéreas lo reafirman. La Plaza y las avenidas laterales, más toda la Avenida de Mayo hasta parte de la Plaza de los dos Congresos, las diagonales, Rivadavia e Irigoyen, repletas. Más las grandes movilizaciones que se realizaron en Mar del Plata, Córdoba, Tucumán, Misiones, Mendoza y demás, dejaron en claro que el gobierno tendrá problemas si busca destruir a la educación pública.

En las tres marchas hubo una parte que fue a todas, pero en cada una se suman muchos manifestantes nuevos. Y el que va una vez, ya no se baja, porque el encuentro físico con otras personas que piensan parecido y actúan en común destruye preconceptos y diluye el prejuicio sobre el que se monta todo el discurso antipopular o incluso antimilitante o antipolítico, que son los antis que funcionan como pegamento del relato desarmador de la derecha.

En esta marcha hubo muchísima gente sin encolumnarse. Y había columnas que casi nunca han compartido la calle, como las de agrupaciones peronistas estudiantiles y la Franja Morada del radicalismo. Esa misma mezcla se daba en la muchedumbre.

Es probable que las movilizaciones no le muevan el amperímetro a Milei, que se pasó la tarde en las redes, igual que su vice que trató de humillar a Hebe de Bonafini. Milei confía más en sus modelos matemáticos que, como tales, nunca son la realidad, sino su representación: un modelo de números sin seres humanos, como los que mostró en la cadena nacional de radio y televisión el lunes. Le interesan esos números voladores y no los seres humanos, imperfectos y corrompibles. Pero ojo, las frías matemáticas son manipulables y manipuladas en este caso.

Un detalle que puso en evidencia la diversidad de los manifestantes que asistieron a las marchas fue la profusión de cartelitos caseros. En las marchas anteriores había algunos. Pero ayer estaba plagado de cartelitos con leyendas inventadas por sus portadores, escritos con marcadores de diferentes colores sobre hojas, cartulinas o cartones. Una nota de Página/12, da cuenta de este fenómeno. No hay que pensar demasiado: Si se juntan cientos o miles de maestras y docentes, preparan la marcha como si fuera una clase, con sus cartelitos didácticos o graciosos para sus alumnos. Es difícil imaginar una marcha de ferroviarios, por ejemplo, con cartelitos escritos a mano con marcadores de diferentes colores.

Qué poco conocen el país real estos tipos que gobiernan. Esos cartelitos son una clase en la escuela pública. Nadie las obliga a llevar un cartelito. Es lo que hacen las maestras en su tiempo “libre”, porque es lo que lleva en la sangre el ser docente. “La educación nos hace libre” dice uno que reivindica la verdadera libertad y no la que carajean estos farsantes. Y hay otro que es para reflexionar: ”Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer”.


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