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Viernes 20 de Junio del 2025

SOCIEDAD

Massa compra toda la deuda en dólares en manos del sector público

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En Economia afirman que la medida reduce la deuda y contiene la inflación. En el mercado entienden que el objetivo es contener dólares financieros y alertan por la transferencia de deuda al sector privado.

Por Luciana Glezer

ergio Massa determinó que las jurisdicciones, entidades y fondos del sector público que posean bonos nominados en dólares deberán entregarlos al Teosoro, que a su vez otorgará como contraparte bonos nominados en pesos por montos equivalentes a la cotización vigente al día de la fecha. 

Hasta ahora distintos organismos del Estado cuentan con bonos denominados en dólares, tanto con legislación local denominados AL, como con legislación extranjera llamados GD. Con esta medida el Ministerio de Economía retira del mercado los bonos GD que se utilizan para hacer Contado con Liquidación (CCL), y concentra el manejo de los AL. Esto le permite absorber excedentes de pesos que, según interpreta el gobierno, presionan sobre la inflación. En concreto, la idea es poder absorber pesos en las operaciones de compra de bonos para hacer CCL y así reducir también la volatilidad. 

La decisión forma parte del paquete de medidas que preparaba Massa y que anticipó en exclusiva LPO. Inicialmente pensaba largarlas apenas se conoció el índice de inflación de febrero que conmovió al Gobierno. Luego decidió postergarlas para Abril para aguardar a que cierre el primer trimestre del año bajo monitoreo del FMI, pero algo lo decidió a anticiparla.

«La idea es reducir el nivel de la deuda externa en dólares de la Argentina para mantener el valor de los globales, que son los que mas se negocian», explicaron a LPO desde el equipo económico. 

En un decreto de necesidad y urgencia que espera la firma del Presidente, se afirma que la medida «apunta a seguir reduciendo probables excedentes monetarios, estabilizando el mercado cambiario y fortaleciendo el financiamiento de las arcas públicas, despejando así el camino para el cumplimiento del programa financiero en 2023, lo cual debiera redundar en la reducción del costo financiero para el Tesoro Nacional, vigorizando la sostenibilidad de la deuda». 

La idea es reducir el nivel de la deuda externa en dólares de la Argentina para mantener el valor de los globales, que son los que mas se negocian.  

«Estas medidas van a permitir contar con mayor disponibilidad de instrumentos para, en caso necesario, estabilizar los mercados, absorber posibles excedentes monetarios y para seguir combatiendo la inflación», agrega el borrador del DNU.

En el mercado la lectura que predomina es que se trata de una maniobra que se dirige específicamente a contener las cotizaciones de los dólares bursátiles. «Venden barato bonos en pesos y así bajan el MEP, a esto se suma que al unificar la cartera se puede inferir que en algún momento puede vender todo  junto», dijo a LPO un reconocido consultor del mercado que agregó que «el principal cuestionamiento es que con esto se produce inmediatamente una transferencia de deuda en dólares del sector público al sector privado».

Otra fuente del mercado interpretó que la operación «reduce la oferta de bonos en GD en 4.000 millones de dólares y permite que algunos actores privados que no podían tener deuda en dólares ahora la pueden tener vía AL. La operación mejora la calidad de deuda del Estados y privados».


Avisos

RIO TURBIO

20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

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A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.

Por Dr. Cristian Baquero Lazcano

Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.

La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.

¿Por qué el 20 de junio?

Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.

Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.

Una bandera que nació sin autorización

La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.

Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.

Del campo de batalla al aula escolar

Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.

Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.

Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.

Rosario, el corazón de la celebración

La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.

De emblema militar a símbolo colectivo

La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.

Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.

Un legado que interpela

Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.

Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.

(*) Cristian Baquero Lazcano

Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.


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