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La UCR y el PRO libran su primer duelo electoral en las PASO de La Pampa

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El peronismo unido bajo la figura del gobernador Ziliotto busca revertir el resultado de las legislativas de 2021. Larreta y Lousteau, expectantes tras apoyar a sus candidatos.

Por: Claudio Mardones@mcmardons

La Pampa protagonizará la atención nacional con las primeras elecciones del año. Este domingo las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) definirán a los candidatos a gobernador que se medirán el 14 de mayo. Significarán un termómetro a nivel nacional para el oficialismo, porque el mandatario Sergio Ziliotto buscará sumar votos para su reelección, como candidato único del panperonismo local. También serán un examen relevante para Juntos por el Cambio, que tendrá la primera pulseada interna entre la UCR y el PRO para establecer al candidato que competirá por el control de una provincia que es gobernada por el peronismo sin interrupciones desde la recuperación democrática de 1983.

La Pampa es una de las 14 provincias que desdoblaron sus elecciones de las nacionales y representa el 0,86% del padrón nacional.

El foco estará puesto en la contienda entre el diputado nacional Martín Berhongaray, que lidera la lista del radicalismo, acompañado por Patricia Testa. Ambos competirán con el dirigente macrista Martín Maquieyra, que también forma parte de la bancada de JxC en la Cámara Baja, pero dentro del bloque PRO. Lo secundará Josefina Díaz en una pelea interna donde el radicalismo tiene chances de reeditar la demostración de fuerza que hizo en las PASO de 2019, donde se midieron el macrista Carlos Mac Allister y el radical Daniel Kroneberger. En esa oportunidad también fueron las primeras elecciones del año y el candidato de la UCR se impuso con el 66% de los votos y le ganó a su competidor del PRO que obtuvo el 33%.

Este año sobrevuela la misma sospecha que retumbó en 2019. Que un sector de votantes del peronismo se metan en la interna de JxC e inclinen la balanza a favor del radical Berhongaray, como algunos dirigentes de la coalición opositora aseguran que sucedió hace cuatro años atrás. Las primarias pampeanas son obligatorias para los partidos pero la votación es voluntaria. Los votantes independientes que estén en el padrón podrán participar de la interna de un partido, mientras que los afiliados sólo podrán hacerlo dentro de su espacio. Aún así, nunca se disiparon las sospechas que se prodigan macristas y radicales desde las últimas PASO ejecutivas que tuvo la provincia.

Aunque las últimas elecciones de 2021 sólo fueron legislativas, los candidatos de JxC alcanzaron el 48,01% de los votos y el FdT el 42,39%.

La importancia de la contienda de este domingo para JxC quedó demostrada este viernes en los cierres de campaña de los dos principales socios de la alianza opositora. Berhongaray concluyó su despliegue proselitista con la presencia del gobernador jujeño y titular de la UCR, Gerardo Morales, y del senador nacional Martín Lousteau, que lidera el espacio Evolución Radical. El domingo será clave para el dirigente porteño, porque Berhongaray pertenece a su espacio.

Maquieyra finalizó su segundo acto de cierre en Santa Rosa. Recibió el respaldo del titular de la Coalición Cívica, el diputado nacional Maximiliano Ferraro. El miércoles había realizado el primero en General Pico, su ciudad natal, donde estuvo con la exgobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. No fue la única presencia nacional del PRO. El sábado antepasado el expresidente Mauricio Macri viajó a mostrarse con Maquieyra, que se referencia en el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, el cual estará este domingo con la atención concentrada en su candidato.

El oficialismo lleva a Ziliotto como la cabeza de lista del Frente Justicialista Pampeano (FreJuPa) y la precandidata a vicegobernadora es la diputada provincial Alicia Mayoral. El mandatario provincial busca un segundo mandato luego de un acuerdo con el otro sector interno del PJ, liderado por su antecesor Carlos Verna. Para el Frente de Todos puede significar la primera victoria numérica del año en un territorio gobernado por el PJ desde 1983, pero la gran pregunta del domingo girará en torno a la cosecha que harán los dos competidores de JxC, porque esa cifra anticipará el piso que tendrá el competidor opositor de Ziliotto.

La tercera fuerza es el Frente de Izquierda y Trabajadores-Unidad. La lista estará encabezada por Luciano González, reconocido dirigente gremial de ATE y lo acompañará Sofía Mercedes Fernández. También competirán el partido provincial Desde el Pie, que lleva a Claudio Acostado y el Movimiento Federalista Pampeano que impulsa al exdiputado provincial Héctor Fazzini en la cabeza de su boleta. El sexto competidor es el exintendente de Santa Rosa, Juan Carlos Tierno, que fue destituido en 2008 por abuso de autoridad.

En La Pampa la ultraderecha está representada por el Partido Libertario, pero sólo llevará candidatos para la Legislatura provincial.


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A qué juega Massa: Movidas audaces pero sin patear el tablero

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La reacción del FMI, las corporaciones y la población más vulnerable al conjunto de las medidas económicas tomadas en las últimas semanas por Sergio Massa. El impacto de la eliminación de Ganancias para los trabajadores y la devolución del IVA.
Raúl Dellatorre

Por Raúl Dellatorre

Si el resultado de las elecciones pasara principalmente por la economía, ¿quién va a definir estas elecciones? ¿El estado de ánimo de la población o las propuestas de los candidatos? ¿Importan o se perciben las diferencias entre las propuestas económicas? ¿O predomina el voto «enojo y castigo» por sobre la evaluación de esas diferencias?. Además, ¿cómo juega el factor externo, el poder económico global, en la pelea? ¿Qué incidencia tiene el FMI, o el gobierno de Estados Unidos, en el voto? Dicho de otro modo: ¿por quién vota el FMI?

Sin que la pretensión de este cronista sea la de responder a todos esos interrogantes –diría nuestro «por siempre» inolvidable Mario Wainfeld–, se podría asegurar que diversas acciones de diferentes actores en los últimos días, conllevan la intención de responder a varias de esas preguntas a la vez. Tomemos tres momentos de esa secuencia. La conferencia de prensa de la portavoz del FMI del jueves. La reunión virtual del Consejo del Salario del miércoles. El resumen que hace Sergio Massa del conjunto de medidas adoptadas con posterioridad a la devaluación del 14 de agosto, en cualquiera de sus últimas presentaciones. 

Las expresiones de Julie Kozack, vocera del FMI, del jueves con respecto a la situación argentina valen tanto por lo que dijo como por lo que sugirió sin decir. Veamos. «La situación económica actual sigue siendo muy desafiante y compleja. La inflación es muy alta y está subiendo. Los activos de las reservas internacionales son bajos. Las condiciones sociales son frágiles». Esta síntesis del cuadro, arrojado sobre la mesa no como un informe que llevó por escrito, sino en respuesta a preguntas de los periodistas, no tienen evidentemente la intención de llevar calma y sugerir que los problemas se están resolviendo, sino que está poniendo de manifiesto crudamente la gravedad de la situación. 

Vayamos a cómo siguió su relato, cuando le preguntaron específicamente por las últimas medidas tomadas por el gobierno argentino, todas con clara orientación de provocar transferencias de ingresos a favor de los sectores medios y bajos, a costa en su mayoría de las arcas fiscales. 

«Las medidas políticas y los anuncios adoptados recientemente se suman a los desafíos de Argentina. El paquete de medidas que se tomaron, acordado con el Fondo en el contexto de las recientes revisiones, tenía la intención de salvaguardar la estabilidad y reconstruir las reservas. Estamos trabajando en entender mejor el impacto y la necesidad de medidas de compensación».

Lo dicho por la portavoz del Fondo sugiere que el organismo no desconocía las medidas que iba a tomar Massa tras recibir, el 23 de agosto, el desembolso de 7500 millones de dólares. Esas medidas, que empezó a anunciar el domingo 27, buscaban compensar los efectos de la devaluación del 14 de agosto, un día después de las PASO. 

Al FMI no le gustan esas medidas de transferencias que aumentan los gastos del gobierno. Pero a Massa tampoco le gustó que le impusieran la devaluación ni le reconoce méritos al salto cambiario. «Si algo mejoramos en la balanza en las últimas semanas, fue por la extensión del impuesto PAIS a la importación de ciertos bienes y servicios, que frenó parte de los pagos al exterior por operaciones especulativas. La devaluación no nos dejó nada en divisas, y en cambio nos provocó un shock inflacionario y deterioro de los ingresos de la población«, señala el ministro candidato en reuniones con allegados. 

Hasta aquí, este es el choque más evidente entre el FMI y el gobierno desde que se aprobó el acuerdo de facilidades extendidas, en marzo de 2022. Pero no significa un alejamiento o ruptura, necesariamente. Si no, detengámonos en lo que dijo Kozack al ser consultada sobre una eventual sustitución del peso por el dólar en la economía argentina:

«Determinar la tasa de cambio es prerrogativa de cada país soberano. Lo que al organismo (FMI) le preocupa de una dolarización es que se pueda asegurar que las políticas macroeconómicas son consistentes con una transición ordenada. Una dolarización total requiere de importantes pasos preparatorios, y tampoco es un sustituto de las buenas políticas macroeconómicas». 

De lo que se deduce que la funcionaria, una estrecha allegada a Kristalina Georgieva, le «bajó el precio» a la dolarización: no considera que sea el remedio mágico para alcanzar la estabilidad monetaria y fiscal –que es la verdad revelada en la religión de Javier Milei– ni parece avalar que estén dadas las condiciones para semejante ensayo. 

Si bien Massa tiene razones para interpretar que el FMI le dio la espalda cuando más apoyo necesitaba en divisas, hay que comprender que este organismo dejó aun más huérfano el experimento de la dolarización que Milei vende como poción mágica. 

En el plano interno, varios de los participantes de la reunión del consejo del salario del miércoles, que definió un aumento del mínimo del 32 por ciento para el último trimestre del año, coincidieron en destacar la actitud de «prudencia» de la representación empresaria, en la que siempre se destaca el rol de la UIA. La reunión fue corta, expeditiva. Hubo un rápido acuerdo para definir un aumento «moderado» frente a una inflación mensual que todavía sigue arriba del 10 por ciento, sin expresiones discordantes de la UIA. «Se cuidaron mucho de no quedar como los que patean el tablero en una situación de emergencia; hay mucha sensibilidad por el clima electoral», confió una muy alta fuente. ¿Prudencia o realineamiento? 

En cuanto a la propia mirada del gobierno sobre las medidas, hay una conclusión que es unánime: la derogación del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría (trabajadores en relación de dependencia) y la devolución del IVA sobre compra de productos de la canasta familiar han sido las más impactantes. «Cambiaron el ánimo en el ambiente laboral», sostienen dirigentes sindicales de los que recorren fábricas permanentemente. 

Hay un error de perspectiva en quienes sostienen que eliminar Ganancias «apenas» favorece a un puñado de asalariados de altos ingresos. Quienes vienen detrás, con salarios medios o medio/altos, que pagaron Ganancias en el pasado, saben que un simple retraso de seis meses en la actualización del «piso», frente a una inflación elevada, los mete de nuevo en el terreno de los que pagan. Solo la ley que deroga la cuarta categoría le brinda la tranquilidad de que no volverán a estar alcanzados.

Por último, la devolución del IVA tuvo el enorme mérito, que pocas políticas públicas logran, de su masividad. Al trabajador informal, de bajos ingresos, que se maneja con tarjeta (no son todos, pero es una buena proporción), la medida le llega y lo percibe. Quienes trabajan permanentemente en esa franja de la población, señalan que se notó el impacto. 

En una elección en la que la economía define, el ministro y candidato Massa retomó la iniciativa, mueve el tablero y hasta los factores de poder internos y externos se acomodaron en función de esas iniciativas. Con una oposición casi congelada, jugó una carta más, y de las pesadas: un gobierno de unidad nacional, que incluya a parte de una oposición que podría desmembrarse después de la primera vuelta. Una imagen que no cae nada mal allá, por el Norte, cuyo embajador incluso se anticipó a ofrecer su apoyo si los «moderados» de las dos fuerzas que en ese momento se mostraban en pugna, se juntaban. La «gobernabilidad» los prefiere moderados.


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