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La mesa contra la proscripción: quiénes forman el grupo que trabaja para impulsar la candidatura de CFK

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Se reúnen cada 15 días en Ensenada desde diciembre pasado. Además del intendente local, Mario Secco, está el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, diputados nacionales y líderes sindicales. «La queremos de candidata a presidenta», sostienen.

Por: Gimena Fuertes@gimenafuertes

Todo empezó con la contundente aclaración de la vicepresidenta Cristina Fernández a fines del año pasado, cuando desde Avellaneda le dijo a la militancia: “Ni renunciamiento ni autoexclusión. Acá hay proscripción”. Desde entonces la “mesa kirchnerista” se reúne cada 15 días en la ciudad de Ensenada, donde una treintena de dirigentes organiza el operativo anti proscripción de la dirigente de mayor peso dentro del peronismo.

El 27 de diciembre, ladeada por el gobernador Axel Kicillof y el intendente anfitrión Jorge Ferraresi, Cristina fue clara: “Esto puede parecer una discusión entre políticos. Pero ese partido judicial influye en la calidad de vida de los ciudadanos. Hay que despabilarse. Cuando te arrancan la cabeza con la factura del celular, internet, cable, es porque hubo un juez que dictó un amparo para que no sean servicio público. Lo mismo pasó con las prepagas”, aseguró. Minutos antes, Kicillof le había hecho un pedido público: “Te necesitamos para garantizar derechos”.

La dirigencia no tardó en reaccionar. “Ahí dijimos ‘salgamos’”, revelan fuentes de ese espacio. Desde entonces, en los pagos del presidente del Frente Grande e intendente de Ensenada, Mario Secco, se juntan cada dos semanas más de 30 dirigentes kirchernistas, entre ellos, Máximo Kirchner, el gobernador Kicillof, Eduardo “Wado” de Pedro, Andrés Larroque y el propio intendente Secco, acompañado por sus pares de Pehuajó, Pablo Zurro y de Avellaneda, Ferraresi.

El cálculo que hacen es que Cristina cuenta con al menos 30% de intención de votos y que representa al 70% del FdT. Evalúan que “una gran porción del pueblo argentino no va a estar representada en las próximas elecciones por decisión del partido judicial”.

Una fuente que concurre a la “mesa kirchenrista” le explicó a Tiempo que “enfrentar la proscripción conlleva el pedido de que se postule porque es la mejor candidata. Es una decisión del conjunto del kirchnerismo. No hay elecciones libres ni democracia plena si la principal líder popular está proscripta. Hay que romper la proscripción y hay que garantizar que el pueblo pueda elegir libremente. Después ella podrá decidir si se presenta”, insistieron fuentes de ese espacio. Ante la insistencia, responden: “La queremos de candidata a presidenta, y no de senadora, como especulan algunos».

La “mesa kirchnerista” tuvo su nacimiento el 6 de diciembre, cuando la vicepresidenta fue condenada en primera instancia a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Allí, por la noche, en el camping de Punta Lara. le reiteró a la dirigencia lo que había dicho de manera pública horas antes en su descargo: que no sería candidata. Además les advirtió que ellos y ellas debían tomar el bastón de mariscal. Desde entonces, comenzaron a juntarse, sin dejar de lado el reclamo por su postulación.

Esta semana aparecieron carteles con la cara de Cristina y la leyenda que brama “proscripción un carajo”. También se sumaron pintadas y declaraciones públicas de la dirigencia, como las que hizo esta semana la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. “El futuro es con Cristina”, enfatizó la jefa comunal.

En esa mesa se sientan las cabezas de las organizaciones de ADN kirchnerista puro. Allí decidieron lanzar una campaña en todo el país. Además de la cúpula de La Cámpora, integran el espacio los dirigentes de la Corriente Federal de los Trabajadores, como el bancario y diputado Sergio Palazzo y Héctor “Gringo” Amichetti; el secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense; la CTA representada por Hugo Yasky y Roberto Baradel; el Movimiento Nacional Alfonsinista con Leopoldo Moreau, Martín Sabbatella de Nuevo Encuentro, el anfitrión Secco del Frente Grande, Carlos Bianco y Cristina Álvarez Rodríguez – que acompañan a Kicillof-, Carlos Castagneto, en representación de Kolina, el partido de la Victoria en voz de Diana Conti, y Teresa García, jefa del bloque de senadores bonaerenses. También se sumó la agrupación La Patria es el Otro, que reúne a distintos grupos más pequeños que orbitan alrededor del dirigente camporista “Cuervo” Larroque, como Peronismo Militante, la Martín Fierro, el Partido Piquetero y la Fetraes (Federación de Trabajadores de la Economía Social).

Algunos de los integrantes de la mesa kirchnerista participaron del encuentro público en Merlo, que comunicó con la nutrida foto que “la mesa política bonaerense está ordenada”, un reclamo directo al presidente Alberto Fernández, quien terminó de recoger el guante y convocó al encuentro en la sede del PJ para este jueves. El encargado de llevar el planteo de la mesa kirchernista a Merlo fue Kicillof.

Este jueves en el edificio de Mateu 130 el kirchernismo va a estar representado en los delegados que decida mandar Cristina. El que ya está confirmado es Wado de Pedro, pero no se descarta que vayan más dirigentes. Todavía no está claro si también están invitados los presidentes de todos los partidos políticos que componen el FdT o sólo representantes de las tres patas, el kirchnerismo, el massismo y Alberto Fernández. “Nos vamos a sentir representados todos los kirchneristas con los delegados que mande Cristina”, aclararon.

Un dirigente que no faltó nunca a los encuentros quincenales sotuvo: “La propia Cristina rompe la frontera del kirchrnismo puro y logra sumar a los intendentes del conurbano y a los gobernadores, que la quieren en la boleta. Acá lo que pasa es que a la principal líder popular la persiguen y la intentaron matar. La persiguen porque constituye una esperanza y genera expectativa de futuro. Y no vamos a permitir que la proscriban”.


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El futuro de la energía atómica: renuncias, desfinanciamiento y deudas millonarias

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La CNEA tiene parados sus proyectos principales y acumula deudas millonarias. Los despidos ya llegan a 570. Paro y protestas de la Uocra. La voz de la presidenta saliente, Adriana Serquis.

Pablo Esteban

Por Pablo Esteban

En medio del brutal ajuste en el sector nuclear, el gobierno finalmente aceptó la renuncia que Adriana Serquis había presentado el 10 de diciembre y, mediante un decreto, determinó que Germán Lavalle y Luis Rovere asumieran como presidente y vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).  La funcionaria saliente había denunciado la falta de fondos para continuar con obras claves como el Carem y el RA-10 –dos reactores nucleares que se construyen desde 2014 y 2016, y que en poco tiempo podían estar listos–, así como también alertó por la acumulación de una deuda millonaria con las compañías subcontratistas que contribuían a la fabricación de las tecnologías. Representa toda una incógnita el futuro de la institución a partir del cambio de timón y el recambio de autoridades, que se produce mientras la motosierra trabaja a pleno: los dos proyectos están paralizados y en torno al Carem los despidos ya están por llegar a los 570, según denunció la Uocra, que mantiene en Zárate una huelga por tiempo indeterminado. Esta semana, hubo marchas y cortes de ruta en esa ciudad en reclamo de la continuidad de los trabajos.  

Más allá de las dudas, Serquis aventura sus propias proyecciones a partir de las conversaciones sostenidas con los nuevos gestores. “Me dijeron que el RA-10 lo van a tratar de sacar adelante sí o sí, porque le falta poquito. La mayor duda está con el Carem, con el que quieren hacer una revisión integral con auditores externos”. Y completa: “Veo difícil que puedan destrabar el conflicto presupuestario, ellos dicen que van a intentar resolverlo. Nosotros les comunicamos la urgencia y la necesidad de fondos para cada uno de los proyectos. La institución a partir de junio no va a poder funcionar, eso está claro”.

La situación de la CNEA, el organismo rector de la energía nuclear en el país, es conflictiva por varios motivos: en los últimos meses contrajo deudas millonarias con los contratistas que trabajan en la puesta en marcha de los reactores (en el caso del Carem, por ejemplo, acumula una suma de 7 mil millones de pesos), despidos de trabajadores implicados en líneas de trabajo que están suspendidas por el momento (principalmente de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima, una de las principales contratistas) y cerebros que ya se fugan ante la imposibilidad de condiciones de trabajo adecuadas. El gobierno no envía los fondos necesarios y ello sirve como detonante para empujar a la Comisión al borde del abismo.

Finalmente, el presidente Milei le aceptó la renuncia a Serquis y luego de la transición asumieron los nuevos nombres. La doctora en Física y además Investigadora Principal del Conicet lo relata de este modo: “Hace un par de semanas vengo trabajando con esta gente. Me había comprometido a hacer una transición razonable y lo hice. El secretario de Energía me pidió que me pusiera en contacto con Germán Lavalle, que también realizó reuniones con los gerentes de área de nuestra institución. Como vicepresidente lo acompaña Luis Rovere. Ambos son ingenieros nucleares y egresados del Instituto Balseiro”, comenta quien a partir de la semana que viene volverá a estar al frente del Instituto de Nanociencia y nanotecnología del Conicet.

Los que entran y los que salen

Consultada por este diario, Serquis brinda un detalle de la trayectoria de las autoridades designadas. “En los 90’s, Lavalle fue gerente de institucionales en el momento en que la CNEA perdió el control de las centrales nucleares, cuando fueron a parar a Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima. En el 2000 se fue de la institución con un retiro voluntario que le ofreció el gobierno de la Alianza”. Lavalle, según cuenta la expresidenta, se autoasume con un perfil “más técnico que político”. A menudo, se utiliza tal caracterización cuando se busca dotar de legitimidad el rol experto en detrimento del ideológico; como si la ciencia y la política podrían pensarse como dos campos autónomos. Rovere, por su parte, es ingeniero nuclear y es gerente del Centro de Medicina Intecnus, una institución sanitaria reconocida en Bariloche. “Las nuevas autoridades tratarán de poner nuevos gerentes de las gestiones anteriores. Por ahora, no vi en carpeta a ninguna mujer en su equipo de trabajo y no tengo idea si sacarán a las que ahora están a cargo. Estoy preocupada, la verdad”.

Lavalle y Rovere reemplazan a Adriana Serquis y a Diego Hurtado, que había presentado su renuncia el 9 de diciembre cuando Alberto Fernández aún era el presidente. Serquis se destacó en su rol por conducir iniciativas relevantes como los reactores nucleares Carem y el RA 10, desarrollos que están en etapas muy avanzadas de diseño y que podrían ser fundamentales para el ingreso de miles de millones de dólares al país si en el futuro inmediato consiguieran finalizarse. Tecnologías que, de hecho, podrían colocar a Argentina a la vanguardia de la energía nuclear.

Asimismo, Serquis tuvo un rol fundamental al democratizar las condiciones de acceso y participación de las mujeres en la gestión de la energía nuclear. También se destacó por un relato muy activo en pos de cambiar la percepción social con respecto a la materia. En cada intervención pública, trató de narrar las ventajas que tiene la energía nuclear en relación a otras energías e intentó desestigmatizar una fuente que históricamente estuvo marcada por desastres como Chernobil y Fukushima. También, sus colegas detallan su énfasis en promover el conocimiento local como vía hacia la soberanía: se forman científicos y científicas en instituciones públicas y luego le devuelven al Estado esta educación de excelencia a través del diseño de tecnologías autóctonas que, en última instancia, permiten el ingreso de divisas al país.

Casi listos, casi paralizados

El Carem es el primer reactor de potencia baja y media, diseñado y desarrollado 100 por ciento en Argentina. Su puesta en marcha podría ser clave para el abastecimiento eléctrico en zonas alejadas de centros urbanos y en parques fabriles, así como también para objetivos diversos que serán cruciales en los próximos años, como la desalinización del agua de mar y la producción de hidrógeno. Por su parte, el RA 10 servirá, entre otras cosas, para abastecer de radioisótopos a todos los centros de medicina nuclear del país; insumos fundamentales para el diagnóstico y el tratamiento de cáncer.

Las aplicaciones en salud, industria, ciencia y tecnología son infinitas para estas dos tecnologías de primer nivel internacional que, según las proyecciones y si el ritmo no se hubiese ralentizado por falta de financiamiento, deberían haber estado listos para 2025 (RA-10) y 2028 (Carem). Para tener referencia, el proyecto Carem ya lleva invertidos 650 millones de dólares y requeriría de una partida de 200 millones más para concluir; cuando un proyecto de la misma envergadura en Estados Unidos cuesta 1400 millones de dólares. En relación a las ganancias que se podrían obtener, la venta de un reactor de la magnitud del Carem podría significar un ingreso de 4 mil millones de dólares; mientras que el RA-10, de ponerse en marcha, podría significar ingresos de 90 millones de dólares al año.

Las potencialidades de ambas iniciativas son innegables. Sin embargo, por el momento, la inercia parece estar frenada hasta nuevo aviso. Para los tiempos que maneja la ciencia ya están casi listos, pero por una decisión política están prácticamente paralizados. 

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