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El Presidente prometió a la CTA Autónoma defender la «estabilidad de los precios» y «controlar la inflación»

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Durante el encuentro en el Salón Eva Perón de Casa Rosada, que duró más de dos horas, el jefe de Estado se comprometió a «defender con políticas activas la estabilidad de los precios para controlar la inflación»

El presidente Alberto Fernández se reunió hoy con representantes de la CTA Autónoma, a quienes prometió «medidas concretas para los sectores más postergados», entre las que se incluyen defender «la estabilidad de los precios» y «controlar la inflación».

Durante el encuentro, que se realizó durante por más de dos horas en el Salón Eva Perón de Casa Rosada, el jefe de Estado se comprometió a «defender con políticas activas la estabilidad de los precios para controlar la inflación».

En declaraciones a NA, el secretario adjunto de la CTA Autónoma, Hugo «Cachorro» Godoy, indicó que dialogaron con el Presidente acerca de medidas «más firmes y decididas» por parte del Ejecutivo nacional para controlar los precios de alimentos.

«Se habló de la dureza y el egoísmo de estos sectores y que requiere posiciones más firmes y decididas. Nos comentó el Presidente que en ese sentido había conversado hoy con (el secretario de Comercio Interior Roberto) Feletti».

Además, Godoy precisó: «Hay algunos sectores que son muy egoístas, que no hacen ningún aporte solidario. El tema se disparó cuando nosotros planteamos que todos los años se tiene que extender el impuesto a las grandes fortunas».

Consultado sobre la posición del jefe de Estado ante el pedido de extender el impuesto a las grandes fortunas, Godoy indicó: «Lo tomó, pero no dio ninguna respuesta».

Según indicó Presidencia en un comunicado, el Presidente relató que «sólo una minoría de empresas bloqueó el acuerdo de precios», y defendió la resolución dictada porque «incluye una amplia canasta de bienes de consumo masivo».

«Nos encaminamos a poner de pie a la Argentina sin perder de vista todo lo que hicimos para contener la situación social durante la pandemia, un trabajo coordinado entre el Estado y las organizaciones sociales», enfatizó el jefe de Estado.

Además, Fernández y los representantes de la central de trabajadores dialogaron acerca del régimen del monotributo para las economías populares y los créditos no bancarios.

En declaraciones a los medios acreditados en Casa Rosada, Godoy puntualizó que hablaron sobre «tres medidas en concreto para los
sectores mas postergados».

Según precisó el sindicalista, entre las medidas se encuentran «el monotributo social, los préstamos para cooperativas que hoy no tienen acceso al mercado de financiamiento y la necesidad de un convenio colectivo de trabajo y de una paritaria nacional para los trabajadores de la salud».

«Se comprometió a tomar el tema de los trabajares de salud, porque entiende que son de los más sufridos y de los que requieren una mejora y una respuesta a nivel salarial y de equiparación de las condiciones laborales en todo el país», agregó.

Por otra parte, afirmó que le plantearon al jefe de Estado la necesidad de que existan «medidas que fortalezcan el mercado interno», a lo que Fernández «coincidió con esa mirada».

«El Presidente reafirmó la idea de que no va a haber negociación de la deuda con el FMI afectando los intereses del pueblo argentino», subrayó.

Respecto de las paritarias, Godoy destacó: «Le dijimos y reiteró su compromiso de que las paritarias se tienen que mantener abiertas para garantizar el objetivo de que se esté por encima de la inflación».

«Él ve con optimismo la reactivación económica, nosotros creemos que hay que fortalecer la reactivación porque todavía no llega a la mayoría del pueblo argentino. El Presidente coincidió en esta mirada y en que hay que tomar más medidas para lograr ese impacto sobre el conjunto de la población», concluyó.

Por parte de la CTA Autónoma asistieron al encuentro el secretario General, Ricardo Peidro; el secretario Adjunto, Hugo Godoy; la secretaria Adjunta, Claudia Baigorria; la secretaria Administrativa, Alejandra Angriman; el secretario Gremial, Daniel Jorajuria Kahrs; el secretario de Interior, Jorge Yabkowski; y la secretaria de Comunicación y Difusión, María Ana Mandakovic.

También participaron el secretario de Contabilidad y Finanzas, Jorge Castro; la secretaria de Relación con los Pueblos Originarios, Miriam Liempe; el primer vocal titular, Silverio Gómez; el secretario General por Buenos Aires, Oscar de Isasi; el secretario General por CABA, Pablo Spataro; el secretario General Adjunto por CABA, Marcelo Cappiello; el coordinador Nacional de la Fenat, Omar Giuliani; y la presidenta de Fesporsa, Fernanda Boriotti.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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