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El intendente de Córdoba emite un bono por 30 mil millones y abre el camino a Llaryora

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Passerini busca pasar a pesos la bomba en dólares que dejó Mestre. Llaryora quiere tomar 500 mil millones.

Por Gabriel Silva

Daniel Passerini logró conseguir sobre el filo la autorización del Banco Central de Javier Milei para emitir un bono de 30 mil millones de pesos que evite que la Municipalidad de Córdoba Capital entre en default de la deuda en dólares que arrastra desde la gestión del radical Ramón Mestre hijo.

La operación necesitió las autorizaciones del ministro del Interior, Guillermo Francos y del Banco Central que preside Santiago Bausili, hombre de Toto Caputo. El trámite sirvió a los cordobeses para medir el estado de la compleja relación que mantienen con Javier Milei.

En la apertura de sesiones del 1° de marzo pasado, Passerini dedicó una buena cantidad de párrafos a la deuda en dólares que tiene la Ciudad. A raíz del recordado compromiso por 150 millones de dólares que tomó en su momento la gestión del radical Ramón Mestre, convirtiendo así a la capital cordobesa en el único municipio del país con deuda en moneda estadounidense. Tal como repite Passerini cuando menciona el tema.

Por eso, frente al inminente vencimiento del pago una primera cuota el 31 de este mes, Passerini decidió probar suerte en el mercado con una letra por 30.000 millones de pesos, que utilizará para pagar el vencimiento de 25 millones de dólares. 

En los hechos, Passerini está convirtiendo deuda en dólares en deuda en pesos -una operación siempre recomendable en la Argentina, en un momento propicio: el dólar está planchado. En la colocación intervendrán los banco Macri y Galicia y el Banco de Córdoba.

El empréstito que tomó Mestre en el 2016, se produjo en un contexto nacional con Cambiemos en Casa Rosada y con el intendente radical alineado en aquel momento con la gestión de Mauricio Macri. En su gestión Macri y su entonces ministro Caputo, el mismo de ahora, alentaban a los estados subnacionales a endeudarse en dólares, como el propio Macri hizo con el FMI. Las consecuencias son conocidas y se siguen pagando hasta hoy.

Cuando Martín Llaryora derrotó a Mestre y asumió en la intendencia -con Passerini como vice- decidió reestructurar la deuda.

La operación necesitó las autorizaciones del ministro del Interior, Guillermo Francos y del Banco Central que preside Santiago Bausili, hombre de Toto Caputo. El trámite sirvió a los cordobeses para medir el estado de la compleja relación que mantienen con Javier Milei.

La licitación será entre las 10 y las 16 de este martes, se licitará la Serie L de Letras del Tesoro por el monto mencionado, a 360 días de plazo y con tasa variable. Con intereses que se pagarán en cuatro tramos a los 90, 180 y 270 días, además del cierre; y tendrá a al banco de Córdoba (Bancor) como agente liquidador.

En el Palacio 6 de Julio -sede de la Municipalidad- existe lógica expectativa por la herramienta para evitar el default y continuar con la gestión, en medio de un contexto de severa crisis social que preocupa a Passerini, pero también al gobernador Martín Llaryora. La respuesta que tenga la toma de letras por parte del municipio cordobés servirá de termómetro a la Provincia que también tiene vencimientos en dólares de gestiones anteriores y aspira a colocar un monto más de diez veces más grande -500 mil millones-.

El ex intendente de Córdoba Capital, Ramón Mestre.

Con una sutil, y a la vez compleja diferencia, Passerini puede responsabilizar a Mestre por el endeudamiento al que sometió a la Ciudad en 2016; pero Llaryora no podrá apelar a esa jugada porque su antecesor fue Schiaretti. Más aún por la maniobra del exgobernador que al despedirse de la gestión dijo que dejaba una pro dejaba una provincia saneada.

«Queda un excedente financiero de 932 millones de dólares», dijo Schiaretti en noviembre pasado en la Bolsa de Comercio y a tono de despedida del Círculo Rojo.

Si Passerini logra una buena aceptación en la licitación de este martes, podrá esperar más descomprimido el segundo vencimiento allá por el 30 de septiembre -por el mismo monto-, con la expectativa incluso de encarar una postergación.

Cuando Mestre tomó esta deuda, celebró desde Nueva York junto a quien era su secretario de Economía, el ahora exdiputado Hugo Romero. En ese momento incluso festejó que Córdoba era «la única ciudad del país y la segunda en Sudamérica» con un empréstito en dólares. Deuda que tomó con un dólar que en aquel momento estaba en poco más de 15 pesos y que se utilizó, además de una reestructuración financiera, para la construcción de parques educativos. La obra que aquella administración definió como un hito de la gestión, pero que no le sirvió para traducirlo a lo electoral con la dura derrota del 2019.

Años más tarde, saliendo del primer año de pandemia, en noviembre del 2020 Llaryora postergó el pago del primer vencimiento para el 2024 y ahora es Passerini quien deberá enfrentar los primeros pagos. 


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El futuro de la energía atómica: renuncias, desfinanciamiento y deudas millonarias

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La CNEA tiene parados sus proyectos principales y acumula deudas millonarias. Los despidos ya llegan a 570. Paro y protestas de la Uocra. La voz de la presidenta saliente, Adriana Serquis.

Pablo Esteban

Por Pablo Esteban

En medio del brutal ajuste en el sector nuclear, el gobierno finalmente aceptó la renuncia que Adriana Serquis había presentado el 10 de diciembre y, mediante un decreto, determinó que Germán Lavalle y Luis Rovere asumieran como presidente y vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).  La funcionaria saliente había denunciado la falta de fondos para continuar con obras claves como el Carem y el RA-10 –dos reactores nucleares que se construyen desde 2014 y 2016, y que en poco tiempo podían estar listos–, así como también alertó por la acumulación de una deuda millonaria con las compañías subcontratistas que contribuían a la fabricación de las tecnologías. Representa toda una incógnita el futuro de la institución a partir del cambio de timón y el recambio de autoridades, que se produce mientras la motosierra trabaja a pleno: los dos proyectos están paralizados y en torno al Carem los despidos ya están por llegar a los 570, según denunció la Uocra, que mantiene en Zárate una huelga por tiempo indeterminado. Esta semana, hubo marchas y cortes de ruta en esa ciudad en reclamo de la continuidad de los trabajos.  

Más allá de las dudas, Serquis aventura sus propias proyecciones a partir de las conversaciones sostenidas con los nuevos gestores. “Me dijeron que el RA-10 lo van a tratar de sacar adelante sí o sí, porque le falta poquito. La mayor duda está con el Carem, con el que quieren hacer una revisión integral con auditores externos”. Y completa: “Veo difícil que puedan destrabar el conflicto presupuestario, ellos dicen que van a intentar resolverlo. Nosotros les comunicamos la urgencia y la necesidad de fondos para cada uno de los proyectos. La institución a partir de junio no va a poder funcionar, eso está claro”.

La situación de la CNEA, el organismo rector de la energía nuclear en el país, es conflictiva por varios motivos: en los últimos meses contrajo deudas millonarias con los contratistas que trabajan en la puesta en marcha de los reactores (en el caso del Carem, por ejemplo, acumula una suma de 7 mil millones de pesos), despidos de trabajadores implicados en líneas de trabajo que están suspendidas por el momento (principalmente de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima, una de las principales contratistas) y cerebros que ya se fugan ante la imposibilidad de condiciones de trabajo adecuadas. El gobierno no envía los fondos necesarios y ello sirve como detonante para empujar a la Comisión al borde del abismo.

Finalmente, el presidente Milei le aceptó la renuncia a Serquis y luego de la transición asumieron los nuevos nombres. La doctora en Física y además Investigadora Principal del Conicet lo relata de este modo: “Hace un par de semanas vengo trabajando con esta gente. Me había comprometido a hacer una transición razonable y lo hice. El secretario de Energía me pidió que me pusiera en contacto con Germán Lavalle, que también realizó reuniones con los gerentes de área de nuestra institución. Como vicepresidente lo acompaña Luis Rovere. Ambos son ingenieros nucleares y egresados del Instituto Balseiro”, comenta quien a partir de la semana que viene volverá a estar al frente del Instituto de Nanociencia y nanotecnología del Conicet.

Los que entran y los que salen

Consultada por este diario, Serquis brinda un detalle de la trayectoria de las autoridades designadas. “En los 90’s, Lavalle fue gerente de institucionales en el momento en que la CNEA perdió el control de las centrales nucleares, cuando fueron a parar a Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima. En el 2000 se fue de la institución con un retiro voluntario que le ofreció el gobierno de la Alianza”. Lavalle, según cuenta la expresidenta, se autoasume con un perfil “más técnico que político”. A menudo, se utiliza tal caracterización cuando se busca dotar de legitimidad el rol experto en detrimento del ideológico; como si la ciencia y la política podrían pensarse como dos campos autónomos. Rovere, por su parte, es ingeniero nuclear y es gerente del Centro de Medicina Intecnus, una institución sanitaria reconocida en Bariloche. “Las nuevas autoridades tratarán de poner nuevos gerentes de las gestiones anteriores. Por ahora, no vi en carpeta a ninguna mujer en su equipo de trabajo y no tengo idea si sacarán a las que ahora están a cargo. Estoy preocupada, la verdad”.

Lavalle y Rovere reemplazan a Adriana Serquis y a Diego Hurtado, que había presentado su renuncia el 9 de diciembre cuando Alberto Fernández aún era el presidente. Serquis se destacó en su rol por conducir iniciativas relevantes como los reactores nucleares Carem y el RA 10, desarrollos que están en etapas muy avanzadas de diseño y que podrían ser fundamentales para el ingreso de miles de millones de dólares al país si en el futuro inmediato consiguieran finalizarse. Tecnologías que, de hecho, podrían colocar a Argentina a la vanguardia de la energía nuclear.

Asimismo, Serquis tuvo un rol fundamental al democratizar las condiciones de acceso y participación de las mujeres en la gestión de la energía nuclear. También se destacó por un relato muy activo en pos de cambiar la percepción social con respecto a la materia. En cada intervención pública, trató de narrar las ventajas que tiene la energía nuclear en relación a otras energías e intentó desestigmatizar una fuente que históricamente estuvo marcada por desastres como Chernobil y Fukushima. También, sus colegas detallan su énfasis en promover el conocimiento local como vía hacia la soberanía: se forman científicos y científicas en instituciones públicas y luego le devuelven al Estado esta educación de excelencia a través del diseño de tecnologías autóctonas que, en última instancia, permiten el ingreso de divisas al país.

Casi listos, casi paralizados

El Carem es el primer reactor de potencia baja y media, diseñado y desarrollado 100 por ciento en Argentina. Su puesta en marcha podría ser clave para el abastecimiento eléctrico en zonas alejadas de centros urbanos y en parques fabriles, así como también para objetivos diversos que serán cruciales en los próximos años, como la desalinización del agua de mar y la producción de hidrógeno. Por su parte, el RA 10 servirá, entre otras cosas, para abastecer de radioisótopos a todos los centros de medicina nuclear del país; insumos fundamentales para el diagnóstico y el tratamiento de cáncer.

Las aplicaciones en salud, industria, ciencia y tecnología son infinitas para estas dos tecnologías de primer nivel internacional que, según las proyecciones y si el ritmo no se hubiese ralentizado por falta de financiamiento, deberían haber estado listos para 2025 (RA-10) y 2028 (Carem). Para tener referencia, el proyecto Carem ya lleva invertidos 650 millones de dólares y requeriría de una partida de 200 millones más para concluir; cuando un proyecto de la misma envergadura en Estados Unidos cuesta 1400 millones de dólares. En relación a las ganancias que se podrían obtener, la venta de un reactor de la magnitud del Carem podría significar un ingreso de 4 mil millones de dólares; mientras que el RA-10, de ponerse en marcha, podría significar ingresos de 90 millones de dólares al año.

Las potencialidades de ambas iniciativas son innegables. Sin embargo, por el momento, la inercia parece estar frenada hasta nuevo aviso. Para los tiempos que maneja la ciencia ya están casi listos, pero por una decisión política están prácticamente paralizados. 

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