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El Gobierno asegura que la temporada invernal será histórica y apuesta al impulso del PreViaje

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Unas 300 mil personas quedaron con crédito de las ediciones 2022 del PreViaje y lo usarán en estas vacaciones de invierno.

El Gobierno estimó que alrededor de 300 mil personas usarán el crédito que les sobró en sus tarjetas PreViaje para consumirlo en estas vacaciones de invierno, y resaltó que la temporada será «histórica». Así lo afirmó la secretaria de Promoción Turística del Ministerio de Turismo y Deportes, Yanina Martínez.

La funcionaria explicó que unas 300 mil personas se quedaron con crédito de las ediciones 2022 del PreViaje, y destacó que ese programa es un «incentivo para apuntalar al sector turístico, que fue muy afectado por la pandemia».

Martínez garantizó que la tercera edición de ese programa se lanzará tras las vacaciones de invierno y se extenderá durante la temporada baja, de septiembre a noviembre. Previaje es un programa de preventa turística que reintegra el 50% del valor de cada viaje por la Argentina.

En declaraciones al programa «Ruleta Rusa», de FM Metro, la funcionaria destacó además que en esta temporada invernal se observa un «incremento impresionante» de turistas por diversos destinos del país.

«Los puntos turísticos de destinos consolidados tienen ahora una capacidad de alojamiento que está en el 90%. La temporada se avizora como histórica», resaltó. Y consideró además que «si hay algo que dejó la pandemia es la necesidad de la gente por viajar. Esa es una sensación de bienestar, ya que en vez de comprar por ejemplo un electrodoméstico o una pilcha, muchos elijen viajar».

Martínez comentó que a raíz del incremento de la demanda, también aumentó la oferta, por caso a través de los alojamientos denominados «glamping», un fenómeno que se da a nivel global. También, dijo que están llegando al país muchos turistas extranjeros, principalmente de países vecinos.

Por último, minimizó las declaraciones que formuló recientemente la ministra de Economía, Silvina Batakis, acerca de que «el derecho a viajar colisiona con la generación de puestos de trabajo» por las divisas que se van por ese concepto·

«Batakis conoce mucho de turismo y acompaña al sector. Ella quiso decir que es necesario apostar al turismo nacional, que las divisas se queden en el país», concluyó.


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En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

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La oposición tiene los números para hacer cambios en particular. La Rosada ya dice que ningún capítulo es de vida o muerte.

En la Cámara de Diputados creen que la ley ómnibus se terminará aprobando la semana que viene pero que luego caerá sin atenuantes en el Senado.

La Cámara alta nunca trató la ley ni en comisión porque no pasó el filtro de Diputados. Allí el terreno es mucho más complejo para el gobierno, como quedó demostrado con el DNU que cayó por amplia mayoría.

Los senadores se quieren cobrar los insultos incesantes de Milei, que la semana pasada los graficó como ratas luego de que se aumentaran el sueldo. «Están decididos a destruir la ley».

En Diputados tampoco el Gobierno tiene un camino recto. Si bien ya asoman los números de la mayoría para la votación en general, que ya se habían conseguido el 2 de febrero en la primera versión de la ley, la votación en particular puede sufrir cambios.

Así como sucedió con la privatización del Banco Nación, que fue sacada de la ley en las últimas horas, capítulos como el de lavado pueden sufrir cambios en el recinto, más allá de los acuerdos con los que llega el oficialismo al día de la votación.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Cuando entra un negativo, como se dice en la jerga parlamentaria al momento en que se voltea un artículo de la ley en tratamiento, la votación se «espiraliza». Esto quiere decir que los diputados se envalentonan contra el Gobierno y buscan más cambios, tal como sucedió en la votación en particular de la primera ley ómnibus, lo que la llevó al naufragio.

En ese momento quien debe tener la muñeca para negociar es el presidente de la Cámara, ayudado por sus operadores de recinto. Cuando Emilio Monzó era titular de Diputados, su operador era Nicolás Massot. Sergio Massa tenía a Cecilia Moreau y Paula Penacca. Los operadores de recinto son los que recorren las bancas durante la sesión para evitar sorpresas.

El Gobierno tiene un problema grande con eso. No tiene operadores de recinto, con un bloque balcanizado tras la salida de Oscar Zago. Y en especial, Martín Menem no demostró la experiencia para manejar la sesión cuando se la complican.

En Diputados creen que la ley ómnibus se aprueba la semana que viene pero que los senadores la van a hundir

Y los números que tiene el gobierno en Diputados anticipan que la votación en particular se va a complicar. La oposición podría juntar 126 diputados, que no alcanzan para dar quórum pero sí para voltear artículos o la ley entera una vez que comienza la sesión. Es que cuando ya se consiguió el quórum, la mayoría se calcula respecto de los diputados presentes. Como siempre faltan diputados que se enferman o viajan, con 126 diputados la oposición puede tener mayoría.

A ese número llegan con los 99 diputados de Unión por la Patria, más 5 de izquierda, 2 santacruceños, 11 radicales de Facundo Manes y Emiliano Yacobitti, y hasta 11 del bloque de Miguel Pichetto.

‘La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso’, dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bancada de Pichetto puede ir mutando en cantidad de votos negativos de acuerdo a cada artículo en particular. Los dos socialistas, Esteban Paulón y Mónica Fein, están muy enfrentados al Gobierno. Juan Brugge y Natalia de la Sota responden a Massa. Los seis lilitos no quieren votar las facultades delegadas y Margarita Stolbizer firmó un dictamen aparte con los socialistas.

Además se suman 8 diputados de Innovación Federal que buscarán introducir el capítulo del tabaco que el Gobierno quitó de la ley. «Si no lo logran quizás hagan una maldad», explicaron a LPO fuentes parlamentarias.

Como si no bastara con lo fino del cálculo, el Gobierno, que dejó como interlocutor al vicejefe de gabinete, José Rolandi, no reclama ningún punto como indispensable.

«La ley es un monstruo sin cabeza que va caminando por el Congreso», dicen los diputados que la quieren votar para sacársela de encima. El clima es de hastío por el proceso de cuatro meses que se tornó insoportable.

La bronca de los diputados no es sólo con la Rosada sino también con los gobernadores: creen que se borraron y no dieron la cara en las últimas semanas previas al tratamiento de la ley. El bloque libertario, en tanto, ni participa de las reuniones en las que se negocian los pedazos de la ley. 


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