La crisis económica profundiza tensiones entre el comercio formal y las ferias en Río Turbio

La crisis económica que atraviesa el país no solo golpea el bolsillo de los vecinos de Río Turbio, sino que también pone en competencia directa distintas necesidades dentro de una misma comunidad. En ese escenario, el comercio local advierte que la falta de reglas claras y de aplicación efectiva de las ordenanzas vigentes profundiza desigualdades y conflictos que podrían evitarse.

Río Turbio11 de diciembre de 2025Patagonia NexoPatagonia Nexo
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Con ventas en baja, aumento de costos fijos y una presión impositiva que se mantiene, los comercios formalmente establecidos aseguran sostener su actividad en condiciones cada vez más difíciles. A ello se suma —según plantean— una competencia desigual con ferias y puestos de venta que operan sin los mismos controles, en un contexto donde cada peso cuenta tanto para quien vende como para quien compra.

Desde el sector reconocen que la crisis empuja a muchos vecinos a buscar alternativas de subsistencia, pero remarcan que esa realidad no puede resolverse a costa de quienes cumplen con habilitaciones, tributos y normativas. “La necesidad existe en todos los sectores; lo que falta es un Estado que ordene y garantice igualdad”, expresaron comerciantes consultados.

La ordenanza municipal que regula ferias y venta ambulante, sancionada en 2006, fue creada justamente para equilibrar esas asimetrías. El texto reconoce que la actividad comercial transitoria genera desigualdades frente al comercio formal y propone un marco de regulación que contemple registros, autorizaciones y diferenciación de tasas. Sin embargo, su aplicación parcial o nula vuelve a exponer las mismas tensiones que buscaba resolver.

Otro punto sensible es el sanitario. En un contexto económico crítico, la salud pública no puede quedar relegada. Comerciantes advierten que la falta de controles bromatológicos en ferias y puestos de comida no solo genera competencia desleal, sino también riesgos evitables para la población.

La discusión de fondo excede la confrontación entre sectores. La crisis económica compite con las necesidades de trabajo, consumo y subsistencia, y exige respuestas integrales. Ordenar, controlar y aplicar la ley de manera pareja aparece como el único camino posible para evitar que la emergencia social termine enfrentando a vecinos entre sí.

Mientras tanto, el comercio local reclama diálogo, reglas claras y coherencia institucional, advirtiendo que sin equidad ni control, la crisis seguirá profundizando el malestar y debilitando la economía local.

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