Conectarse con nosotros

NACIONALES

Alimentos sin control, FMI y el golpe político

Publicado

el


El dato de febrero, el más alto de la gestión Massa, combina el impacto inflacionario del acuerdo con el Fondo y la violación de los acuerdos de las alimenticias. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

El 6,6 por ciento de inflación del mes de febrero que comunicó el INDEC fue un dato muy duro para el bolsillo, para la Casa Rosada y el Ministerio de Economía. El número, el más alto desde que Sergio Massa es ministro -detrás del 7 por ciento de arrastre de Martín Guzmán- y el más alto anualizado en 30 años obliga al Gobierno a tener, sí o sí, un IPC de 3,5 por ciento hasta fin de año para llegar a la meta del 60 por ciento del Presupuesto, casi un imposible. Pero abre además el debate sobre una perspectiva a futuro, en un año electoral, más que compleja por dos razones centrales: es una de las primeras veces que se combinan, para este número que pone la inflación anual en 102,5 por ciento, las subas récord en alimentos y una serie de violaciones a los acuerdos de precios por parte de las alimenticias, con el efecto inflacionario que el acuerdo con el Fondo Monetario (FMI) tiene sobre algunas variables como tarifas y precios regulados. Todo en un escenario de sequía que instala un período de alta volatilidad. 

Además, y quizás sea este uno de los datos más importantes, se da horas después de que el organismo que comanda Kristalina Georgieva emitiera un comunicado condonando parte de la meta de acumulación de reservas del Banco Central (BCRA) pero advirtiéndole a la vez a Economía que está atado de pies y manos, sin aval del organismo, para hacer dos cosas que en año electoral parecen fundamentales si la idea es contener los precios: usar sus dólares para intervenir en el mercado cambiario y pisar tarifas de los servicios. Esto adelanta que el mes de marzo volverá a tener una inflación elevada, más cercana a los 7 puntos, según analistas. 

Según el INDEC, el 6,6 de febrero es el tercer mes seguido de inflación en alza y completa un primer bimestre con 13,1 por ciento de suba en los precios, teniendo a Alimentos y Bebidas como el rubro que más pegó en todo el país, con un alza de 9,8 por ciento. Jugaron allí muy fuerte carnes, derivados de leche y huevos, pero también mayores alzas de precios de góndola. Como viene contando hace meses Página I12, las alimenticias, para compensar lo que pierden de aumentar en los grandes híper con Precios Justos, vienen subiendo los precios en los barrios muy por encima de la media. En Argentina, 8 de cada 10 compran fuera de los híper, por eso el Gobierno estaba tan preocupado el mes pasado por cómo los precios se moverían allí y adelantaban que iba a impactar en el IPC. Ahora, en los próximos días se vendrán medidas muy fuertes contra los que especularon, según supo este diario. 

Con alimentos hay otro dato más político: en el GBA, donde se concentra el núcleo de votantes del Frente de Todos, Alimentos y Bebidas subió 10,2 por ciento, por sobre el índice nacional. Pegó además con dureza la carne: 28,6 por ciento el asado, 35 la picada y 32,8 la nalga, con el resto de los productos en esa línea. Según datos del centro CEPA, el consumo de carne representa, en la conformación del IPC, entre 7% (GBA) y 13,3% (noreste) del total, por eso «este incremento afectó sensiblemente el indicador de precios del mes». 

En frutas, en tanto, hubo subas muy fuertes, como el 72 por ciento de la naranja; además de más de un 13 por ciento en huevos y 6,8 en cebolla. En esos dos rubros, el Gobierno también tiene un lado ciego de control y cumplimiento. 

Los otros rubros

En el ranking de mayores aumentos aparecieron también los rubros Comunicación (7,8%), sobre la que incidió el alza de los servicios de telefonía e internet, y Restaurantes y hoteles (7,5%). Lo de Comunicación es un dato muy fuerte porque ya el mes previo había subido 8 por ciento. Aquí el Gobierno, vale decir, está condicionado por el freno que la Justicia le puso a la declaración de las telecomunicaciones como servicio público, lo que no le permite regular las alzas. 

Además, se destacó el aumento de las cuotas de las prepagas, que impactó sobre el rubro Salud (5,3%); cigarrillos, en Bebidas alcohólicas y tabaco (5,2%); los combustibles, dentro de Transporte (4,9%); y los servicios de electricidad y agua en algunas regiones, en Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (4,8% este mes, el previo había dado 8). 

En ese pelotón, también, el Gobierno hizo poco para no convalidar subas en Prepagas y avaló alzas en naftas de manera permanente, que condicionan el resto de los precios de la economía. Y allí se ve además cómo las subas de tarifas y quitas de subsidios, una imposición en el acuerdo con el FMI, tienen un peso casi habitual en el IPC de los meses pasados, actuales y futuros. De hecho, el IPC núcleo, que mide precios sin regular, tuvo un aumento de 7,7 por ciento, muy por encima de la media, mientras que regulados le cargó 5,1 por ciento, demasiado si la idea es que el promedio general baje. Incluso restando rubros que otrora cargaban mucho (textiles pasó de 10 mensual a 3,9 y hubo un alza de 3,2 en educación), se disparó la inflación por los alimentos y el acuerdo con el FMI.

En los despachos oficiales

El dato sorprendió a todos, incluso superando a los cálculos de las consultoras privadas y bastante por encima del 6 por ciento de inflación del organismo estadístico de la Ciudad de Buenos Aires. En los despachos oficiales ya se venía viendo desde principios de mes que alimentos tendría una penetración federal muy fuerte, la más fuerte desde que Massa es ministro. 

Fuentes oficiales contaron a este diario que el IPC de febrero se explica en las condiciones climáticas que «impactaron en la producción y el precio de los alimentos». Señalan no sólo a la sequía sino también a la ola de calor y a una helada tardía que complicó el precio de los frescos. En paralelo, sostienen aunque fue alta, es menor a la de febrero del 2022. En enero había sido al reves, máas alta este enero que el del 22. «No queremos decir que estamos conformes ni mucho menos, solo lo vamos a estar cuando consolidemos un sendero sostenido a la baja», aclaran de todos modos en el oficialismo. 

Además, en los próximos habrá una convocatoria a todas las empresas que han aumentado precios en los barrios tratando de gambetear el Precios Cuidados. «Se acabó la Argentina de ganar especulando. Para ganar más hay que producir más, no aumentar los precios», se escuchó de boca de un alto funcionario de Hacienda, que admite que una de las razones del IPC alto de febrero es la «rentabilidad cruzada». 

En un año electoral en el que el Frente de Todos no definió candidatos y más que alguno en particular lo que podría condicionar sus posibilidades es el escenario general de precios, se especulan diferentes frentes de aquí a lo que queda del año. Según reconstruyó este diario con diferentes consultoras como Ecolatina y Analytica, el escenario más probable es que se termine con una inflación superior al 90 por ciento y un promedio mensual de 5,5. Luego, hay escenarios optimistas y pesimistas. El optimista es de 60,1 por ciento de inflación con 4 mensual; o 79,6 si todos los meses de acá a fin de año dieran 5 por ciento. Los pesimistas, en tanto, son un 101,2 por ciento con 6 todos los meses, o 152,2 por ciento si hubiera 7 mensuales. En el Gobierno insisten en que el sendero se ordenará, pero los condicionantes de política económica del FMI ponen a prueba no sólo la pericia para manejar los números internos, sino para ver cuánta flexibilidad real tiene el organismo multilateral ante una Argentina a la que cumplir con el Fondo le dificulta la perspectiva de corto y largo plazo. 


NACIONALES

Cuánto subieron los 10 productos emblema de la canasta básica 

Publicado

el


La señal de precios libres de Milei, sumada a la caída de los acuerdos, llevó el sachet de leche a 650 pesos, el azúcar a 1400 pesos, duplicó el precio de los fideos y el aceite de 700 a 1000 pesos. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

En la semana posterior al balotaje hubo, según cuentan los empresarios del comercio, una liberación en los precios de la canasta básica pocas veces visto en un período tan corto de tiempo. Todos los consultados por Página/12 consideraron que esto se debe a la caída de los acuerdos de precios de la gestión de Sergio Massa y, sobre todo, la gestualidad del presidente electo, Javier Milei, de una corrección de precios relativos. Traducido al castellano básico, todos los precios que estaban en acuerdos con el Estado, ahora se manejarán de manera libre, según los esquemas de costos de cada empresa. 

En este escenario, el ranking de los 10 productos más demandados de la canasta básica muestra saltos de entre 8 y 50 por ciento, con una tensión extra: los supermercados y comercios barriales están tratando de resistir la aplicación de listas con aumentos de entre el 50 y el 100 por ciento, que como develó este diario, también llegaron esta semana. 

Además, los comercios barriales de la provincia, nucleados en la Asociación de Almaceneros Bonaerenses, aseguran que la disparada de precios también se ve en los mayoristas y hasta afirman que «las empresas se están guardando productos que no entregan para aplicar más subas» luego de la asunción de Milei. 

Los 10 productos más calientes

Según datos que este diario recogió de fuentes de los pequeños comercios y los grandes supermercados, los diez productos más importantes de la canasta básica tuvieron la siguiente evolución en la semana posterior en la que se confirmó que Milei será el próximo presidente de la Nación. 

  1. Azúcar: el paquete pasó de 900 pesos a 1100 en el precio mayorista. En tanto que al público se vende a 1400 pesos. 
  2. Fideos: los más baratos pasaron de costar, para el público, de 290 pesos a 500 el paquete. En el caso de la marca Don Vicente, una de las más caras, el costo mayorista (al que lo compra el comercio minorista) saltó de 570 a 1200 pesos. El paquete de esa marca se vende al público a 1800 pesos. 
  3. Lata de Durazno (mismo precio para cualquier otra fruta enlatada), el costo mayorista pasó de 760 pesos a 1300. Con el margen de remarcación del comercio minorista, el consumidor lo paga a 1700 pesos.
  4. Arroz: en general, por el alza de precios el producto viene en falta. De todos modos, el paquete de grano largo fino pasó de 450 a 1000 pesos de costo. El comercio minorista lo vende a 1250 pesos. 
  5. Galletitas: en todas las gamas y marcas hubo 30 por ciento de aumento la semana post balotaje. Los comercios aseguran que la variante más barata no se consigue por menos de 300 pesos y que hay variantes que pueden costar hasta 800 pesos. 
  6. Infusiones: el mayor productor de café y té es La Virginia, que tiene, entre otras marcas, La Morenita. Plantó aumentos del 25 por ciento. En el caso del té, el precio al consumidor pasó de 630 pesos a más de 800. El café, más dificil de medir porque es importado, no se consigue por menos de 2000 pesos el frasco más chico. 
  7. Aceite de Girasol: la botella de 900 ml pasó de tener un costo mayorista de 550 pesos a llegar a los 800 pesos. Con el margen de remarcación, los comercios venden la variante más barata por no menos de 1300 pesos. En los barrios, inclusive, puede superar los 1500 pesos. 
  8. Gaseosas: Coca Cola, la nave emblema del sector, tuvo aumentos muy importantes. La variante del 2 litros y cuarto pasó de costar 1300 a 1600 pesos en los híper. En los barrios, puede llegar hasta 1800 pesos. 
  9. Leche: el sachet, la variante más barata, estaba a 500 pesos y hoy vale 650 pesos, siempre hablando de primeras marcas. En el caso de la leche larga vida, llega a los 800 o 900 el litro. 
  10. Limpieza: toda la gama tuvo aumentos superior al 35 por ciento. Un detergente se fue a casi 1000 pesos. Los productos de limpieza de ropa, como el jabón, dependen de marca y calidad, pero los precios se fueron por encima de los 2000 pesos. 

Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.