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Cuánto subieron los 10 productos emblema de la canasta básica 

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La señal de precios libres de Milei, sumada a la caída de los acuerdos, llevó el sachet de leche a 650 pesos, el azúcar a 1400 pesos, duplicó el precio de los fideos y el aceite de 700 a 1000 pesos. 

Leandro Renou

Por Leandro Renou

En la semana posterior al balotaje hubo, según cuentan los empresarios del comercio, una liberación en los precios de la canasta básica pocas veces visto en un período tan corto de tiempo. Todos los consultados por Página/12 consideraron que esto se debe a la caída de los acuerdos de precios de la gestión de Sergio Massa y, sobre todo, la gestualidad del presidente electo, Javier Milei, de una corrección de precios relativos. Traducido al castellano básico, todos los precios que estaban en acuerdos con el Estado, ahora se manejarán de manera libre, según los esquemas de costos de cada empresa. 

En este escenario, el ranking de los 10 productos más demandados de la canasta básica muestra saltos de entre 8 y 50 por ciento, con una tensión extra: los supermercados y comercios barriales están tratando de resistir la aplicación de listas con aumentos de entre el 50 y el 100 por ciento, que como develó este diario, también llegaron esta semana. 

Además, los comercios barriales de la provincia, nucleados en la Asociación de Almaceneros Bonaerenses, aseguran que la disparada de precios también se ve en los mayoristas y hasta afirman que «las empresas se están guardando productos que no entregan para aplicar más subas» luego de la asunción de Milei. 

Los 10 productos más calientes

Según datos que este diario recogió de fuentes de los pequeños comercios y los grandes supermercados, los diez productos más importantes de la canasta básica tuvieron la siguiente evolución en la semana posterior en la que se confirmó que Milei será el próximo presidente de la Nación. 

  1. Azúcar: el paquete pasó de 900 pesos a 1100 en el precio mayorista. En tanto que al público se vende a 1400 pesos. 
  2. Fideos: los más baratos pasaron de costar, para el público, de 290 pesos a 500 el paquete. En el caso de la marca Don Vicente, una de las más caras, el costo mayorista (al que lo compra el comercio minorista) saltó de 570 a 1200 pesos. El paquete de esa marca se vende al público a 1800 pesos. 
  3. Lata de Durazno (mismo precio para cualquier otra fruta enlatada), el costo mayorista pasó de 760 pesos a 1300. Con el margen de remarcación del comercio minorista, el consumidor lo paga a 1700 pesos.
  4. Arroz: en general, por el alza de precios el producto viene en falta. De todos modos, el paquete de grano largo fino pasó de 450 a 1000 pesos de costo. El comercio minorista lo vende a 1250 pesos. 
  5. Galletitas: en todas las gamas y marcas hubo 30 por ciento de aumento la semana post balotaje. Los comercios aseguran que la variante más barata no se consigue por menos de 300 pesos y que hay variantes que pueden costar hasta 800 pesos. 
  6. Infusiones: el mayor productor de café y té es La Virginia, que tiene, entre otras marcas, La Morenita. Plantó aumentos del 25 por ciento. En el caso del té, el precio al consumidor pasó de 630 pesos a más de 800. El café, más dificil de medir porque es importado, no se consigue por menos de 2000 pesos el frasco más chico. 
  7. Aceite de Girasol: la botella de 900 ml pasó de tener un costo mayorista de 550 pesos a llegar a los 800 pesos. Con el margen de remarcación, los comercios venden la variante más barata por no menos de 1300 pesos. En los barrios, inclusive, puede superar los 1500 pesos. 
  8. Gaseosas: Coca Cola, la nave emblema del sector, tuvo aumentos muy importantes. La variante del 2 litros y cuarto pasó de costar 1300 a 1600 pesos en los híper. En los barrios, puede llegar hasta 1800 pesos. 
  9. Leche: el sachet, la variante más barata, estaba a 500 pesos y hoy vale 650 pesos, siempre hablando de primeras marcas. En el caso de la leche larga vida, llega a los 800 o 900 el litro. 
  10. Limpieza: toda la gama tuvo aumentos superior al 35 por ciento. Un detergente se fue a casi 1000 pesos. Los productos de limpieza de ropa, como el jabón, dependen de marca y calidad, pero los precios se fueron por encima de los 2000 pesos. 

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Divide y reinarás: El Gobierno aumenta el presupuesto solo para la Universidad de Buenos Aires

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Incrementará un 300 por ciento los recursos destinados a los gastos de funcionamiento. El Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. El vicerrector Emiliano Yacobitti aseguró que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio.

Werner Pertot

Por Werner Pertot

La Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió levantar la emergencia presupuestaria, tras alcanzar un acuerdo con el gobierno de Javier Milei por los gastos de funcionamiento, que recibirán una suba del 270 por ciento, y de sus hospitales, cuyo incrementp será cercano al 300 por ciento. En un comunicado, el Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. Tampoco la inversión en ciencia y las obras que están paradas. En tanto otras 60 universidades continúan con el reclamo que llevó a la marcha universitaria y que no fue respondido. El vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, advirtió que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio. Las otras universidades indicaron que el aumento solo a la UBA «resulta inadmisible y provocador«. «No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, lanzaron. El Gobierno quedó a tiro de una cautelar.

Desde el comienzo de las negociaciones con las universidades y, sobre todo, en las reuniones posteriores a la marcha universitaria que resultó masiva en todo el país (algunas estimaciones llegaban al millón de personas), el Gobierno buscó dividir a la UBA del resto de las instituciones. De hecho, tuvieron una atención especial con el rector Ricardo Gelpi, a quien la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, recibió un día antes que al resto. En los encuentros con todos los rectores, el Gobierno escuchó, pero no hubo avances reales en destrabar fondos. De hecho, en una exposición ante el Congreso, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, no pudo dar precisiones sobre cómo se resolverá el conflicto universitario.

A partir de ahí, lo público se separa de las negociaciones a puertas cerradas. Con la UBA particularmente, el encargado de las negociaciones, que pasó a ser Torrendell, tuvo tres reuniones más. Estuvo presente también el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez, aunque moderó sus modales. Allí, las autoridades de la UBA insistieron con el planteo de actualizar lo presupuestario y tuvieron varias discusiones, avances y retrocesos. Finalmente, desde el Gobierno nacional aceptaron aumentar aquellas partidas sin las cuales directamente se iba a un cierre de la UBA: el funcionamiento básico (la luz, etc) y el presupuesto para los hospitales. Según confirmaron a este diario, no solo acordaron sino que ya empezaron a pagar.

En el caso de la UBA, los gastos de funcionamiento representan el 14 por ciento de los gastos totales (porque allí hay que contemplar también los seis hospitales; en otras universidades es la mitad de ese porcentaje). «Si ellos no garantizaban ni el presupuesto mínimo para prender las luces, teníamos que cerrar», insistieron desde el rectorado a este diario.

Sigue la discusión

No obstante, en el comunicado que emitió el Consejo Superior de la UBA para anunciar que levantaba la emergencia universitaria, dejaron en claro que sigue la discusión por ese otro 86 por ciento del gasto sobre el que no hubo acuerdo (principalmente, son los salarios docentes y no docentes). Lo que recibieron fue una actualización de los gastos de funcionamiento del 270 por ciento interanual y del 300 por ciento para los hospitales universitarios y aquellas funciones de la universidad vinculados al área asistencial. Se trata de 26.016.488.265 pesos que el Gobierno les comenzó a transferir con destino a afrontar los Gastos de Funcionamiento y otros 35.436.785.336 de pesos para sostener los niveles de atención de la salud.

“Las sumas indicadas, si bien se encuentran por debajo del presupuesto óptimo para el funcionamiento pleno de la Universidad, posibilitan una programación presupuestaria, imposible hasta el momento”, señaló la UBA, que también destacó que continúa el “estado de alerta y profunda preocupación” por la actualización salarial como también otras partidas “particularmente aquellas vinculadas a las áreas de Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y a los Programas de infraestructura universitaria”. Es decir, las obras que están paradas, algunas de las cuales ya estaban en curso.

En materia salarial, no hubo acuerdo con el Frente Sindical de las Universidades: la propuesta del Gobierno, ante una inflación acumulada superior al 70 por ciento, fue: 16 por ciento en febrero, 12 por ciento para marzo y 8 por ciento para abril. Es decir, un 36 por ciento. Los números solos indican por qué están muy lejos de un acuerdo con los gremios. Desde el Consejo Superior de la UBA advirtieron que este acuerdo debería llegar urgente y también se mostraron a favor de que el Congreso sancione una Ley de Financiamiento Universitario que establezca un criterio de actualización para el presupuesto universitario, para que no se repita lo de este año.

Tras el acuerdo, Yacobitti escribió en su cuenta de Twitter: «Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro». Luego aclaró: «Vamos a seguir reclamando por los salarios docentes y no docentes que perdieron más de un tercio de su capacidad económica en 4 meses, por los recursos para CyT y las obras de mantenimiento de los edificios y laboratorios».

Y luego volvió a aclarar: «También es importante que esta corrección sea para todo el sistema y no solo para la UBA. Sentarnos a discutir un presupuesto para el 2025 que contemple los reajustes». Esto último quizás tenga que ver con la reacción del resto de las universidades, que tronaron apenas se conoció la noticia.

«Universidades de segunda»

Todas las universidades vienen funcionando con un presupuesto que se votó a fines de 2022 y que, insisten, es insuficiente para llegar no ya a fin de este año, sino a mitad de año en algunos casos. Por lo tanto, apenas se conoció el aumento para la UBA, las otras 60 casas de estudio pusieron el grito en el cielo y hablaron de una “discriminación federal injusta” de parte del Gobierno.

Hubo una reunión de emergencia del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para tratar el tema. «Estamos en plena discusión viendo si nos dan lo mismo a todos. Si no, habrá problemas”, señaló antes de ingresar a la reunión Víctor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.

El CIN emitió luego un comunicado que dejó en claro como estaban los ánimos: «Resulta inadmisible y provocador que se reconozca solo para una universidad y no para la totalidad del sistema que reúne a un conjunto de 60 universidades a lo largo y a lo ancho de todo el país, que representan a dos millones de estudiantes de las universidades argentinas. No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, remarcaron los rectores en un comunicado del CIN.

«Rechazamos cualquier metodología que promueva la división entre universidades y dentro de las universidades. No convalidaremos ningún intento de división, ni priorizaremos nunca ningún atajo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) no resigna lo que cree. No es solo un problema de recursos, es también de principios», le advirtieron al Gobierno.

Por otro lado, advirtieron que el Gobierno reconoció con ese pago que tienen razón y que «hay plata». Según pudo saber este diario, todavía no harán una presentación judicial, sino que esperarán una respuesta del Gobierno, pero la disparidad de criterios pone a la administración nacional a tiro de una cautelar. En el comunicado indicaron que esa transferencia a la UBA «implica el reconocimiento por parte del gobierno nacional de uno de los aspectos del problema -y su grave magnitud- que todo el sistema universitario viene planteando desde enero de este año. Por lo tanto, habiendo el gobierno confirmado con sus actos que los recursos están, exigimos inmediatamente una resolución que garantice un incremento igual al otorgado a la Universidad de Buenos Aires para todas las universidades públicas de la Nación.

«Con la misma urgencia, seguiremos bregando por paritarias para las y los trabajadores de las universidades que recompongan la pérdida del poder adquisitivo del salario, por el sostenimiento y el fortalecimiento del sistema científico y tecnológico, por la actualización del monto destinado a becas estudiantiles y por la recuperación de las obras de infraestructura hoy paralizadas», concluyeron.


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