El rugby es un deporte que se distingue por inculcar valores de respeto y camaradería desde el primer día de práctica. Los jugadores aprenden que deben profesar un profundo respeto hacia sus compañeros de equipo, oponentes, árbitros y todas las personas involucradas en el juego.

En el rugby, la palabra del árbitro es considerada ley indiscutible. Las tensiones y disputas se quedan en el terreno de juego y es necesario encontrar la manera de resolver cualquier conflicto de manera pacífica. Es por esto que, al finalizar un partido, los jugadores del equipo ganador son los primeros en formar un pasillo y aplaudir a los jugadores del equipo perdedor, y viceversa. Este gesto simboliza el reconocimiento y el respeto mutuo entre ambos equipos.

Además, existe una tradición conocida como «el tercer tiempo», que se lleva a cabo después del partido. Una vez que todos los jugadores se han duchado, ambos equipos comparten una comida y bebidas juntos. Este tiempo está destinado a fomentar la fraternidad entre los jugadores, donde pueden comentar el partido que acaban de jugar o conversar sobre otros rivales. Como dice el refrán, «a barriga llena, corazón contento».

En el caso específico del equipo Scrum Tocata de Río Turbio, esta tradición del tercer tiempo se mantiene viva, fortaleciendo los lazos de amistad y compañerismo entre los jugadores. Es una oportunidad para estrechar relaciones, promover el fair play y valorar la importancia de la convivencia pacífica en el deporte del rugby.