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«Qué pueblo de mierda»: el desprecio de Luis Juez por los argentinos

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El senador Luis Juez continúa en su cruzada para quedarse con un sillón en el Consejo de la Magistratura y esta vez, con tono mundialista, responsabilizó «al pueblo argentino» por no pelear por ese lugar que él reclama. «Somos jodidos los argentinos, qué pueblo de mierda, le exigimos mucho más a un equipo de fútbol que a los dirigentes», dijo, desbordado, el referente cordobés de Juntos por el Cambio. 

Juez habló con el canal LN+ en las horas posteriores a la victoria de la Argentina contra México y luego de algunas derrotas propias en el Poder Judicial: en el fuero penal, el juez federal Daniel Rafecas se declaró incompetente en la demanda que el cordobés presentó contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, mientras que la jueza en lo contencioso administrativo federal María Alejandra Biotti hizo lo mismo en el amparo que el senador presentó para bloquear el asiento del Consejo de la Magistratura del bloque minoritario del oficialismo. 

El senador Luis Juez continúa en su cruzada para quedarse con un sillón en el Consejo de la Magistratura y esta vez, con tono mundialista, responsabilizó «al pueblo argentino» por no pelear por ese lugar que él reclama. «Somos jodidos los argentinos, qué pueblo de mierda, le exigimos mucho más a un equipo de fútbol que a los dirigentes», dijo, desbordado, el referente cordobés de Juntos por el Cambio. 

Juez habló con el canal LN+ en las horas posteriores a la victoria de la Argentina contra México y luego de algunas derrotas propias en el Poder Judicial: en el fuero penal, el juez federal Daniel Rafecas se declaró incompetente en la demanda que el cordobés presentó contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, mientras que la jueza en lo contencioso administrativo federal María Alejandra Biotti hizo lo mismo en el amparo que el senador presentó para bloquear el asiento del Consejo de la Magistratura del bloque minoritario del oficialismo. 

El cordobés reclama conseguir la silla en el Consejo de la Magistratura por la segunda minoría del Senado, algo que el oficialismo bloqueó al dividir su bancada en dos y otorgarle el lugar al senador Martín Doñate (Unidad Ciudadana). Hasta el momento, solo la Corte Suprema viene tirando paredes con Juez, primero al darle la razón por el periodo de consejero que venció este noviembre y ahora al demorar la jura de los nuevos candidatos de la Cámara alta para el órgano judicial, en cuya nómina el oficialismo volvió a nombrar a Doñate. 

«Somos jodidos los argentinos, qué pueblo de mierda»

«Ya tenemos preparado el quilombo en la puerta si nos deja afuera Polonia, si no clasificamos a los octavos, pero te aparece un chanta como Massa, te aparece Cristina, que te roba un lugar de la oposición. Y… ‘Ah, bueno es la dirigencia, vamos a ver qué hacemos’. Somos jodidos los argentinos, qué pueblo de mierda, le exigimos mucho más a un equipo de fútbol que a los dirigentes», lanzó el senador nacional poniendo como preocupación nacional su cruzada por llegar al Consejo de la Magistratura. 

Segundos después de haber calificado a los argentinos como «un pueblo de mierda», Juez buscó pasar su insulto como un exceso de sinceridad: «Sé que se van a enojar con esta frase, pero lo siento en el alma. Siento que somos mucho más feroces con nuestros jugadores, que con nuestra dirigencia política». 

El periodista Luis Majul, que lo entrevistaba para LN+, buscó cambiar de frente la entrevista y le tiró un centro: «Hay una situación en la Argentina en la que los que peor están, por un lado son subsidiados y, por otro, hay una ‘revolución de los mansos’ que no está orgánicamente representada y que espera un cambio de Gobierno. Está harta, enojada, pero no hay grupo de líder que la lleve».  

«A nosotros no nos tiene que mover un líder sino el futuro de nuestros hijos», tiró para la tribuna Juez y siguió con la línea discursiva del ala dura del PRO atacando al gremialista Roberto Baradel confiado de «los quilombos que nos van a estar haciendo cuando gobernemos este país». «La gente nos va a dar la oportunidad de ganar, pero a estos tipos que no están haciendo nada los vamos a tener en la vereda de en frente», apuntó.  

Juez contra la democracia

El exabrupto de Juez al tildear a los argentinos como «un pueblo de mierda» sigue la línea de las últimas declaraciones del senador cordobés. Dos semanas atrás, aprovechó su participación en el programa de Mirtha Legrand, para sostener que «ningún argentino puede decir que la democracia le cambió la vida»

La declaración de Juez generó una rápida respuesta de la periodista Pilar Rahola, quien le recordó que la democracia salva vidas frente a las dictaduras, y Juez no se retractó sino que señaló que él se refería al «estándar de vida», sin analizar ni el modelo económico instalado tras el golpe de Estado ni el hecho de vivir inmersos en un plan sistemático de desaparición y apropiación de personas.  

Días después, Juez volvió a atacar el sistema democrático enojado por el resultado de la sesión del Senado, en la que se votó la nómina de candidatos al Consejo de la Magistratura sin inculir su nombre y desafiando la sentencia de la Corte Suprema sobre el caso. «Ni en la época de la sangrienta dictadura militar se animaron a desoír una sentencia de la Corte», sostuvo Juez y puso como ejemplo la detención ilegal de Jacobo Timerman, que le valió ser desmentido por parte de la familia del emblemático editor y periodista


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El futuro de la energía atómica: renuncias, desfinanciamiento y deudas millonarias

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La CNEA tiene parados sus proyectos principales y acumula deudas millonarias. Los despidos ya llegan a 570. Paro y protestas de la Uocra. La voz de la presidenta saliente, Adriana Serquis.

Pablo Esteban

Por Pablo Esteban

En medio del brutal ajuste en el sector nuclear, el gobierno finalmente aceptó la renuncia que Adriana Serquis había presentado el 10 de diciembre y, mediante un decreto, determinó que Germán Lavalle y Luis Rovere asumieran como presidente y vicepresidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).  La funcionaria saliente había denunciado la falta de fondos para continuar con obras claves como el Carem y el RA-10 –dos reactores nucleares que se construyen desde 2014 y 2016, y que en poco tiempo podían estar listos–, así como también alertó por la acumulación de una deuda millonaria con las compañías subcontratistas que contribuían a la fabricación de las tecnologías. Representa toda una incógnita el futuro de la institución a partir del cambio de timón y el recambio de autoridades, que se produce mientras la motosierra trabaja a pleno: los dos proyectos están paralizados y en torno al Carem los despidos ya están por llegar a los 570, según denunció la Uocra, que mantiene en Zárate una huelga por tiempo indeterminado. Esta semana, hubo marchas y cortes de ruta en esa ciudad en reclamo de la continuidad de los trabajos.  

Más allá de las dudas, Serquis aventura sus propias proyecciones a partir de las conversaciones sostenidas con los nuevos gestores. “Me dijeron que el RA-10 lo van a tratar de sacar adelante sí o sí, porque le falta poquito. La mayor duda está con el Carem, con el que quieren hacer una revisión integral con auditores externos”. Y completa: “Veo difícil que puedan destrabar el conflicto presupuestario, ellos dicen que van a intentar resolverlo. Nosotros les comunicamos la urgencia y la necesidad de fondos para cada uno de los proyectos. La institución a partir de junio no va a poder funcionar, eso está claro”.

La situación de la CNEA, el organismo rector de la energía nuclear en el país, es conflictiva por varios motivos: en los últimos meses contrajo deudas millonarias con los contratistas que trabajan en la puesta en marcha de los reactores (en el caso del Carem, por ejemplo, acumula una suma de 7 mil millones de pesos), despidos de trabajadores implicados en líneas de trabajo que están suspendidas por el momento (principalmente de Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima, una de las principales contratistas) y cerebros que ya se fugan ante la imposibilidad de condiciones de trabajo adecuadas. El gobierno no envía los fondos necesarios y ello sirve como detonante para empujar a la Comisión al borde del abismo.

Finalmente, el presidente Milei le aceptó la renuncia a Serquis y luego de la transición asumieron los nuevos nombres. La doctora en Física y además Investigadora Principal del Conicet lo relata de este modo: “Hace un par de semanas vengo trabajando con esta gente. Me había comprometido a hacer una transición razonable y lo hice. El secretario de Energía me pidió que me pusiera en contacto con Germán Lavalle, que también realizó reuniones con los gerentes de área de nuestra institución. Como vicepresidente lo acompaña Luis Rovere. Ambos son ingenieros nucleares y egresados del Instituto Balseiro”, comenta quien a partir de la semana que viene volverá a estar al frente del Instituto de Nanociencia y nanotecnología del Conicet.

Los que entran y los que salen

Consultada por este diario, Serquis brinda un detalle de la trayectoria de las autoridades designadas. “En los 90’s, Lavalle fue gerente de institucionales en el momento en que la CNEA perdió el control de las centrales nucleares, cuando fueron a parar a Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima. En el 2000 se fue de la institución con un retiro voluntario que le ofreció el gobierno de la Alianza”. Lavalle, según cuenta la expresidenta, se autoasume con un perfil “más técnico que político”. A menudo, se utiliza tal caracterización cuando se busca dotar de legitimidad el rol experto en detrimento del ideológico; como si la ciencia y la política podrían pensarse como dos campos autónomos. Rovere, por su parte, es ingeniero nuclear y es gerente del Centro de Medicina Intecnus, una institución sanitaria reconocida en Bariloche. “Las nuevas autoridades tratarán de poner nuevos gerentes de las gestiones anteriores. Por ahora, no vi en carpeta a ninguna mujer en su equipo de trabajo y no tengo idea si sacarán a las que ahora están a cargo. Estoy preocupada, la verdad”.

Lavalle y Rovere reemplazan a Adriana Serquis y a Diego Hurtado, que había presentado su renuncia el 9 de diciembre cuando Alberto Fernández aún era el presidente. Serquis se destacó en su rol por conducir iniciativas relevantes como los reactores nucleares Carem y el RA 10, desarrollos que están en etapas muy avanzadas de diseño y que podrían ser fundamentales para el ingreso de miles de millones de dólares al país si en el futuro inmediato consiguieran finalizarse. Tecnologías que, de hecho, podrían colocar a Argentina a la vanguardia de la energía nuclear.

Asimismo, Serquis tuvo un rol fundamental al democratizar las condiciones de acceso y participación de las mujeres en la gestión de la energía nuclear. También se destacó por un relato muy activo en pos de cambiar la percepción social con respecto a la materia. En cada intervención pública, trató de narrar las ventajas que tiene la energía nuclear en relación a otras energías e intentó desestigmatizar una fuente que históricamente estuvo marcada por desastres como Chernobil y Fukushima. También, sus colegas detallan su énfasis en promover el conocimiento local como vía hacia la soberanía: se forman científicos y científicas en instituciones públicas y luego le devuelven al Estado esta educación de excelencia a través del diseño de tecnologías autóctonas que, en última instancia, permiten el ingreso de divisas al país.

Casi listos, casi paralizados

El Carem es el primer reactor de potencia baja y media, diseñado y desarrollado 100 por ciento en Argentina. Su puesta en marcha podría ser clave para el abastecimiento eléctrico en zonas alejadas de centros urbanos y en parques fabriles, así como también para objetivos diversos que serán cruciales en los próximos años, como la desalinización del agua de mar y la producción de hidrógeno. Por su parte, el RA 10 servirá, entre otras cosas, para abastecer de radioisótopos a todos los centros de medicina nuclear del país; insumos fundamentales para el diagnóstico y el tratamiento de cáncer.

Las aplicaciones en salud, industria, ciencia y tecnología son infinitas para estas dos tecnologías de primer nivel internacional que, según las proyecciones y si el ritmo no se hubiese ralentizado por falta de financiamiento, deberían haber estado listos para 2025 (RA-10) y 2028 (Carem). Para tener referencia, el proyecto Carem ya lleva invertidos 650 millones de dólares y requeriría de una partida de 200 millones más para concluir; cuando un proyecto de la misma envergadura en Estados Unidos cuesta 1400 millones de dólares. En relación a las ganancias que se podrían obtener, la venta de un reactor de la magnitud del Carem podría significar un ingreso de 4 mil millones de dólares; mientras que el RA-10, de ponerse en marcha, podría significar ingresos de 90 millones de dólares al año.

Las potencialidades de ambas iniciativas son innegables. Sin embargo, por el momento, la inercia parece estar frenada hasta nuevo aviso. Para los tiempos que maneja la ciencia ya están casi listos, pero por una decisión política están prácticamente paralizados. 

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