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La Selección ya está instalada en la Universidad de Qatar con una gran recepción

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La «Albiceleste» compartirá el predio, pero no las instalaciones, con el seleccionado de España, que recién el viernes llegará a Doha.

El seleccionado nacional llegó a la Universidad de Qatar, lugar de concentración final para encarar la Copa del Mundo, en medio de una multitudinaria recepción de hinchas argentinos pese a lo avanzado de la madrugada del martes en Doha.

La delegación arribó sobre las 20.45 de Argentina (las 2.45 hora local) al aeropuerto de Doha, desde donde se trasladó inmediatamente hacia la Universidad de Qatar, lugar final de concentración para afrontar el Mundial en el que debutará el próximo martes 22 frente a Arabia Saudita, por el Grupo C del certamen.

El grupo tardó menos de un cuarto de hora en trasladarse desde el aeropuerto local hasta su lugar de concentración, dando todos sus integrantes visibles muestras de cansancio.

Después de la victoria por 5 a 0 sobre Emiratos Árabes Unidos en Abu Dhabi el representativo albiceleste cenó allí e inmediatamente emprendió el vuelo de poco más de media hora hacia la capital qatarí.

Foto Argentina
Foto: @Argentina

Y al llegar sobre las 3.45 a la Universidad en la que compartirá predio (pero no instalaciones) con el seleccionado de España, que recién el viernes llegará a Doha, se desató la primera gran fiesta de hinchas argentinos

De hecho, lo primero que entonaron fue el Himno Nacional, ese que entonarán desde el próximo martes, en el partido inaugural del Grupo C frente a Arabia Saudita.

Foto Argentina
Foto: @Argentina

Y mientras el grupo ya está en el sitio donde alimentará sus sueños de campeón con el capitán Lionel Messi a la cabeza, quedaron dando vueltas las últimas expresiones del técnico Lionel Scaloni respecto de la «posibilidad de modificar la lista de 26 convocados»

 porque «hay algunos jugadores tocados» en el plantel.


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4 claves del Estudiantes campeón de la Copa de la Liga

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El equipo de Eduardo Domínguez volvió a festejar gracias a varios puntos muy altos, sobre todo en defensa, y se aseguró estar en la Libertadores 2025. La Copa de la Liga, un torneo cada vez más interesante.

Por Cristian Dellocchio

Tantas veces vilipendiada, la Copa de la Liga terminó dejando emociones por doquier. Desde una hiperactiva última fecha de la fase de grupos, pasando por unos cuartos de final liderados por el Boca vs. River y unas semis definidas con los siempre bien recibidos -por los espectadores neutrales- penales. Pero la emoción más grande fue propiedad de Estudiantes de La Plata, que se consagró campeón luego de vencer por penales a Vélez en una gran final disputada este domingo por la tarde en Santiago del Estero.

Fue empate 1 a 1 en los 90 -goles de Eros Mancuso y el casi debutante Alejo Sarco- y 0 a 0 en el alargue, con lo que la cosa se tuvo que resolver en los penales (4 a 3), terreno donde Matías Mansilla se erigió como gran figura al detener tres de los seis tiros velezanos. Su colega rival, Tomás Marchiori, se anotó dos atajadones pero fueron insuficientes para rescatar a sus compañeros, muchos de ellos pibes que merecieron llevarse algo más que el reconocimiento de los hinchas presentes en el Madre de Ciudades, tanto propios como ajenos. Aquí, algunas claves de por qué Estudiantes se llevó este partidazo.

La dupla Lollo-Romero

A Estudiantes lo desbordaron mucho por las bandas y si eso no paso a mayores fue gracias a la tarea de su dupla central. El veterano Luciano Lollo (37 pirulos) y el cada vez más prometedor Zaid Romero (25) sostuvieron la resistencia pincha, aún cuando Mansilla tambaleó con un blooper que el central zurdo terminó reventando al córner contra su arco, arriesgando el gol en contra.

El exGodoy Cruz incluso generó el clásico «Estudión, Estudión» (o «Estudián, Estudián») en las tribunas cuando recuperó y avanzó con pelota dominada hasta pasar mitad de cancha medio que a los tumbos, pero ganando un lateral. Lollo y Romero compartieron zaga en siete partidos este año y sufrieron apenas tres goles.

Saber pegar

Aunque pareció un tanto exagerada la roja directa a Damián Fernández, el central quedó expuesto por dejar a los suyos con uno menos en una jugada intrascendente (un forcejeo con Cetré lejos del área). Por el contrario, Gastón Benedetti quedará muy bien parado en el recuerdo platense por hacer uso de la ley de último hombre cuando Pizzini se iba solo para el 2-1 de Vélez. Expulsión al lateral, negoción pincha.

Más intuición, menos machete

Mansilla ya había lucido su «machete» ante las cámaras luego del triunfo ante Boca. Y esta vez volvió a hacerse presente esa hoja impresa a color, a la vista de todos, casi que exageradamente. Juego psicológico o trabajo de estudio, el «machete» terminó siendo más televisivo que otra cosa dado que varios de los pateadores de Vélez eran pibes con poca experiencia en Primera, como luego reconoció el arquero. Al fin y al cabo, prevalecieron sus instintos.

Suerte de la buena

Por repetido no deja de ser cierto: para ser campeón hay que tener suerte. Vélez hizo todo el gasto en ataque, fue dominador de principio a fin, tuvo en Thiago Fernández al mejor jugador del partido y, sin embargo, se fue con las manos vacías. En parte porque sintió la ausencia de su goleador, Braian Romero (seis de los 16 goles del equipo en 16 partidos). Y en otra porque Estudiantes aguantó y, en la primera que tuvo, la mandó a guardar de la mano de Mancuso. El interesantísimo Sarco -cuarto partido en Primera- quiso ponerle justicia al resultado pero, como contra Boca, el Pincha fue inteligente y llevó la historia hasta los penales, terreno donde fue mejor que sus rivales para festejar nada menos que su segundo título en unos pocos meses de la mano de Eduardo Domínguez (Copa Argentina en diciembre pasado).


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