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Que se rompan todos

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Sandra Russo

Por Sandra Russo

El país en el que nacimos y crecimos corre grave peligro, quizá de desaparición. Las formas bizarras hicieron pasar inadvertida la bomba que se incubaba: esta amenaza con mucho poder a la existencia misma de lo que llamamos la Argentina. “Que estalle todo, que se rompa todo” es todo. Solo con la mente estallada se puede cultivar tanto deseo de destrucción.

Si uno se limita a contar lo que pasa de acuerdo al ritmo periodístico, hay una siniestra comedia de enredos, de oposición que no se opone sino que hace su acumulación originaria en un nuevo régimen, muy diferente a todos los conocidos en el mundo.

Los gobernadores salvo excepciones que confirman la regla se portaron como almaceneros más que como estadistas.

Y es eso lo que no hay, es eso lo que hace falta, paradójicamente lo que ni un libertario ni un ultraliberal podrán ser jamás: estadistas. Ninguno de ellos, nunca, se sentarán a pensar cómo mejorar la dinamización y el beneficio estatal para, por ejemplo, mejorar la calidad del empleo.

Ya vivimos en una salvajada, en la que una jubilación mínima apenas supera los 100.000 pesos, y los sueldos corporativos alcanzan varios millones. Es la desigualdad que brota cuando prende un candidato que dice que la justicia social es una aberración.

Los gobernadores son un factor de poder que deberían actuar de dique democrático. Si le dan facultades delegadas a Milei, guárdense en biribiri. Lo que el gobernador cordobés llamó “una muy buena ley” sigue siendo la que hace retroceder a este país a antes de tiempos de Mariano Moreno, cuando ya estaba bastante claro que el país que exporta sin valor agregado, crea trabajo en el país al que le vende, pero no crea trabajo en su propio país. No hay que ser master en nada para entender lo evidente.

Y sobre Scioli, es casta política y Milei parece que quería no combatirla sino que lo aceptaran: buscaba cariño como un cachorro de mastín. Ya no parece tan mastín.

Por mi parte, creo que al mismo tiempo que tenemos que seguir negándonos a tener virrey, también tenemos que abandonar la idea de ampliar moderándonos. Los candidatos moderados nos han hundido. Si no nos enamoramos nosotros de un proyecto todo lo radical que imponen los tiempos, no vamos a enamorar más.

En algún momento los que nos quedamos sin nafta fuimos nosotros. No sé las respuestas, pero sí sé la bilis de militar candidatos que después nos abofetean. Scioli nos abofetea ahora. Si se confunde con sectarismo la necesidad de plantear la necesidad de luchar contra el macrimileísmo, entonces hay una puerta abierta, y de acuerdo a lo que se ve con los dos ojos, esa puerta está cerrada.


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Mondino y su brutalidad: «Los chinos son todos iguales»

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La ministra de Relaciones Exteriores exhibió su intelecto en la cumbre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se celebra en París. Allí confesó que no puede distinguir las profesiones de los orientales porque, para ella, tienen el mismo aspecto físico. Lo hizo después de mantener una gira justamente por China, con la intención de negociar el swap con el gigante asiático.

La canciller Diana Mondino se refirió este jueves a la base china en la Argentina. Lo hizo al ser consultada por la presencia de militares del gigante asiático. Mondino respondio con total brutalidad: dijo que no se pudo identificar si participan civiles o militares porque «son todos chinos, son todos iguales».

La cuestión hace al realineamiento argentino con los Estados Unidos. Javier Milei quiere emular las relaciones carnales que mantuvo Carlos Menem en los años 90. Es por eso mismo que, desde hace semanas, el Gobierno nacional amaña todo lo referido a la base científica que nuestro país comparte con China en Neuquén, al punto de mandar una delegación a investigar si se haya algo oculto, pese a que el gigante asiático comparte todos los resultados de las investigaciones con los organismos nacionales.

En ese contexto, Mondino aseguró este jueves que «los chinos son todos iguales», al señalar que no habían identificado a personal militar en la base espacial de ese país en Neuquén. «Los que fueron de investigación no identificaron que hubiera personal militar. Son chinos, son todos iguales», indicó la ministra de Relaciones Exteriores en declaraciones a Clarín.

La frase surgió ante una pregunta sobre si se había identificado personal militar en la base ubicada en la Patagonia argentina, en la que puso especial atención el gobierno de los Estados Unidos y fue tema de conversación con la generala del Comando Sur, Laura Richardson, a principios de abril.

«Ya se han hecho inspecciones en la Estación Espacial China y la Europea. Fue el mismo equipo a ambas y en la misma semana, esos equipos no percibieron nada raro», explicó Mondino.

Pato criollo

No es la primera vez que Mondino no logra ocultar su brutalidad. Semanas atrás, sentada en la mesa de Mirta Legrand, la canciller contó -con una sonrisa de dientes perfectos- por qué para ella es absurdo que los jubilados tengan acceso a un crédito: “Por definición todos algún día nos vamos a morir y si sos un jubilado de determinada edad casi seguro que te vas a morir”. Su argumento corrobora el ABC del gobierno libertario de monetizar la vida al máximo y que eso sea por definición el criterio de lo que sirve y lo que no, según cómo se venda o cómo se pueda pagar.

Pero se acumulan los casos. Por ejemplo cuando pidió que fogoneó a los trolls para que tengan más comentarios una respuesta que el tuit original de Andrés Manuel López Obrador. Ocurrió cuando el presidente mexicano denominó ignorante a Milei y una de las cuentas de las que suele tener interacción con el mandatario argentino (@usdtermo) desafió a que una foto de Milei iba a tener «más me gusta». En vez de apaciguar las aguas, esto publicó Mondino.

Y en el repaso también se pueden citar la vez que dejó un manto de sospecha -sin ninguna prueba- de supuestos «infiltrados» que iban a desestabilizar al presidente Javier Milei en su discurso de apertura en el Congreso o la vez que ni siquiera se puso colorada al apuntar contra Natalia Zaracho porque la diputada y cartonera -que nació en un contexto de vulnerabilidad social- no terminó el secundario.

Malvinas

La cuestión Malvinas merece un párrafo aparte. Suelta de lengua, Mondino dijo que las quejas formales del país contra Inglaterra son, apenas, «cartitas», y que si se tiene que enfrentar con su par inglés en lo relativo a Malvinas, lo mejor es hacerlo con sus «chicanas tuiteras». 

Lo hizo en una entrevista televisiva Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que «no había muchas opciones» porque «no pasan por territorio argentino para ir». «¿Qué le vamos a hacer, con un misil bajar el avión», comentó, con acento e intento de humor cordobés.

Cuando la repregunta estuvo orientada a por qué no hubo una queja formal del Estado nacional, Mondino adelantó su reflexión. «A un inglés reírse con el idioma inglés, le duele mucho más que una de las tantas cartitas que Argentina continuamente ha enviado», opinó y consideró que su chicana -había posteado, en Twitter, que le agradecía a Cameron su visita a la Argentina-, «le duele mucho más que otra cartitas más».

Hasta ahora se desconoce si alguno de los asesores con los que cuenta la ministra le soplaron al oído que ni el primer ministro de Inglaterra ni siquiera su canciller la siguen en la red favorita de los ultraderechistas. Es decir, quizás ni acusaron recibo de la «chicana». 

Antes de París, Pekín

Las últimas declaraciones de Mondino llegaron desde París, donde participa de un encuentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Pero la canciller no llegó a Francia desde Buenos Aires sino, justamente, había pasado semanas en la capital china donde se se reunió con el canciller Wang Yi.

El motivo de la gira giraba en torno a recomponer las relaciones tras las provocaciones del Gobierno nacional, que iban desde las acusaciones del presidente (augurando que no iba a mantener relaciones con «comunistas) y de las fotos de la propia canciller con diplomáticos de Taiwán, un tópico sensible para la geopolítica del gigante asiático. Pero, sobre todo, estuvo marcado por la necesidad de que el Gobierno chino renegocie el pago del swap para no generar un sismo en las reservas monetarias argentinas.

La pelota ahora quedó en Pekin. Habrá que ver si toman estas últimas declaraciones como un mero comentario al paso o si resuelven tomar medidas drásticas, por ejemplo, revisar el historial de créditos y exigirle al país el pago efectivo e inmediato de los mismos: se podrían amparar que, para ellos, las deudas «son todas iguales».


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